México

Llama Rivera Carrera a evitar que México se hunda en el pecado

El cardenal expuso que la patria yace en el reino de la muerte

MÉXICO, D.F.- El cardenal Norberto Rivera comentó que México carga con una pesada y dolorosa cruz, por la violencia, el narcotráfico y las leyes que aprueban el aborto, por lo que oró para que el país no se hunda más en su propio pecado y miseria.  

En un mensaje de Pascua publicado en el semanario Desde la fe, titulado "¨¿Cristo ha vencido a la muerte?", el cardenal expuso que la patria yace en el reino de la muerte al no "poder retirar la pesada roca del sepulcro".  

Añadió que la nación se ve asfixiada por la corrupción y es lacerada por la violencia desatada con una brutalidad inimaginable que ha secuestrado el derecho de la gente a vivir una vida tranquila.  

En esa vertiente, indicó que el narcotráfico corrompe todo y a todos, arruina la vida de millones de jóvenes, las familias se desintegran e impera la cultura de la muerte en aras del derecho a decidir, pues se asesina a los niños en el vientre de sus madres.  

En el escrito Rivera Carrera refirió que la conciencia endurecida de los ricos no se conmueve ante la miseria de tantos que no tienen ni lo mínimo para vivir y miles de ancianos esperan la muerte no como esperanza de vida eterna, sino como un remedio a la dura soledad.  

En otro rubro, señaló que el trabajo escasea cada vez más a causa de una crisis provocada por la voracidad y la inmoralidad de los señores de este mundo.  

En el mensaje destacó que pese a todo lo anterior la fe alienta a los feligreses porque saber que Cristo está vivo les hace vivir, los llena de esperanza y los compromete a mover la piedra de su propio sepulcro y a luchar por un mundo mejor.  

El también Arzobispo primado de México llamó a Jesús vencedor de la muerte y el pecado, a mirar con bondad a la amada nación mexicana que hoy carga una pesada y dolorosa cruz.  

"Haz que México no se hunda en su propio pecado y miseria; da la gracia a los pecadores para que se arrepientan y vuelvan al camino del bien. Que cese la violencia embrutecida, que se apague la insaciable avaricia de los poderosos y que reine la concordia entre nuestros gobernantes", enfatizó.  

El cardenal también oró porque desaparezca la escandalosa injusticia, que conmueva a la soledad ante la miseria y la desigualdad, que se apague la voracidad de la corrupción y que reine Jesucristo con su ley que está por encima de toda legislación humana.  

Finalmente, en el mensaje de Pascua 2009, el cardenal consideró "la resurrección de Jesús es nuestra esperanza y alegría, pero también debe ser nuestra fuerza para empeñarnos en luchar por construir unMéxico más honesto, más justo y en paz".

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