Jalisco

Ven opacidad en fideicomiso para damnificados del 22 de abril

Damnificados no tienen claridad sobre los 50 MDP aportados; se les entrega únicamente una pensión mensual de tres salarios mínimos

GUADALAJARA, JAL (22/ABRIL/2013).- Damnificados de las explosiones que el 22 de abril de 1992 sacudieron calles del sector Reforma en Guadalajara solicitan transparencia en el Fideicomiso de Apoyo de Seguridad Social creado para los afectados.

"Estamos pidiendo al Congreso del Estado que se auditen los recursos del Fideicomiso porque no sabemos en qué condiciones está y cómo se ha manejado", expresa Lilia Ruiz, representante de 22 de Abril en Guadalajara A.C.

De esos fondos, a los afectados se les entrega una pensión mensual de tres salarios mínimos, o menos; además de atención médica, seguro de vida y servicios funerarios básicos.

Los damnificados por el desastre no saben cuánto dinero hay actualmente, ni cuánto se ha gastado, pero sí cuánto entró, porque ellos lo gestionaron: se inició en el año 2000 con cinco millones de pesos aportados por la Federación, más un millón del Gobierno del Estado, encabezado por Alberto Cárdenas Jiménez; ese monto se acabó y tres años depués Pemex aportó 40 millones, más 10 del municipio, cuando estaba al frente Emilio González Márquez. De estos 50 millones de pesos los ciudadanos no tienen claridad.

"Estamos cerca de 100 personas (en el Fideicomiso). No sabemos con exactitud, puesto que éramos 87 y posteriormente ingresaron algunas personas que nosotros no estamos seguros que sean lesionados, pero que ingresaron a través de la Secretaría de Desarrollo Humano".

Además, se han gestado dudas porque en el Comité Técnico Fideicomiso no hay un sólo representante ciudadano, "el Gobierno los puso a modo"; por estos motivos, uno de los puntos del pliego petitorio que las asociaciones Red Ciudadana y 22 de Abril en Guadalajara A. C. entregaron al Gobierno del Estado es que se transparenten los manejos del Fideicomiso y otro, que se incluya representante ciudadano en el Fideicomiso.

Se cansó de pedir por su hijo

Cuando Jaime Esparza abrió la puerta de su casa para salir corriendo porque tronó el piso y los muebles volaron, lo golpeó la tapa de una alcantarilla que brotó bajo presión. Tenía 20 años de edad, ahora Jaime está muerto.

Ese día su padre, Genaro Esparza, amaneció en Apatzingán, Michoacán. Iba en su tráiler a comercializar mangos y en una parada que hizo se enteró por la televisión que las calles de Guadalajara habían explotado, las calles del sector Reforma, las calles donde él vivía. De inmediato regresó.

A Genaro le interrumpieron el paso a la entrada de la ciudad, por la carretera a Chapala. Buscó dónde dejar su tráiler y llegó a pie a las ruinas de lo que era su casa. Se encontró con un hijo herido, que tres años después falleció a causa de las lesiones de aquel 22 de abril. 

Genaro tiene 75 años y ganas de seguir peleando justicia. Tanto es el ánimo que interrumpió su viaje de trabajo para pasar el aniversario de las explosiones del 22 de abril de 1992 en su barrio de Analco; pero aclara que por su hijo se cansó de dejó de pedir, ya lo enterró y lo que quiere es dejarlo descansar en paz.

Genaro lucha por recuperar algo de lo que se le fue cuando su casa voló, algo de patrimonio que las autoridades le han prometido y nunca le ha llegado, expresa.


EL INFORMADOR/ ALEJANDRA PEDROZA
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