México
¿Qué festejaremos dentro de 100 años?
¿2010 será recordado? ¿La década siquiera? ¿El años 2000? ¿El nuevo milenio? ¿Será la democracia lo que marque la época?
De los pocos saldos buenos que han dejado los festejos del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución es el interés de un mayor número de mexicanos en la historia.
Libros, comentarios, series televisivas, artículos de internet han sabido relatar con sabor los episodios que condujeron a la realidad nacional vigente y sus protagonistas. Hombres y mujeres han sido bajados de los pedestales de bronce para mostrarse a la gente como seres humanos con errores, pasiones, arrebatos, inmadureces que acompañan a ese gesto de dar la vida que los volvió diferentes, que los levantó héroes.
Dentro de 100 años, ¿qué festejará el país? El Tricentenario de la Independencia, el Bicentenario de la Revolución... ¿Y el Centenario de algo? ¿Cómo llegarán los políticos actuales al próximo siglo? ¿Cómo los habrá tratado la historia?
¿Vicente Fox será el hombre a quien México atribuya su democratización o el aprovechado que se valió de la ilusión de la gente para dar manga ancha a los negocios de su familia? ¿Será el héroe que contra todo el aparato venció en el años 2000, o el villano que echó a andar ese mismo aparato para quedarse con 2006?
¿Felipe Calderón será el valiente, único presidente que se atrevió a desafiar de verdad el insoportable poder del narcotráfico a costa de su popularidad, o terminará teniendo que responder ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Penal Internacional por los abusos de sus tropas durante la guerra contra el crimen?
¿Andrés Manuel López Obrador será la víctima de los poderosos de México que le impidieron gobernar para el pueblo, o el responsable de difundir mentiras que generaron la irreparable división nacional? ¿Será el reivindicador de la moral política, o el eterno aliado de Bejarano y sus ligas con billetes? ¿Pasará a la historia o quedará perdido su nombre en una calle como los de muchos candidatos opositores que fueron derrotados en el priato?
¿Carlos Salinas de Gortari será reformador que se atrevió a pensar en México como una potencia e intentar conducirlo hasta ese puerto o el más criminal, corrupto y rapaz de los que han pasado por Los Pinos?
¿Cuauhtémoc Cárdenas pasará a la historia como el dirigente opositor que hizo una fisura irreparable en el sistema monolítico priista y que ante la posibilidad de la violencia prefirió la vía institucional de crear un partido, o como un líder tibio que no se atrevió a dar el último paso para derrumbar al régimen autoritario y prefirió negociar en lo oscurito?
¿Ernesto Zedillo será homenajeado como el estadista que, a diferencia de sus dos antecesores, entendió que era hora de dar paso a la alternancia en el poder y reconoció el triunfo de Fox, o como un gobernante depredador que hizo deuda de todos los mexicanos los abusos de los banqueros en el Fobaproa, terminó de desmantelar al Estado revolucionario y acabó como empleado de los ferrocarriles gringos?
¿2010 será recordado? ¿La década siquiera? ¿El años 2000? ¿El nuevo milenio? ¿Será la democracia lo que marque la época? ¿A pesar de todos sus tropiezos y los abusos de quienes pretenden ejercerla e implantarla? ¿Algún otro signo definitorio, como lo fueron la Independencia y la Revolución? ¿O dentro de 100 años los historiadores, políticos, periodistas, ciudadanos optarán simplemente por brincarse estas épocas?
Ahí nos cuentan los que alcancen a verlo.
Libros, comentarios, series televisivas, artículos de internet han sabido relatar con sabor los episodios que condujeron a la realidad nacional vigente y sus protagonistas. Hombres y mujeres han sido bajados de los pedestales de bronce para mostrarse a la gente como seres humanos con errores, pasiones, arrebatos, inmadureces que acompañan a ese gesto de dar la vida que los volvió diferentes, que los levantó héroes.
Dentro de 100 años, ¿qué festejará el país? El Tricentenario de la Independencia, el Bicentenario de la Revolución... ¿Y el Centenario de algo? ¿Cómo llegarán los políticos actuales al próximo siglo? ¿Cómo los habrá tratado la historia?
¿Vicente Fox será el hombre a quien México atribuya su democratización o el aprovechado que se valió de la ilusión de la gente para dar manga ancha a los negocios de su familia? ¿Será el héroe que contra todo el aparato venció en el años 2000, o el villano que echó a andar ese mismo aparato para quedarse con 2006?
¿Felipe Calderón será el valiente, único presidente que se atrevió a desafiar de verdad el insoportable poder del narcotráfico a costa de su popularidad, o terminará teniendo que responder ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Penal Internacional por los abusos de sus tropas durante la guerra contra el crimen?
¿Andrés Manuel López Obrador será la víctima de los poderosos de México que le impidieron gobernar para el pueblo, o el responsable de difundir mentiras que generaron la irreparable división nacional? ¿Será el reivindicador de la moral política, o el eterno aliado de Bejarano y sus ligas con billetes? ¿Pasará a la historia o quedará perdido su nombre en una calle como los de muchos candidatos opositores que fueron derrotados en el priato?
¿Carlos Salinas de Gortari será reformador que se atrevió a pensar en México como una potencia e intentar conducirlo hasta ese puerto o el más criminal, corrupto y rapaz de los que han pasado por Los Pinos?
¿Cuauhtémoc Cárdenas pasará a la historia como el dirigente opositor que hizo una fisura irreparable en el sistema monolítico priista y que ante la posibilidad de la violencia prefirió la vía institucional de crear un partido, o como un líder tibio que no se atrevió a dar el último paso para derrumbar al régimen autoritario y prefirió negociar en lo oscurito?
¿Ernesto Zedillo será homenajeado como el estadista que, a diferencia de sus dos antecesores, entendió que era hora de dar paso a la alternancia en el poder y reconoció el triunfo de Fox, o como un gobernante depredador que hizo deuda de todos los mexicanos los abusos de los banqueros en el Fobaproa, terminó de desmantelar al Estado revolucionario y acabó como empleado de los ferrocarriles gringos?
¿2010 será recordado? ¿La década siquiera? ¿El años 2000? ¿El nuevo milenio? ¿Será la democracia lo que marque la época? ¿A pesar de todos sus tropiezos y los abusos de quienes pretenden ejercerla e implantarla? ¿Algún otro signo definitorio, como lo fueron la Independencia y la Revolución? ¿O dentro de 100 años los historiadores, políticos, periodistas, ciudadanos optarán simplemente por brincarse estas épocas?
Ahí nos cuentan los que alcancen a verlo.
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