México
La difícil travesía de Hernán
En su travesía como dirigente, Hernán Cortés tiene dos opciones: apegarse a lo que el PAN dice que es, o seguir con la simulación
Hoy ambos personajes llegan a un día crucial. Hernán arriba (salvo sorpresas de última hora) al cierre del registro como candidato único para suceder a Eduardo al frente del Comité Estatal del Partido Acción Nacional (PAN). Son frutos sucesivos del árbol que cultivó el ex gobernador Francisco Ramírez Acuña, pero es probable que, por sus propias biografías y por los golpes que la vida electoral y ciudadana les dio a los panistas, los liderazgos de ambos marquen diferencias.
Cortés Berumen me dijo al inicio de la semana, que no se aparta de la realidad y que sabe lo difícil que será conciliar las posiciones, las visiones, los intereses de los dos principales bandos que se han disputado el control del partido y las parcelas del poder desde hace por lo menos una década, con los dos personajes que los acaudillan y que nunca han ocultado su animadversión: Ramírez Acuña y Herbert Taylor, el poderoso coordinador de Innovación del actual Gobierno estatal.
El reto de Hernán, en la travesía que seguramente emprenderá a partir del 7 de noviembre en que deberá ser electo por la mayoría de los 111 consejeros estatales, se bifurca: por un lado, erigirse en árbitro, no en contendiente, cuando las posiciones de los grupos se radicalicen; por otro, emprender (aunque no la agote) la tarea de regresar al PAN al apego de sus principios, traducidos en políticas públicas, y que éstas se concreten en lo que su propio Código de Ética dice. Por ejemplo:
“Actuaré procurando el Bien Común, sin buscar intereses particulares ni beneficios personales, para familiares o amistades. Esto implica no involucrarme en situaciones o actividades que signifiquen un conflicto de intereses, personales o familiares, en mi labor como servidor público.
“Me conduciré en el desempeño de la responsabilidad pública con imparcialidad, respetando el derecho de todas las personas y rechazando cualquier procedimiento que privilegie ventajas personales o de grupo.
“No aceptaré, ofreceré ni otorgaré, directa o indirectamente, dinero, dádivas, favores o ventajas a cambio de la realización u omisión de cualquier acto en el ejercicio de las funciones públicas. No realizaré labores de gestoría remuneradas, ante instancias del propio ámbito de responsabilidad o de otros niveles de gobierno”.
En su travesía como dirigente, Hernán Cortés tiene dos opciones: apegarse a lo que el PAN dice que es, o seguir con la simulación.
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