México
Represalias de México sí afectan a Estados Unidos
Ante la negativa estadounidense de permitir el ingreso a camiones de carga mexicanos, exportadores de diversos productos resienten el impacto
Este efecto también lo padecen en tasas promedio de 50% exportadores estadounidenses de cebollas, papas, chícharos y salsa de soya.
El daño es producto de represalias comerciales que México impuso a Estados Unidos a partir del 19 de marzo por incumplir garantías avaladas por el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN).
Cuando este tratado fue negociado, Estados Unidos se comprometió a abrir la frontera para los camiones mexicanos en 2000, con total reciprocidad del Gobierno mexicano, refiere la Cámara Americana de Comercio (Amcham).
Sin embargo, el vecino país del Norte incumplió el compromiso. En su lugar se estableció un programa “piloto” de transporte que dio marcha en septiembre de 2007, pero fue suspendido en agosto de 2008 con el argumento de que los camiones de carga mexicanos incumplían las normas ambientales de Estados Unidos y dañaban las carreteras de ese país.
Se incrementa el precio final
Actualmente la frontera de Estados Unidos está cerrada al transporte terrestre mexicano de mercancía, lo que genera un proceso logístico que incrementa en 400 millones de dólares anuales el precio final de los bienes que México exporta por tierra al vecino país, de acuerdo con datos de la Amcham.
Como represalia a la violación del TLCAN, la Secretaría de Economía impuso aranceles entre 10% y 45% a 89 productos estadounidenses de exportación, que bajo el tratado entraban a nuestro país libre de impuestos.
El producto más castigado fueron las uvas frescas, única fracción con arancel de 45%. “México tiene el derecho legal de imponer estas medidas bajo el Tratado de Libre Comercio para América del Norte”, sostuvo Jeffrey Schott, especialista en Economía Mexicana, del Instituto Peterson para Economía Internacional.
En efecto, los 550 productores de uvas de mesa en California resienten el daño, pues México es su segundo más grande mercado de exportación.
“Los productores están tratando de encontrar otras casas para sus uvas... están tratando de encontrar alguien más en Estados Unidos o quizás alguien en Centroamérica”, aseveró Nave, la presidenta de la Comisión de Uvas de Mesa de California.
Pero el intento puede quedar sólo en eso. “Es muy difícil trasladar (las ventas) a otros mercados, es difícil diversificar por la cercanía (de México con California)”, apuntó David Hurtado, presidente del Comité de Políticas de Comercio de la Amcham en México.
Sin embargo, para los productores estadounidenses de uvas “el impacto más grande está todavía por venir”, lamentó Kathleen Nave, pues refirió que la mitad de sus exportaciones a México se realizan entre septiembre y diciembre.
A partir de las barreras arancelarias, el valor de las exportaciones de uva estadounidense a nuestro país puede desplomarse de 60 millones de dólares a sólo 15 millones, refirió Nave. En contraste, el Gobierno mexicano recaudó impuestos por 34 millones 800 mil dólares durante el periodo abril-julio.
Lo anterior, como resultado de los gravámenes impuestos sobre las 89 fracciones arancelarias respectivas, cuando antes dichos productos ingresaban a nuestro país sin pagar cuota alguna.
Y los camiones no pasarán
Las represalias comerciales afectan la economía de ambos países, y por el momento no se visualiza que logren su cometido: garantizar las previsiones del TLCAN en favor del cruce de mercancía originaria de México a través de la frontera con Estados Unidos. “Las prioridades de Estados Unidos son otros temas, como la reforma de salud y temas de energía y ambientales”, destacó. En todo caso, mencionó David Hurtado, el tema del transporte transfronterizo ocupa la agenda de fin de año del Congreso de Estados Unidos.
FRASE
Los productores están tratando de encontrar otras casas para sus uvas... están tratando de encontrar alguien más en Estados Unidos o quizás alguien en Centroamérica
Kathleen Nave, presidenta de la Comisión de Uvas de Mesa de California.
La suspensión de los beneficios será temporal
En enero de 2000 los camiones mexicanos que transportaban mercancía por la frontera tenían derecho de circular en todo el territorio estadounidense, según el TLCAN.
A partir de la presión de los transportistas estadounidenses (teamsters), el Gobierno de este país prorrogó las garantías al grado que al día de hoy la carga mexicana que cruza la frontera llega al cliente final luego de ser transportada por tres camiones.
El primero toma la carga en territorio mexicano y llega hasta la frontera; el segundo, denominado transfer, introduce la mercancía 30 kilómetros al interior de Estados Unidos en la zona fronteriza, para que un tercer camión traslade la carga hasta su destino final.
De acuerdo con la Secretaría de Economía, este complejo proceso logístico impacta la competitividad de las exportaciones mexicanas, pues implica mayores tiempos de traslado, gastos de insumos como gasolina y resta ventaja a la cercanía geográfica con Estados Unidos. Con estos argumentos, y al amparo del TLCAN, el Gobierno federal solicitó un panel de controversias contra Estados Unidos en la Organización Mundial de Comercio (OMC).
En 2001 el panel fue dictaminado en favor de México. Sin embargo, fue hasta 2007 cuando Estados Unidos aceptó la entrada de camiones mexicanos a su territorio, siempre y cuando cumplieran con estándares de seguridad y límites de emisiones contaminantes. Con estos requisitos, 126 empresas mexicanas se inscribieron en el denominado Proyecto Demostrativo de Transporte impuesto por Estados Unidos, mientras el Gobierno mexicano nunca ha condicionado el ingreso de camiones de aquel país.
El Proyecto Demostrativo estuvo vigente entre septiembre de 2007 y agosto de 2008, cuando el Gobierno estadounidense determinó reactivar el programa hasta septiembre de 2010. El Congreso de este país había cortado los recursos para operar el Proyecto. Así, con base en la determinación del panel de la OMC, la Secretaría de Economía determinó suspender beneficios a Estados Unidos, equivalentes al daño económico provocado por las restricciones en la frontera.
El 18 de marzo el Gobierno mexicano publicó en el Diario Oficial de la Federación una lista de 89 productos de importación originarios de Estados Unidos que entraban libres de arancel bajo el TLCAN, pero que a partir de esa fecha pagan impuestos entre 10% y 45%. Las represalias se aplican sobre 53 productos industriales y 36 agrícolas originarios de 40 estados de la Unión Americana.
“La suspensión de beneficios en el marco del TLCAN es temporal y estará vigente por 12 meses, salvo que Estados Unidos cumpla con sus obligaciones en el TLCAN o se alcance una solución mutuamente satisfactoria a la controversia”, informa la Secretaría de Economía.
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