México
La reforma política
Existe en el país coincidencia general en la necesidad de emprender una reforma política profunda, incluyente, en la que el ciudadano sea el eje central
Mal haríamos en descalificar los avances democráticos en aras de justificar la necesidad de la reforma. México tiene avances notables y uno de ellos es el sistema de partidos, que de manera gradual ha dado paso a todas las corrientes ideológicas.
Hoy los mecanismos de acceso al poder necesitan abrirse y de esta forma empoderar al ciudadano, se necesita que encontremos mecanismos claros de estímulos y castigos para nuestros representantes, instituciones adecuadas que permitan el aprendizaje legislativo, en concreto, que no desperdiciemos los conocimientos adquiridos. Es tiempo de responder con hechos lo que con votos nos han plasmado los ciudadanos, es imperativo hacer un análisis profundo de las diferentes propuestas de reforma política para generar los cambios que el país reclama.
La reelección de presidentes municipales y legisladores es un paso necesario, en el caso de los alcaldes porque tres años son insuficientes para desarrollar un programa de Gobierno, de ahí que sería conveniente aumentar el ejercicio a cuatro o cinco años con la posibilidad de una reelección. De la misma forma, una buena opción es que los legisladores tengan la posibilidad de reelegirse por una o dos legislaturas.
Una gran polémica existe con los plurinominales. Hay que recordar que la representación proporcional tuvo como origen dar espacio a los grupos políticos que difícilmente podían llegar a las cámaras. Hoy están representadas todas las expresiones políticas, inclusive, ha ocurrido que los partidos políticos abran la puerta a las candidaturas de ciudadanos que no están afiliados, pero que representan manifestaciones ciudadanas ajenas a los partidos. Por esta y otras razones, me he manifestado a favor de la desaparición de los plurinominales.
Temas como la segunda vuelta y el calendario electoral para la elección al Congreso y de la Presidencia de la República deben ser motivo de un análisis profundo por las implicaciones para la gobernabilidad.
Tenemos la oportunidad única de heredar a las próximas generaciones, un sistema político moderno, confiable y participativo. Hoy en México la separación de poderes, la pluralidad democrática, la alternancia política, la multiplicación de libertades y el fortalecimiento institucional, son una realidad, sin embargo, la ciudadanía considera muchas veces a la política como un ejercicio estéril.
Debemos poner atención a lo que nos está diciendo la sociedad a través de grupos organizados y ciudadanos independientes, no hay vuelta atrás, las reformas son para hoy, no podemos refugiarnos en el pretexto del año político, porque de esa forma nunca habrá el momento oportuno y seguiremos sin cumplirle a los mexicanos.
En la democracia la participación es fundamental y está lejos de quedar reducida únicamente al acto de ir a votar, tiene que ver con una ciudadanía bien informada que intervenga de manera activa en los asuntos públicos que le afectan.
No se puede ignorar el resultado de la encuesta que revela que 90% de los interrogados admitieron que no entienden los alcances ni el contenido de la reforma política. Este dato nos lleva a advertir la necesidad de cultivar la cultura política entre la población.
Hoy tenemos propuestas del Ejecutivo, de los partidos políticos y trabajos académicos como el del Instituto de Ciencias Jurídicas de la UNAM; todos con aportaciones dignas de tomar en cuenta y seguramente faltan más temas para alcanzar la reforma política que necesita México para consolidar la democracia y garantizar a los ciudadanos una mayor participación en las grandes decisiones nacionales.
FRANCISCO RAMÍREZ ACUÑA /Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados.
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