México
De plácemes por los dineros
Apenas se aprobó el lunes la distribución de recursos para los estados, así que falta un análisis detallado del presupuesto, pero de entrada suena a Jauja
Casi parece otro país, pues todo esto se hizo además sin cumplir la amenaza de aumentar el IVA o crear otro engendro fiscal que se sumara al IETU o al ISR. Hasta en el Distrito Federal, en donde los legisladores y el Gobierno local andan rezongando, tuvieron siete mil millones más que en 2010 (querían 14 mil).
Jalisco, bueno, qué se puede decir. La clase política está feliz porque hay dinero para las carreteras y porque la Entidad es una de las más favorecidas al recibir 63 mil millones de pesos de la bolsa federal.
Pero lo raro es que en muchas entidades dicen lo mismo, sin importar el color del partido que gobierna. Los medios del Estado de México reportan brindis de legisladores federales porque ahí se dio el mayor incremento porcentual en infraestructura carretera (141%), los diputados de Quintana Roo celebran un “monto histórico” para el turismo, los de Oaxaca dicen que el gobernador manejará un “presupuesto inédito”, los de Nuevo León dicen que tienen el presupuesto “más alto de la historia”, los de Michoacán brincan de gusto porque tienen más dinero para caminos rurales que la mayoría de entidades, los de … y así.
¿No es extraño? Unanimidad y distribución de etiquetas felices. Una búsqueda adicional arroja más datos: en muchos casos están los nombres de los políticos que negociaron. Por ejemplo, en Chihuahua dicen que Duarte (el gobernador) “lo logró”. En los medios de Oaxaca hay listado de diputados priistas a los que se debe agradecer. Parece como si se hubieran repartido premios entre los legisladores y los estados. Uno consiguió el mayor presupuesto para caminos, otro el mayor incremento porcentual, otro la lotería para el campo, otro el premio gordo para turismo.
Apenas se aprobó el lunes la distribución de recursos para los estados, así que falta un análisis detallado del presupuesto, pero de entrada suena a Jauja. No faltan ganas de creerles, pero habrá que irse con cuidado: el ambiente de exagerada alegría no corresponde con el panorama presupuestal previo. Una de varias: o la negociación tomó mejores caminos, o hubo más racionalidad financiera, o se hizo una mejor política, o los perdedores no quieren levantar la mano. Algo, algo cambió.
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