Jalisco
Sector de la sociedad con VIH sufre falta de asistencia social
Albergues de la Zona Metropolitana se niegan a recibir a quienes padecen la enfermedad por temor a contagios
VIH). Sin embargo, a causa de falta de recursos se vieron en la necesidad de clausurar el área de albergue, por lo que pacientes de algunas instituciones como el Antiguo Hospital Civil se han visto afectados al no contar con un espacio que les abra las puertas y les permitan la estancia durante el tiempo en que reciben su tratamiento médico.
Mariela Garnica Ornelas, quien funge como trabajadora social adscrita a la unidad de VIH en el Antiguo Hospital Civil, ha presenciado cómo varios casos de los 150, aproximadamente, que reciben al día son pacientes que viajan de diversos municipios, incluso de fuera del Estado, para recibir atención en el nosocomio, y que se ven en la necesidad de dejar de recibir su tratamiento por no contar con los recursos necesarios.
"Son personas que tienen que viajar cada uno o dos meses y necesitan pasar la noche en la ciudad, pero los albergues que existen en la zona no les permiten el ingreso", comenta la trabajadora social.
El albergue del Mesón contaba con áreas específicas en las que podían convivir los familiares de los enfermos, una más donde se ofrecía atención médica de enfermeros y especialistas, así como una tercera donde se hospedaban los pacientes en estado terminal. "Era el mejor espacio donde recibían a nuestros enfermos y donde podían pasar la noche tanto ellos como sus familiares mientras esperaban los resultados de sus exámenes. Ahora que cerraron, los pacientes deben buscar dónde dormir y los albergues cerca del hospital los rechazan, incluso a los familiares."
Ante la problemática, el personal del Hospital Civil ha ofrecido su apoyo en los diversos espacios donde podrían ingresar los pacientes: "Si es necesario, nosotros vamos a las albergues para impartir capacitaciones y eliminar el estigma que se tiene de la persona que padece de VIH", propone la doctora Lucero González, miembro de la Unidad de Atención para Enfermos de VIH.
La movilización entre los médicos y el personal del Antiguo Hospital Civil se debe porque día a día atienden casos en los que resulta loable ver cómo algunos enfermos de VIH buscan salir adelante, luchando contra las adversidades sociales, económicas y personales que se les presentan durante el proceso de su tratamiento. Tal es el caso de un paciente de 38 años que viaja desde el municipio de Tuxpan.
"Yo llevo casi cinco años recibiendo el tratamiento". Comparte su historia tras ingresar al consultorio con una maleta que lo acompaña durante sus viajes. "Al principio me acompañaba mi mamá, pero hace unos meses ella falleció y yo estoy triste desde entonces. Ahora vengo sólo aquí al hospital para que me atiendan. Lo hago por ella". El paciente sufrió de sífilis en el cerebro, lo cual le dejó secuelas como dificultad al caminar y al hablar, así como su brazo izquierdo paralizado. "A veces vengo cada dos o tres meses, pero ahora que me notaron un poco delicado tengo que venir desde Tuxpan cada mes para que un día me hagan mis exámenes y al otro me den consulta."
Durante los primeros años, el paciente se hospedaba en el Mesón junto con su madre. A partir de la clausura buscó albergue en lugares como La Casa del Buen Samaritano, ubicado frente las instalaciones del Semefo, muy cerca del hospital civil, pero le denegaron el ingreso. "Después me enviaron a PAIPID en Tonalá, pero queda muy lejos". Con las complicaciones de su enfermedad resulta bastante difícil viajar desde Tuxpan a Guadalajara para después volver a subirse a un autobús sólo para pasar la noche en Tonalá. "De ahí me fui a Soquipan, pero tampoco me pude quedar. Me recomendaron La casa de la Divina Providencia. Ahorita ahí me estoy quedando y estoy a gusto con la encargada, pero no le puedo platicar a los demás que viven ahí que tengo sida, para que no me rechacen. Es bonito que no me sienta rechazado; sentirme seguro y a gusto".
El paciente debe interrumpir su plática para recibir su consulta. Toma su maleta, se despide y se dirige a otro consultorio. Mariela Garnica concluye: "Yo no veo números ni cantidades; un solo caso como éste yo lo siento como si fueran 100. Para mí, la parte asistencial hacia los pacientes con VIH es la mejor solución".
Muy cerca del Antiguo Hospital Civil existen dos albergues: La casa del Buen Samaritano y el Albergue de Fray Antonio Alcalde. El primero se encuentra como encargada la Madre Sarita. Ella comenta que ese espacio está abierto para todos los enfermos salvo aquellos que padecen de sida y/o tuberculosis. "Hay ciertas pautas a respetar". Incluye la Madre. "No tenemos autorización, solamente nuestro director, David Orozco, tiene el poder de autorizar a quiénes se van a recibir."
Respecto a la propuesta de los doctores del Hospital Civil, para ofrecer capacitaciones en el lugar, la encargada manifiesta, "pues sí podrían venir, pero dudo que con eso cambien las cosas. Aquí debemos proteger a nuestros enfermos, sobre todo a los niños que tenemos aquí, por eso no recibimos a enfermos de VIH." Finalmente agrega, "No tenemos cuartos para aislarlos (a quienes padecen de VIH)".
El segundo albergue se encuentra a altura del Antiguo Hospital Civil pero sobre la avenida Alcalde. Éste lleva alrededor de 12 años en servicio y cuenta con el apoyo de la Asociación Civil Galilea 2000. La directora Maru Casillas explicó el por qué se restringe el ingreso a ciertas personas, "con gusto ofreceríamos el acceso a todos los necesitados, sin embargo no podemos hospedar a gente con VIH, en primer lugar porque cada institución cuenta con un perfil que estipula a qué tipo de enfermos se les prestará los servicios. En nuestro caso abrimos las puertas a personas en situación de calle y algunos enfermos como los que padecen de cáncer para que aquí les consigamos el medicamento que requieren".
También agregó que no cuentan con personal capacitado para prestar los cuidados que los enfermos con VIH requieren. Además explicó que aun contando con un área de hombres, otra exclusiva para mujeres, con un dispensario y un espacio de cocina y comedor, un espacio que funciona como casa hogar para hospedar niños enfermos acompañados de sus padres, otra área para recibir a gente de la tercera edad y un par de cuartos adaptados para que las personas en etapa terminal tengan un trato digno, la demanda es tal que a veces el cupo se extralimita.
Referente a la recepción en el albergue, la directora comparte: "La mayoría del tiempo recibimos más gente de la que podemos alojar. En los cuartos (de aproximadamente 4x5 metros) tenemos ocho camas y además ponemos colchonetas en el suelo para que podamos hospedar doce personas por cuarto. Incluso ha habido ocasiones en las que adaptamos los baños para que otras personas duerman dentro de las regaderas." Lamenta que la situación tenga que llevarlos a reubicar personas en áreas no propias para el descanso de un enfermo.
"Por otro lado --finaliza-- es lamentable saber que instituciones como el Mesón deban clausurar sus servicios por falta de recursos. Se necesita del apoyo estatal para que las instalaciones como ésas, que ya cuentan con la infraestructura necesaria, puedan operar de nuevo".
Manuel Salcedo, director del Mesón, informa que el proyecto llevaba 13 años en pie hasta el pasado mes de mayo cuando tuvieron que clausurar por no recibir ingresos fijos. La asociación se mantenía gracias a bienhechores y por el apoyo del Gobierno a través del Consejo Estatal para la Prevención del Sida ( COESIDA), quienes financiaban 10% del proyecto. Sin embargo a partir de la fecha referida dejaron de recibir apoyo fijo del Gobierno.
Actualmente trabajan en nuevas alternativas como un proyecto con un costo menor, buscando las necesidades específicas que requieren los pacientes. Trabajan esta iniciativa apoyados de la vocalía general del COESIDA, junto con otras organizaciones civiles que ofrecen insumos.
Referente a lo expuesto por otros encargados en la administración de albergues sobre la necesidad de aislar a las personas con VIH, Manuel Salcedo manifiesta: "Nosotros, durante todos los años en que hemos laborado, no hemos tenido casos de riesgo entre el personal". También comenta que al momento de cerrar sí recibieron apoyo de otros albergues, pero que éste no ha sido suficiente.
También suma a la problemática la falta de apoyo a quienes tienen VIH, la necesidad de llegar a la sensibilización del tema. "Al convivir con gente que padece esta enfermedad no hay riesgo de contagio. Lo que hay es desinformación en la sociedad".
Finalmente agregó que no han obtenido respuesta de la estructura gubernamental, quienes tienen por responsabilidad ofrecer una alternativa a esta necesidad y que organizaciones como el DIF no han ofrecido el apoyo suficiente. Por el momento, la intención que tienen por objetivo es la de abrir nuevamente el albergue. Así, invita a las personas que tengan la iniciativa de apoyar a este sector de la sociedad, expidan donativos ya sea en efectivo o en especie y recalca la importancia de hacer conciencia al respecto.
Para saber
El Mesón, ubicado sobre la calle de San Felipe #362, entre las calles de Mariano Bárcenas y Mezquitán, en el Centro de Guadalajara, ofrecía los programas y servicios de:
Medicina Alternativa
Terapia Psicológica
Atención a la mujer seropositiva embarazada
Grupos de crecimiento espiritual
Pláticas y talleres impartidos por especialistas
Apoyo económico y en especie
Grupos de auto-apoyo
Talleres destinados a niños y adolescentes con VIH/Sida
Para mayor información y contacto en caso de donaciones se encuentran los teléfonos:
36 13 19 18
36 13 97 17
EL INFORMADOR / RUBÉN GIL
GUADALAJARA, JALISCO (16/SEP/2011).- Durante más de 13 años, el Mesón fue la única organización en la capital del Estado que brindaba apoyo especializado a enfermos del Virus de Inmunodeficiencia Humana (
Mariela Garnica Ornelas, quien funge como trabajadora social adscrita a la unidad de VIH en el Antiguo Hospital Civil, ha presenciado cómo varios casos de los 150, aproximadamente, que reciben al día son pacientes que viajan de diversos municipios, incluso de fuera del Estado, para recibir atención en el nosocomio, y que se ven en la necesidad de dejar de recibir su tratamiento por no contar con los recursos necesarios.
"Son personas que tienen que viajar cada uno o dos meses y necesitan pasar la noche en la ciudad, pero los albergues que existen en la zona no les permiten el ingreso", comenta la trabajadora social.
El albergue del Mesón contaba con áreas específicas en las que podían convivir los familiares de los enfermos, una más donde se ofrecía atención médica de enfermeros y especialistas, así como una tercera donde se hospedaban los pacientes en estado terminal. "Era el mejor espacio donde recibían a nuestros enfermos y donde podían pasar la noche tanto ellos como sus familiares mientras esperaban los resultados de sus exámenes. Ahora que cerraron, los pacientes deben buscar dónde dormir y los albergues cerca del hospital los rechazan, incluso a los familiares."
Ante la problemática, el personal del Hospital Civil ha ofrecido su apoyo en los diversos espacios donde podrían ingresar los pacientes: "Si es necesario, nosotros vamos a las albergues para impartir capacitaciones y eliminar el estigma que se tiene de la persona que padece de VIH", propone la doctora Lucero González, miembro de la Unidad de Atención para Enfermos de VIH.
La movilización entre los médicos y el personal del Antiguo Hospital Civil se debe porque día a día atienden casos en los que resulta loable ver cómo algunos enfermos de VIH buscan salir adelante, luchando contra las adversidades sociales, económicas y personales que se les presentan durante el proceso de su tratamiento. Tal es el caso de un paciente de 38 años que viaja desde el municipio de Tuxpan.
"Yo llevo casi cinco años recibiendo el tratamiento". Comparte su historia tras ingresar al consultorio con una maleta que lo acompaña durante sus viajes. "Al principio me acompañaba mi mamá, pero hace unos meses ella falleció y yo estoy triste desde entonces. Ahora vengo sólo aquí al hospital para que me atiendan. Lo hago por ella". El paciente sufrió de sífilis en el cerebro, lo cual le dejó secuelas como dificultad al caminar y al hablar, así como su brazo izquierdo paralizado. "A veces vengo cada dos o tres meses, pero ahora que me notaron un poco delicado tengo que venir desde Tuxpan cada mes para que un día me hagan mis exámenes y al otro me den consulta."
Durante los primeros años, el paciente se hospedaba en el Mesón junto con su madre. A partir de la clausura buscó albergue en lugares como La Casa del Buen Samaritano, ubicado frente las instalaciones del Semefo, muy cerca del hospital civil, pero le denegaron el ingreso. "Después me enviaron a PAIPID en Tonalá, pero queda muy lejos". Con las complicaciones de su enfermedad resulta bastante difícil viajar desde Tuxpan a Guadalajara para después volver a subirse a un autobús sólo para pasar la noche en Tonalá. "De ahí me fui a Soquipan, pero tampoco me pude quedar. Me recomendaron La casa de la Divina Providencia. Ahorita ahí me estoy quedando y estoy a gusto con la encargada, pero no le puedo platicar a los demás que viven ahí que tengo sida, para que no me rechacen. Es bonito que no me sienta rechazado; sentirme seguro y a gusto".
El paciente debe interrumpir su plática para recibir su consulta. Toma su maleta, se despide y se dirige a otro consultorio. Mariela Garnica concluye: "Yo no veo números ni cantidades; un solo caso como éste yo lo siento como si fueran 100. Para mí, la parte asistencial hacia los pacientes con VIH es la mejor solución".
Muy cerca del Antiguo Hospital Civil existen dos albergues: La casa del Buen Samaritano y el Albergue de Fray Antonio Alcalde. El primero se encuentra como encargada la Madre Sarita. Ella comenta que ese espacio está abierto para todos los enfermos salvo aquellos que padecen de sida y/o tuberculosis. "Hay ciertas pautas a respetar". Incluye la Madre. "No tenemos autorización, solamente nuestro director, David Orozco, tiene el poder de autorizar a quiénes se van a recibir."
Respecto a la propuesta de los doctores del Hospital Civil, para ofrecer capacitaciones en el lugar, la encargada manifiesta, "pues sí podrían venir, pero dudo que con eso cambien las cosas. Aquí debemos proteger a nuestros enfermos, sobre todo a los niños que tenemos aquí, por eso no recibimos a enfermos de VIH." Finalmente agrega, "No tenemos cuartos para aislarlos (a quienes padecen de VIH)".
El segundo albergue se encuentra a altura del Antiguo Hospital Civil pero sobre la avenida Alcalde. Éste lleva alrededor de 12 años en servicio y cuenta con el apoyo de la Asociación Civil Galilea 2000. La directora Maru Casillas explicó el por qué se restringe el ingreso a ciertas personas, "con gusto ofreceríamos el acceso a todos los necesitados, sin embargo no podemos hospedar a gente con VIH, en primer lugar porque cada institución cuenta con un perfil que estipula a qué tipo de enfermos se les prestará los servicios. En nuestro caso abrimos las puertas a personas en situación de calle y algunos enfermos como los que padecen de cáncer para que aquí les consigamos el medicamento que requieren".
También agregó que no cuentan con personal capacitado para prestar los cuidados que los enfermos con VIH requieren. Además explicó que aun contando con un área de hombres, otra exclusiva para mujeres, con un dispensario y un espacio de cocina y comedor, un espacio que funciona como casa hogar para hospedar niños enfermos acompañados de sus padres, otra área para recibir a gente de la tercera edad y un par de cuartos adaptados para que las personas en etapa terminal tengan un trato digno, la demanda es tal que a veces el cupo se extralimita.
Referente a la recepción en el albergue, la directora comparte: "La mayoría del tiempo recibimos más gente de la que podemos alojar. En los cuartos (de aproximadamente 4x5 metros) tenemos ocho camas y además ponemos colchonetas en el suelo para que podamos hospedar doce personas por cuarto. Incluso ha habido ocasiones en las que adaptamos los baños para que otras personas duerman dentro de las regaderas." Lamenta que la situación tenga que llevarlos a reubicar personas en áreas no propias para el descanso de un enfermo.
"Por otro lado --finaliza-- es lamentable saber que instituciones como el Mesón deban clausurar sus servicios por falta de recursos. Se necesita del apoyo estatal para que las instalaciones como ésas, que ya cuentan con la infraestructura necesaria, puedan operar de nuevo".
Manuel Salcedo, director del Mesón, informa que el proyecto llevaba 13 años en pie hasta el pasado mes de mayo cuando tuvieron que clausurar por no recibir ingresos fijos. La asociación se mantenía gracias a bienhechores y por el apoyo del Gobierno a través del Consejo Estatal para la Prevención del Sida ( COESIDA), quienes financiaban 10% del proyecto. Sin embargo a partir de la fecha referida dejaron de recibir apoyo fijo del Gobierno.
Actualmente trabajan en nuevas alternativas como un proyecto con un costo menor, buscando las necesidades específicas que requieren los pacientes. Trabajan esta iniciativa apoyados de la vocalía general del COESIDA, junto con otras organizaciones civiles que ofrecen insumos.
Referente a lo expuesto por otros encargados en la administración de albergues sobre la necesidad de aislar a las personas con VIH, Manuel Salcedo manifiesta: "Nosotros, durante todos los años en que hemos laborado, no hemos tenido casos de riesgo entre el personal". También comenta que al momento de cerrar sí recibieron apoyo de otros albergues, pero que éste no ha sido suficiente.
También suma a la problemática la falta de apoyo a quienes tienen VIH, la necesidad de llegar a la sensibilización del tema. "Al convivir con gente que padece esta enfermedad no hay riesgo de contagio. Lo que hay es desinformación en la sociedad".
Finalmente agregó que no han obtenido respuesta de la estructura gubernamental, quienes tienen por responsabilidad ofrecer una alternativa a esta necesidad y que organizaciones como el DIF no han ofrecido el apoyo suficiente. Por el momento, la intención que tienen por objetivo es la de abrir nuevamente el albergue. Así, invita a las personas que tengan la iniciativa de apoyar a este sector de la sociedad, expidan donativos ya sea en efectivo o en especie y recalca la importancia de hacer conciencia al respecto.
Para saber
El Mesón, ubicado sobre la calle de San Felipe #362, entre las calles de Mariano Bárcenas y Mezquitán, en el Centro de Guadalajara, ofrecía los programas y servicios de:
Medicina Alternativa
Terapia Psicológica
Atención a la mujer seropositiva embarazada
Grupos de crecimiento espiritual
Pláticas y talleres impartidos por especialistas
Apoyo económico y en especie
Grupos de auto-apoyo
Talleres destinados a niños y adolescentes con VIH/Sida
Para mayor información y contacto en caso de donaciones se encuentran los teléfonos:
36 13 19 18
36 13 97 17
EL INFORMADOR / RUBÉN GIL
Síguenos en