Ambos bandos se han sostenido en sus respectivas posturas, ninguno quiere ceder, y el resultado no es otro sino la absoluta parálisis en torno a la reforma energética, impulsada por el Gobierno federal y los panistas, con apoyo de priistas y pevemistas, y rechazada por el FAP bajo el argumento de la defensa del petróleo del país, cuya exploración, explotación, refinación y comercialización, dicen, iría a la privatización, de aprobarse la reforma tal como ha sido propuesta.
En medio de esta situación, el Presidente Calderón endureció ayer su mensaje en contra de las acciones llevadas a cabo por el FAP, y lo hizo en foros distintos; al asistir a la reunión de procuradores de justicia, en Villahermosa, Tabasco, dijo: "Quienes buscan imponer sus intereses mediante la violencia, usar la razón de la fuerza y no la fuerza de la razón, atentan contra el país de leyes y libertades. Sólo puede oponerse al diálogo y a las instituciones que lo posibilitan y el parlamento entre los representantes, quien tiene miedo a las ideas". Y más tarde, en una reunión con empresarios, advirtió: "Ni los amagos ni las provocaciones detendrán al Gobierno de México", y ratificó la disposición de su Administración de dialogar en paz y con sensatez, "definir en el diálogo, en la razón y en la ley lo que sea mejor para México".
Habló fuerte el Mandatario, y coincidentemente, por la tarde los legisladores panistas e integrantes del FAP flexibilizaron sus posiciones y se declararon listos a analizar caminos que podrían liberar las tribunas del Congreso de la Unión. Al parecer, las palabras de Calderón no fueron en vano, y ya hacía falta que hablara en tono enérgico, como corresponde a su investidura cuando de destrabar conflictos se trata.
Sensatez, cordura, diálogo y dejar de lado intereses partidistas, poniendo por delante los de la nación, es lo que se requiere en estos momentos. Ojalá que las palabras de Calderón de verdad sean atendidas, y que la flexibilización de las partes sea sincera. Por el bien de México, es urgente que el conflicto se destrabe y no se prolongue más un asunto de tanta importancia, como es la reforma energética.
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