México
Exigen claridad en la lucha contra el narcotráfico
El secretario de Seguridad Pública recibió el reclamo de diputados por no contestar con precisión ni oportunidad a los cuestionamientos
CIUDAD DE MÉXICO.- El secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, ratificó ante el Congreso la estrategia federal contra el crimen organizado y destacó el papel del Ejército, que se ha constituido en un baluarte en las operaciones que ya ofrecen resultados históricos.
Por su parte, las fuerzas políticas de las cámaras de Diputados y de Senadores, expresaron su disposición a consensuar con el Gobierno federal una política de Estado en materia de seguridad, durante la comparecencia de García Luna ante la Comisión Permanente, en San Lázaro.
La política de Estado para conquistar la seguridad pública necesita de la participación de los gobiernos de estados y municipios, dijo el funcionario federal, y los legisladores del PRI, PAN y PRD destacaron que se necesita recuperar la confianza de la sociedad, perdida por la corrupción de la propia clase política.
García Luna y la representación de Acción Nacional formaron mancuerna ante una oposición que mostró su desconfianza ante las estadísticas de resultados contra el crimen organizado, y que de manera persistente, pero sin conseguirlo, pidió al secretario que aportara datos de las fallas en la guerra por la seguridad pública, para darle mejores instrumentos desde el Legislativo.
García Luna en ningún momento formuló comentarios directos o indirectos sobre las áreas vulnerables del sistema contra el crimen organizado, pese a que diputados y senadores del PRI, PRD, PVEM, PT y Convergencia preguntaban sobre las causas por las que han aumentado las muertes y los ataques de las bandas criminales, cuando las Fuerzas Armadas y las policías tienen más presupuestos, armas e integrantes.
Priistas ofrecen apoyo
La revisión de estado que guardan los programas en materia de seguridad pública abarcó más de cinco horas en el Salón Verde del Palacio Legislativo, y en diversas respuestas, García Luna explicó que se necesita de la participación de las Fuerzas Armadas en las calles. Dijo que se construye una estructura policial moderna, que requiere de una integración de las fuerzas locales dispersas, y explicó casos de contrapropaganda de los narcos para vulnerar al Estado.
Una dupla de diputados panistas —Roberto Gil y Javier Corral— abrió el camino a las coincidencias entre las fuerzas políticas, a favor de una política de Estado en materia de seguridad.
Roberto Gil dijo que al crimen organizado lo combate un Estado más fuerte, y llamó a librar las batallas que siguen, con los imperativos de la democracia, no de autoritarismos, y con un entorno de unidad nacional. Dijo que “no sólo con armas se enfrenta a los cárteles”.
Javier Corral dijo que se necesita una política pública que enfrente, en este año electoral —en el que la mitad del país irá a las urnas—, la tentación en los grupos partidistas de sacar raja política del problema de la inseguridad, y repartir culpas y responsabilidades a los demás, cuando hay corresponsabilidad, y pidió blindar las campañas contra la infiltración del dinero de las mafias.
El diputado Jorge Carlos Ramírez (PRI) afirmó que aventar la pelota de un lado a otro no beneficia a la sociedad, y que su partido busca contribuir a resarcir las fallas: “No se trata de medrar, pero tampoco de ser obsequiosos y complacientes”. Ofreció el apoyo priista, “en lo que se necesite”.
Radiografía del delito
García Luna afirmó que los crecientes niveles de violencia en México son consecuencia del crecimiento de los índices de consumo de droga, que a su vez generan un gran interés de los narcotraficantes por el mercado interno. El funcionario dio a conocer las cifras oficiales sobre el mercado de drogas en México y en Estados Unidos.
Aseguró que los cárteles obtienen una utilidad de más de 95 mil dólares por cada kilogramo de cocaína colombiana que colocan en el mercado estadounidense.
Según los datos, el valor del mercado de consumo de drogas al mayoreo en México es de 811 millones de dólares anuales, mientras que el mercado de Estados Unidos tiene un valor de 17 mil millones al mayoreo, y de 64 mil millones al menudeo.
Informó que 1.7 millones de mexicanos consumen cocaína, y que el porcentaje de la población que usa esta droga pasó de 0.8%, en 2006, a 2.4%, en 2008. En el caso de la mariguana, más de tres millones la consumen, y la cifra de usuarios creció de 3.1%, en 2006, a 4.2% en 2008.
El secretario de Seguridad Pública presentó un informe a los diputados y senadores en el que se destaca que los delitos federales representan 7%, mientras que 93% son del fuero común, es decir, de la incumbencia de las policías locales, a las que pretende unificar en 32 corporaciones que absorban más de tres mil, como propuso en septiembre, sin haber presentado aún una iniciativa.
Sus estadísticas marcan que los homicidios dolosos representan 0.9% de los delitos, y ubicó a México en el décimo primer lugar entre los países más violentos del mundo, después de El Salvador, Venezuela, Colombia, Belice, Jamaica, Brasil, Ecuador y República Dominicana.
Hubo paz
Por fin sonrió el secretario de Seguridad Pública. Fue ante las irónicas palabras del senador Ricardo Monreal, quien dijo que hay gente que le habla para que le ayude a recuperar a familiares secuestrados. “Yo les digo que mejor busquen a los del PRI o a los del PAN, porque como soy el más duro de las comparecencias, a mí ni la llamada me toma”, agregaría el petista.
Poco después, Genaro García Luna le respondería que con todo gusto, cuando sea necesario, cuando lo busque, estará para ayudarle en lo que se pueda. No sólo eso, más tarde le envió su número telefónico particular. Y en una escena insólita, los dos estrecharon sus manos, después de que Monreal entregó a García Luna una carta con diversas denuncias de gente zacatecana.
Sorprendente el clima de la comparecencia del secretario García Luna ante legisladores de la Comisión Permanente. No hubo ni el menor asomo de escándalo. Prevalecieron el respeto y la civilidad. Unos, senadores y diputados de oposición, no dejaron de criticar, cuestionar, pero cuidaron las formas. Otro, el funcionario, respondió cuanto pudo.
Pero aún más: el perredista Jesús Garibay reconoció que García Luna tiene una parte humana, y le agradeció el gesto que tuvo con el senador Carlos Sotelo y los michoacanos. No dijo más. Ambos entendían de qué se trataba.
Impresionante el dispositivo de seguridad en San Lázaro. Perros, personas y metales estaban listos para detectar cualquier objeto extraño o peligroso.
García Luna llegó media hora antes de lo programado. Se encerró a charlar con Josefina Vázquez Mota y Javier Corral. Pocos legisladores habían cuando inició la sesión...
Una presentación, la del secretario de Seguridad Pública, a su estilo. Hablaba y se apoyaba en gráficas. Al finalizar, fue cuando Monreal le dijo que hablaba de una realidad que no existe, que la sociedad quiere saber por qué 15 mil muertos en los últimos años, más que en Somalia y en Angola. Sentenció que no se vale hacer cuentas alegres y presentar cifras engañabobos. Parecía que el clima subiría, que se volvería de confrontación. Fue cuando dijo, entre broma y verdad, que a él García Luna ni le toma la llamada por ser duro crítico.
Comparecencia en la que García Luna poco necesitó de las tarjetas de sus asesores. Varias veces invitó a los legisladores a visitar el Centro de Inteligencia de la PF. Se comprometió a enviar por escrito datos que hubiesen faltado en sus contestaciones.
Y al final, todos se marcharon aparentemente tranquilos. Sorprendente. Contra todos los pronósticos. Fidel Samaniego
Por su parte, las fuerzas políticas de las cámaras de Diputados y de Senadores, expresaron su disposición a consensuar con el Gobierno federal una política de Estado en materia de seguridad, durante la comparecencia de García Luna ante la Comisión Permanente, en San Lázaro.
La política de Estado para conquistar la seguridad pública necesita de la participación de los gobiernos de estados y municipios, dijo el funcionario federal, y los legisladores del PRI, PAN y PRD destacaron que se necesita recuperar la confianza de la sociedad, perdida por la corrupción de la propia clase política.
García Luna y la representación de Acción Nacional formaron mancuerna ante una oposición que mostró su desconfianza ante las estadísticas de resultados contra el crimen organizado, y que de manera persistente, pero sin conseguirlo, pidió al secretario que aportara datos de las fallas en la guerra por la seguridad pública, para darle mejores instrumentos desde el Legislativo.
García Luna en ningún momento formuló comentarios directos o indirectos sobre las áreas vulnerables del sistema contra el crimen organizado, pese a que diputados y senadores del PRI, PRD, PVEM, PT y Convergencia preguntaban sobre las causas por las que han aumentado las muertes y los ataques de las bandas criminales, cuando las Fuerzas Armadas y las policías tienen más presupuestos, armas e integrantes.
Priistas ofrecen apoyo
La revisión de estado que guardan los programas en materia de seguridad pública abarcó más de cinco horas en el Salón Verde del Palacio Legislativo, y en diversas respuestas, García Luna explicó que se necesita de la participación de las Fuerzas Armadas en las calles. Dijo que se construye una estructura policial moderna, que requiere de una integración de las fuerzas locales dispersas, y explicó casos de contrapropaganda de los narcos para vulnerar al Estado.
Una dupla de diputados panistas —Roberto Gil y Javier Corral— abrió el camino a las coincidencias entre las fuerzas políticas, a favor de una política de Estado en materia de seguridad.
Roberto Gil dijo que al crimen organizado lo combate un Estado más fuerte, y llamó a librar las batallas que siguen, con los imperativos de la democracia, no de autoritarismos, y con un entorno de unidad nacional. Dijo que “no sólo con armas se enfrenta a los cárteles”.
Javier Corral dijo que se necesita una política pública que enfrente, en este año electoral —en el que la mitad del país irá a las urnas—, la tentación en los grupos partidistas de sacar raja política del problema de la inseguridad, y repartir culpas y responsabilidades a los demás, cuando hay corresponsabilidad, y pidió blindar las campañas contra la infiltración del dinero de las mafias.
El diputado Jorge Carlos Ramírez (PRI) afirmó que aventar la pelota de un lado a otro no beneficia a la sociedad, y que su partido busca contribuir a resarcir las fallas: “No se trata de medrar, pero tampoco de ser obsequiosos y complacientes”. Ofreció el apoyo priista, “en lo que se necesite”.
Radiografía del delito
García Luna afirmó que los crecientes niveles de violencia en México son consecuencia del crecimiento de los índices de consumo de droga, que a su vez generan un gran interés de los narcotraficantes por el mercado interno. El funcionario dio a conocer las cifras oficiales sobre el mercado de drogas en México y en Estados Unidos.
Aseguró que los cárteles obtienen una utilidad de más de 95 mil dólares por cada kilogramo de cocaína colombiana que colocan en el mercado estadounidense.
Según los datos, el valor del mercado de consumo de drogas al mayoreo en México es de 811 millones de dólares anuales, mientras que el mercado de Estados Unidos tiene un valor de 17 mil millones al mayoreo, y de 64 mil millones al menudeo.
Informó que 1.7 millones de mexicanos consumen cocaína, y que el porcentaje de la población que usa esta droga pasó de 0.8%, en 2006, a 2.4%, en 2008. En el caso de la mariguana, más de tres millones la consumen, y la cifra de usuarios creció de 3.1%, en 2006, a 4.2% en 2008.
El secretario de Seguridad Pública presentó un informe a los diputados y senadores en el que se destaca que los delitos federales representan 7%, mientras que 93% son del fuero común, es decir, de la incumbencia de las policías locales, a las que pretende unificar en 32 corporaciones que absorban más de tres mil, como propuso en septiembre, sin haber presentado aún una iniciativa.
Sus estadísticas marcan que los homicidios dolosos representan 0.9% de los delitos, y ubicó a México en el décimo primer lugar entre los países más violentos del mundo, después de El Salvador, Venezuela, Colombia, Belice, Jamaica, Brasil, Ecuador y República Dominicana.
Hubo paz
Por fin sonrió el secretario de Seguridad Pública. Fue ante las irónicas palabras del senador Ricardo Monreal, quien dijo que hay gente que le habla para que le ayude a recuperar a familiares secuestrados. “Yo les digo que mejor busquen a los del PRI o a los del PAN, porque como soy el más duro de las comparecencias, a mí ni la llamada me toma”, agregaría el petista.
Poco después, Genaro García Luna le respondería que con todo gusto, cuando sea necesario, cuando lo busque, estará para ayudarle en lo que se pueda. No sólo eso, más tarde le envió su número telefónico particular. Y en una escena insólita, los dos estrecharon sus manos, después de que Monreal entregó a García Luna una carta con diversas denuncias de gente zacatecana.
Sorprendente el clima de la comparecencia del secretario García Luna ante legisladores de la Comisión Permanente. No hubo ni el menor asomo de escándalo. Prevalecieron el respeto y la civilidad. Unos, senadores y diputados de oposición, no dejaron de criticar, cuestionar, pero cuidaron las formas. Otro, el funcionario, respondió cuanto pudo.
Pero aún más: el perredista Jesús Garibay reconoció que García Luna tiene una parte humana, y le agradeció el gesto que tuvo con el senador Carlos Sotelo y los michoacanos. No dijo más. Ambos entendían de qué se trataba.
Impresionante el dispositivo de seguridad en San Lázaro. Perros, personas y metales estaban listos para detectar cualquier objeto extraño o peligroso.
García Luna llegó media hora antes de lo programado. Se encerró a charlar con Josefina Vázquez Mota y Javier Corral. Pocos legisladores habían cuando inició la sesión...
Una presentación, la del secretario de Seguridad Pública, a su estilo. Hablaba y se apoyaba en gráficas. Al finalizar, fue cuando Monreal le dijo que hablaba de una realidad que no existe, que la sociedad quiere saber por qué 15 mil muertos en los últimos años, más que en Somalia y en Angola. Sentenció que no se vale hacer cuentas alegres y presentar cifras engañabobos. Parecía que el clima subiría, que se volvería de confrontación. Fue cuando dijo, entre broma y verdad, que a él García Luna ni le toma la llamada por ser duro crítico.
Comparecencia en la que García Luna poco necesitó de las tarjetas de sus asesores. Varias veces invitó a los legisladores a visitar el Centro de Inteligencia de la PF. Se comprometió a enviar por escrito datos que hubiesen faltado en sus contestaciones.
Y al final, todos se marcharon aparentemente tranquilos. Sorprendente. Contra todos los pronósticos. Fidel Samaniego