México
¿Están en el Ángel los restos de los Héroes nacionales?
A finales de mayo se exhumarán las osamentas que permanecen dentro del Ángel de la Independencia desde 1925
Estas son algunas de las preguntas más difíciles que tendrán que responder los investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia cuando realicen la exhumación y análisis de las osamentas llevadas al Ángel en 1925.
A finales de mayo iniciará el proceso de exhumación de los restos de los Héroes. La semana pasada la Coordinación Ejecutiva Nacional para las Conmemoraciones de 2010 obtuvo los últimos permisos –de salubridad y de la Delegación Cuauhtémoc– para proceder a la exhumación de los restos áridos. Previamente habían obtenido los de la Secretaría de Desarrollo Urbano y del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
Primero serán evaluados en el mismo espacio del mausoleo de la Columna por los investigadores del INAH. En una siguiente etapa, serán trasladados —en medio de un desfile militar— al Museo Nacional de Historia Antiguo Castillo de Chapultepec, donde se procederá al análisis científico de las osamentas y, de ser posible, a su identificación.
El segundo domingo de agosto serán llevados, por Paseo de la Reforma, hasta la nueva Galería del Palacio Nacional.
La Galería, que se conectará con el salón de sesiones del Congreso del 57, tendrá en este vestíbulo un sitio de honor para los Héroes de la Patria. Permanecerán para su exhibición hasta el 30 de julio de 2011, día en que se cumplen los 200 años del fusilamiento de Miguel Hidalgo, por parte de las fuerzas realistas.
“Habrá presencia militar desde el primer momento porque el reglamento es muy estricto en este caso. Los técnicos especialistas del INAH ingresarán al Ángel, verificarán el estado de lo que allí encontremos para poderlos exhumar con el cuidado, la atención y el respeto debido. En el Museo Nacional de Historia se harán los procesos de identificación y estudio”, dijo el titular de la Coordinación, José Manuel Villalpando.
El mensaje de Calles
Una de las tareas más difíciles para los investigadores será precisamente la identificación de los huesos: existen muchas historias y cifras sobre los cuerpos que se encuentran y a quién pertenecieron. Algunos historiadores no se ponen de acuerdo si son 15 ó 16.
El 17 de septiembre de 1925 –un día después de que se llevaran las osamentas desde Catedral hacia la Columna— se reseñó el traslado de las cenizas y restos óseos de 11 de los héroes patrios: “Los restos están colocados en la más admirable y fraternal confusión”, escribió el reportero.
Hubo entonces versiones que cuestionaban si era cierto que la gaveta donde se decía que estaba José María Morelos tenía realmente sus restos.
Fue en 1953, en el 200o. aniversario del nacimiento de Miguel Hidalgo y Costilla, cuando por última vez se abrieron. Entonces se presentaron sólo los restos del “Padre de la Patria”.
Sin embargo, fue en 1925 —con ocasión del traslado de los restos de la Catedral hacia el Ángel de la Independencia— cuando tuvo lugar un evento que mucho tiempo se quedó en la memoria de los habitantes de la ciudad.
Inaugurada el 16 de septiembre de 1910, la columna recibió también un 16 de septiembre, pero 15 años después, los restos de los héroes.
El cronista Jacobo Dalevuelta resaltó la escasa pompa del acto a la salida de la Catedral –donde estaban los restos, en la Capilla de San José, desde 1895—, en contraste con el desfile militar en el que participaron 20 mil soldados “vigorosos, marciales”.
Al momento de la salida, siete de la mañana, había en torno de la Catedral estudiantes, descendientes de Guadalupe Victoria, la nieta del general Matamoros, historiadores, senadores, veteranos del Ejército, diputados, el presidente de la Suprema Corte, miembros de logias.
Tres urnas de cristal de roca y oro, con los restos de los héroes, se llevaron “en tres armones de artillería tirados por magníficas mulas, engasadas (sic) de negro”, relató el cronista. Una hora duró el paso del cortejo por Reforma:
“Nuestra rúa principal estaba pletórica. Y no recordamos haber visto ninguna cabeza masculina cubierta. Todo el pueblo, todas las clases sociales que vieron pasar el cortejo complementaron el espectáculo brillante, con su actitud respetuosa. Y de los balcones, henchidos de mujeres en su mayoría, arrojaban flores naturales sobre las urnas negras, severas, abrillantadas por la luz del sol magnífico de la hora. …Había en aquellos millares de caras, el semblante de unción, del respeto, de la gratitud y del amor a nuestros santos libertadores”.
El cronista cuenta que las urnas —fueron recibidas por el Presidente Plutarco Elías Calles, quien procedió a llevarlas a la cripta—. En la que contenía los restos de Hidalgo, Calles se permitió un gesto memorable: ¡la abrió y depositó allí su tarjeta en la cual previamente había estampado su firma!
¿Quién es quién?
En el relato se describe el contenido de las tres urnas: en la de cristal coronada por un águila nacional iban cuatro cráneos: los de Miguel Hidalgo y Costilla, Ignacio Allende, Mariano Jiménez e Ignacio Aldama.
Describe que en la segunda iban los restos de Vicente Guerrero, Guadalupe Victoria, Andrés Quintana Roo y su esposa y heroína Leona Vicario. Y en la tercera señala que estaban las osamentas de Nicolás Bravo, Mariano Matamoros y la gaveta dedicada a Morelos que —escribió— “debe ser de Francisco Javier Mina o Pedro Moreno”.
Varias fuentes han cuestionado si realmente estaba ahí la osamenta de Nicolás Bravo o la de su hermano Miguel.
En su investigación “Las reliquias y sus héroes”, la doctora en Historia María del Carmen Vázquez Mantecón da cuenta de las múltiples versiones, confusiones, dudas, diversas exhumaciones, traslados por varias partes del país, homenajes o falta de éstos y rumores en torno a los restos de los Héroes.
Explica que en el traslado hacia la Catedral, en 1895, de los restos de los que encabezaron la lucha por la Independencia (Hidalgo, Allende, Aldama y Jiménez) sólo llegaron los cráneos, ellos fueron fusilados y decapitados en Chihuahua en 1811.
Más adelante, describe que, en 1895, las autoridades “para identificar estos cuatro cráneos contaron con la suerte de que estaban marcados con las letras ‘H’, ‘Ae’, ‘A’ y ‘X’, pertenecientes respectivamente a Hidalgo, Allende, Aldama y Jiménez”.
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