México

Caro Quintero niega haber matado a agente de la DEA

El ex capo asegura que no secuestró, ni torturó ni asesino a Enrique Camarena, delito por el cual pasó 28 años en prisión

CIUDAD DE MÉXICO (24/JUL/2016).- Desde la clandestinidad, Rafael Caro Quintero, antaño uno de los narcotraficantes mexicanos más poderosos y prófugo desde 2013, negó haber asesinado a un oficial de la agencia estadounidense antidrogas DEA y pidió perdón por sus delitos.

Caro Quintero, de 63 años y que pasó 28 de ellos en prisión por <strong>el asesinato en 1985</strong> del agente de la DEA Enrique "Kiki" Camarena, concedió una entrevista publicada este domingo por el semanario Proceso "en algún lugar del norte de México", donde se oculta.

El ex capo, originalmente condenado a 40 años de cárcel, fue liberado en agosto de 2013 por un tribunal de Guadalajara que justificó la decisión con un tecnicismo jurídico, pero casi de inmediato se fugó tras conocer una orden de captura para extraditarlo a Estados Unidos.

En la extensa entrevista, relata su vida en la clandestinidad, rechaza que haya vuelto a delinquir, critica la violencia ligada al narcotráfico que deja más de 100 mil muertos y desaparecidos en México desde 2006 y asegura que desde niño fue amigo de otro poderoso capo, Joaquín "Chapo" Guzmán, recapturado en enero y también pedido por la justicia estadounidense.

                  
Delitos pagado

                  
"Nunca había hablado de este caso es la primera vez (...). No lo secuestré no lo torturé y no lo maté (a Camarena). Sí estuve en ese lugar (del crimen), es mi participación, nada más", dice Caro Quintero, quien fue uno de los jefes del cártel de Guadalajara, con gran poder en los 1980 y que tras desaparecer dio origen al de Sinaloa.

Camarena era un agente de la DEA que se infiltró en el cártel del Guadalajara y, tras ser descubierto, fue torturado y golpeado hasta morir. Junto con él fue asesinado el piloto mexicano Alfredo Zavala.

Vestido con ropas desgastadas de color azul, sentado en un banco de madera en una habitación de paredes grises y en la que destaca una rústica gaveta con imágenes religiosas, Caro Quintero acepta que hace 31 años fue narcotraficante pero que ahora sólo quiere "vivir en paz".

"Lo único que busco es paz y le pido perdón a la sociedad de México por los errores que cometí, a la familia Camarena, a la DEA, al gobierno de Estados Unidos, les pido perdón. Ya pagué mi culpa (...) dejé de ser narcotraficante", expresó.

El fallo judicial que dejó en libertad a este hombre, apodado "El Príncipe" en sus momentos de mayor esplendor, fue duramente criticado por los gobiernos de México y Estados Unidos, pero al final fue revocado por la Suprema Corte.

                  
Retirado del narcotráfico

La fiscalía de Chihuahua ha atribuido a Caro Quintero la intensión de recuperar el poder de antaño y alerta que podría tener hombres armados dispuestos a desatar una guerra con otros grupos criminales, entre ellos el cártel de Sinaloa de Joaquín "Chapo" Guzmán, recapturado en enero tras su espectacular fuga hace un año.

"A mí no me interesa ninguna plaza, a mí no me interesa ningún estado, fronteras. ¿Por qué? Porque ya no trabajo, simplemente así", explicó al señalar que le gustaría dedicarse a la ganadería

Sobre Guzmán, que al igual que él nació en Badiraguato, Sinaloa, señala que se conocieron "desde chicos", que eran "buenos amigos" y que incluso desayunaron en 2013, cuando también Guzmán estaba prófugo.

Se declara opositor a la legalización de la mariguana y deplora la abierta guerra entre los cárteles de las drogas, en la que, dice, las reglas de antaño de "respeto a las familias y a la gente inocente" se han olvidado.

La legalización de la mariguana "no es el camino, yo sembraba mariguana pero nunca la he fumado". La solución, dijo con tono irónico, es "meter la mano"  y "el gobierno sabe" cómo hacerlo.
Sus casi tres años prófugo los ha pasado de un sitio a otro, sobre todo en su natal Sinaloa, donde militares lanzaron una cacería en su contra. "Hubo un operativo de 23 aviones como a los ocho meses que salí", que no dejo muertos ni heridos, relata.

En diciembre de 2013, la Fiscalía General reconoció que Caro Quintero envió una carta al Presidente Enrique Peña Nieto en la que pidió no ceder a presiones de Estados Unidos para extraditarlo, sostuvo que ya pagó sus culpas y pidió se ponga fin a la "absurda persecución" en su contra.
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