Van contra la promoción de charlatanes 'curatodo'
Para evitar que sigan engañando a la gente, la Comisión para la Protección contra Riesgos Sanitarios regulará su publicidad
GUADALAJARA, JALISCO (20/MAY/2017).- “Hay un vidente en Tonalá que, desde las cuatro de la mañana, ya repartió todas sus fichas”. Doña Rosa, habitante de la colonia Morelos, en Guadalajara, afirma que el personaje en cuestión es tan famoso que las “bondades” de sus prácticas para —según lo que él mismo afirma— curar desde el mal de amores hasta el cáncer y la diabetes, rebasaron desde hace tiempo las fronteras de ese municipio.
Internet, los medios impresos y miles de papeletas son algunos de los medios de difusión que han logrado que los asistentes de ese vidente repartan todas sus fichas con mayor velocidad que, por ejemplo, en el Instituto Mexicano del Seguro Social. Y para evitar que este tipo de publicidad siga atrayendo a las personas, la Comisión para la Protección contra Riesgos Sanitarios de Jalisco (Coprisjal) finalmente comenzará a regularla.
“En 2017 estamos controlando el tema de la publicidad. Una gran parte de estos elementos que usurpan la función de un profesionista van a ser detectados (…) Facilitamos acompañamiento a los medios de comunicación, les enviamos formatos de cómo se deben hacer los diferentes tipos: qué sí y qué no se puede publicitar”, dice el comisionado Dagoberto García Mejía, titular de esa instancia.
Desde los chamanes o curanderos que prometen una vida eterna con herbolaria, hasta los productos o terapias “milagro” que se publicitan por televisión, la Comisión promete establecer nuevos criterios que abonen a que las personas dejen de ser víctimas de este tipo de fraudes.
“Ahorita cubrimos casi el 90% del Estado de Jalisco con esas notas informativas, haciendo presentaciones, manifestándoles el formato (y que sepan) cómo se deben hacer los diferentes procesos (…) Para que ellos (los medios) a través de sus áreas administrativas nos estén mandando las solicitudes y los diferentes esquemas de publicidad, para nosotros autorizárselos”.
La Coprisjal también solicitará que se les “derive” a quienes buscan publicitarse o vender ese tipo de productos o servicios para tenerlos “registrados y controlados”. Y ese protocolo, afirma, comienza este mes, por lo que quienes incumplan se harán acreedores a sanciones que van desde los ocho mil y hasta los 600 mil pesos, “de acuerdo con el impacto que pueda tener el medio o que pueda ser reiterativo”.
También se les pedirá a los Ayuntamientos que desistan de autorizar permisos de operación comercial a los establecimientos ocupados por charlatanes. “Hemos estado haciendo acercamientos y acompañamientos y hemos tenido muy buena respuesta (…) Se les está avisando y demostrando, de acuerdo con la norma y la Ley General de Salud, el delito en el que se puede incurrir”.
“¿La pseudomedicina se castiga con fuerza en la Entidad?”, se le pregunta al funcionario. Su respuesta: “Sí. Estamos trabajando de lleno con ello”. Sostiene que no hay una alerta ante estas prácticas, pero sí una “guardia” permanente para contener la problemática.
CLAVES
Los remedios
• La Coprisjal reconoce la práctica de la herbolaria, pero sólo con los remedios cuya efectividad está científicamente demostrada.
• Los preparados que se venden en mercados o tianguis carecen de esta verificación.
La dependencia estatal tiene ubicado un núcleo de concentración importante de ventas de este tipo en el mercado Libertad o San Juan de Dios.
• Durante los primeros cinco meses de 2017 se han registrado 10 denuncias por malas prácticas de charlatanes. En todo el 2016 fueron 18. El año pasado se levantaron 60 amonestaciones con apercibimientos, que concluyeron en 13 multas (además se aplicó una clausura temporal). En 2017 suman 13 amonestaciones y ninguna multa.
TELÓN DE FONDO
El precedente
En junio de 2010, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) declaró como constitucional que la charlatanería fuera tipificada como delito. Esto después de analizar el caso de un grupo conocido como los hermanos Kendall, en San Luis Potosí, quienes habían logrado ingresos por 600 mil pesos al engañar a varias personas diciendo que eran curanderos.
Desde entonces se publicó que las autoridades del Área Metropolitana de Guadalajara toleraban esa práctica. Siete años después, la existencia de giros en los que se ofrecen limpias, funcionan como boutiques esotéricas o de adivinaciones para detectar y curar enfermedades de forma anticipada, sigue siendo una constante.
PARA SABER
¿Qué dice la ley?
El Código Penal del Estado de Jalisco, en su Artículo 250, explica que el delito de fraude es cometido por quien “engañando a alguno o aprovechándose del error en que éste se halle, se haga ilícitamente de una cosa o alcance un lucro o beneficio indebido, para sí o para otro”.
Líneas abajo, precisa que una modalidad de fraude es aplicable para quien “obtenga cualquier beneficio, explotando la superstición o la ignorancia de una persona por medio de supuesta evocación de espíritus, adivinaciones o curaciones”.
En total, suman 19 Estados de la República que tienen una tipificación de fraude en estos términos, pero 13 carecen de la legislación correspondiente. Estos últimos son Aguascalientes, Baja California, Chihuahua, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Morelos, Nuevo León, Oaxaca, Quintana Roo, Sinaloa, Tamaulipas y Veracruz.
El Código Penal vigente del Estado de Coahuila es el único en el país que establece la “explotación de ignorantes” como delito e impone penas que van desde uno y hasta ocho años de prisión, de acuerdo con la gravedad del caso.
Usurpación de funciones
Si un curandero que carece de título profesional (o autorización para ejercer) promete la cura de cualquier enfermedad, está poniendo en riesgo la vida de quien acude a él, por lo que incurre en el delito de usurpación de funciones, que en Jalisco tiene una penalidad de tres a ocho años de prisión.
GUÍA
Métodos “alternativos” poco confiables
Coleoterapia (los gorgojos chinos)
Promete la cura de una gran cantidad de enfermedades (incluso si se encuentran en etapa terminal), sólo al integrar coleópteros vivos —una especie de insectos— a la dieta diaria.
Productos milagro
Medicamentos que prometen resolver problemas estéticos o de salud, pero que al no contar con el visto bueno de las autoridades sanitarias, significan un riesgo.
Orinoterapia
Ingerir la orina, desecho orgánico cargado con tóxicos como el amoniaco y sodio, que es depurado a través de los riñones.
Limpias de energía
Bajo la premisa de que “somos seres de luz… de energía”, es que se realizan trabajos con diversas hierbas, huevos y otras sustancias, con lo que se promete curar cualquier mal, incluso sentimental o físico, limpiando el “cuerpo áurico” totalmente.
Inyección de ozono
El ozono es el principal agente que arrojan los vehículos de combustión interna, y es considerado altamente tóxico. Pese a ello, se utiliza como un agente terapéutico. Ninguna agencia médica internacional aprueba su uso.
Sobadores
Personas que prometen reparar problemas musculares, pero que pueden provocar problemas serios al desconocer la anatomía humana.
VOCES
“Me asustó… me dijo que no duraba tres años más”
Antes de entrar a la casa de la vidente que le recomendó su estilista, la señora Luna sólo tenía en mente encontrar una solución para sus problemas económicos. Buscaba alguna fórmula para cambiar su suerte en los negocios y una manera efectiva de hacer rendir sus ingresos. Pero cuando salió del lugar ya tenía cáncer, problemas legales en puerta, su esposo la engañaba y uno de sus hijos pronto enfermaría. “Me asustó… me dijo que no duraba tres años más”.
Acudió a ella en varias ocasiones, pues su efectividad estaba “comprobada”. Al menos eso le dijo su estilista cuando le compartió sus datos.
La vidente extremó cuidados. Interrogó a la señora Luna antes de que la “aceptara” como cliente.
“Me pedía tremenda discreción. Dijo que era muy profesional, que atendía a políticos, a empresarios y artistas. Cuando llego y veo el lugar le pregunté que cuánto cobraba, porque no me quiso decir por teléfono. Cobraba 800 pesos. Le respondí que no tenía tanto dinero y me dijo que, para no hacerme dar la vuelta en balde, me iba a quitar mis dudas, pero que no esperara grandes respuestas porque no llevaba dinero”.
Al final la evaluó. Tras decirle todos los males que detectó al leerle las cartas, le expuso el tratamiento: una limpia. “Y tenía que comprarle una serie de cosas que me salían en tres mil pesos. Y me comentó: ‘Y tiene que ser mañana mismo porque esto es urgente’. Todo el tiempo me asustó”. La señora salió de ahí.
Antes había acudido con otra “psíquica”, cuya especialidad era el mal de amores. Prometía afianzar matrimonios, evitar separaciones y formar parejas. El problema es que en alguna ocasión platicó con ella de manera informal y la vidente le reveló que estaba separada de su esposo, porque éste “la había dejado por otra”.
“Y si el amor es su especialidad, ¿entonces por qué no se hizo un amarre para que su pareja regresara con ella? Si según eso ella tiene la capacidad de hacer cambios. Caí en cuenta que era charlatanería”.
La señora Luna recuerda sólo dos de sus experiencias, porque no son las únicas. Finalmente desistió y narra sus conclusiones: “La desesperación te hace acudir a personas que te engañan. Tu desesperación y las ganas de mejorar tu calidad de vida hacen que tengas que recurrir a este tipo de personas. Yo, por ejemplo, no tenía para el gas, pero sí para pagarle a ella. Cometí un error”.
“Madrugar para perder dinero”
El dolor de cabeza de doña Ana era tan grave que, gradualmente, comenzó a perder la visión. “No se preocupe: es por la menopausia”, le dijeron en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Su malestar empeoraba y en otros consultorios médicos tampoco la pudieron ayudar.
“¿Por qué no van con una curandera?”, le sugirió una familiar a Edna, su hija. Con la afirmación de que era efectiva y que “ya había ayudado a sus hijos”, ambas decidieron ir al domicilio, ubicado en Periférico Sur. “Llegamos a un portón grande. Eran como las seis de la mañana y ya había un montón de gente formada”.
Finalmente abrieron y ambas entraron a un estacionamiento, donde un individuo se dirigió a los presentes: “La señora no cobra por su servicio, pero sí es necesaria una donación de 100 pesos”. Todos entregaron el dinero.
Cuatro horas después, Edna y doña Ana finalmente conocieron a “la señora”. Cada una entró por separado, pues también Edna tenía “un problemilla” que deseaba atender.
El cuarto, recuerda, era muy pequeño. Atiborrado de imágenes y figuras de dragones. La vidente, inmersa en su rutina, ni siquiera intentó tocar a su paciente. La inexistente evaluación confirmó el fraude. “No le dijo nada. Sólo ‘tenga, tome esto y vaya atrás a que le den unos remedios’. Mi mamá se quedó como de: ¿Qué?”.
Edna fue la siguiente. Con ella abundó un poco. Le aseguró que una persona “cubierta con un velo negro” deseaba verla muerta. ¿Y cómo se resuelve algo así? Con 500 pesos, necesarios para pagar los preparados que ahuyentarán al mal. “‘Te vas a tomar esto, a bañar con esto y a darte un masaje con esto. Págame’. En total fueron como mil 500 y ahí vamos para afuera, con bolsas llenas de agüitas que, además, olían horrible”.
No estaban convencidas, pero ya habían pagado sus productos de “sanación”. Doña Ana bebió uno de esos líquidos y, para tratar de endulzar el sabor, enseguida se tomó un té con azúcar. El líquido en cuestión era belladona. Su presión se fue al cielo y eso la llevó a la sala de urgencias.
El malestar nunca redujo. Un vecino que es médico supo del caso y, conociendo los síntomas, le sugirió practicarse estudios específicos para confirmar un tumor de hipófisis. “Y sí: era un tumor en la cabeza. En ese rato nos movimos y, gracias a que mi papá había contratado un seguro de gastos médicos, fuimos al hospital”. La señora fue sometida a una operación. “Hoy está con nosotros”, celebra Edna.
LA VOZ DEL EXPERTO
• El discurso manipulador
José de Jesús Gutiérrez Rodríguez (presidente del Colegio de Profesionales de la Psicología del Estado).
Si en algo han adquirido experiencia las personas que afirman solucionar todos los problemas de salud con una limpia o una infusión herbal, es la labia. Los discursos de manipulación son tan buenos que terminan por convencer a las personas, y esto eventualmente se traduce en riesgos para su salud.
José de Jesús Gutiérrez Rodríguez, presidente del Colegio de Profesionales de la Psicología del Estado, explica que “un charlatán tiene una habilidad verbal y diseña las situaciones para que las personas caigan en su discurso”.
Para lograrlo, ocasionalmente se asiste con cómplices y promocionales que distorsionan la realidad. Sus “productos milagro” captan el interés de su audiencia y las ventas comienzan.
“Por ejemplo, sé del caso de un hierbero que utilizaba fotos de personas que no conocía y las publicaba en revistas de consumo. Ahí decía que las personas eran de Fresnillo, de Culiacán, etcétera, y en la publicación se aseguraba que les habían resuelto sus problemas de salud, de cáncer, insuficiencia renal y hepatitis”.
El discurso manipulador, insiste, posee habilidades significativas y logra que el potencial consumidor de estos servicios caiga. “Pueden manipular hasta el punto de lograr que les cedan bienes materiales, como ha pasado en distintos lugares, sólo que en nuestro país las autoridades no han puesto mucho empeño”.
Francia e Inglaterra, recuerda, son dos puntos del orbe en los que se han establecido leyes “anti-mafias o anti-sectas”.
El objetivo de estas personas, concluye, es llegar a quienes ignoran que sus productos no funcionan, pero de alguna manera logran convencerlos que sí. Al final, los clientes “logran autosugestionarse con productos, algunos totalmente neutros, y la persona va desarrollando esa autosugestión que impacta en su salud”. Y por eso es que existe la recomendación de boca en boca.
• No pongan en riesgo su vida
Guillermo Zenteno Covarrubias (presidente de la Asociación Médica de Jalisco Colegio Médico).
Los curanderos no cuentan con una cédula profesional y, al desconocer el historial médico del paciente que acude a ellos, pueden darle a tomar algún brebaje que pondría en riesgo su vida.
Ese es el mayor peligro que se corre cuando se pone la salud en manos de una persona que desconoce los protocolos médicos, expone Guillermo Zenteno Covarrubias.
Reconoce que la herbolaria es un método alternativo que puede ayudar a las personas, pero “todo debe estar bien controlado. Quien receta debe saber qué cantidad se debe tomar, porque no es lo mismo que un té”.
En su opinión, no hay ningún tipo de control en la práctica de la charlatanería, por lo que la Secretaría de Salud debería reforzar sus controles.
Los problemas, agrega, no distinguen edad. Y los bebés son víctimas potenciales de estas prácticas. “Es muy usual que cuando un niño se deshidrata acuden para que le levanten la mollera, que son las fontanelas. Sin embargo, con la deshidratación se hunden y no hay más que beber líquidos para atenderlo. Vemos a los curanderos que hacen maniobras, y éstas pueden fracturar el piso inferior del cráneo”.
Su sugerencia es constatar que la consulta se realice con un profesional de la salud, debidamente acreditado.
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