Jalisco

Prestadores de servicio abaratarían costos

Sara Velasco, integrante de la Asociación Mexicana de Bibliotecario, considera que una opción para ofrecer el servicio de bibliotecas los fines de semana es aplicar un programa de prestadores de servicio social

GUADALAJARA, JALISCO (17/ENE/2013).- Que la Biblioteca Pública del Estado “Juan José Arreola” reciba un promedio de mil 250 usuarios diarios indica “que está en una muy buena zona, porque tiene escuelas alrededor”. Es por eso que no dudaría que los fines de semana la afluencia de usuarios bajaría, “pero le serviría a las personas que viven cerca de esa zona”.

Es por eso que Sara Velasco, integrante de la Asociación Mexicana de Bibliotecarios, considera que una de las opciones por las que podría optar la Universidad de Guadalajara (UdeG) para ofrecer el servicio de biblioteca los fines de semana es aplicar un buen programa de prestadores de servicio social, “que estén debidamente capacitados y supervisados, y con eso ya no necesitas tanto presupuesto”.

Aunque no está determinado un número de bibliotecarios por cierta cantidad de usuarios, lo cierto es que “hay bibliotecas municipales que por sus dimensiones requieren nada más dos o tres bibliotecarios. Y los fines de semana se montan guardias. Algo así se podría probar”, dijo la también escritora, quien se sorprendió por la cantidad de gente que ha registrado hasta el momento la “Juan José Arreola”.

Luego de que el director de la Biblioteca Pública de Jalisco, Juan Manuel Durán, declaró que buscará un aumento al presupuesto para contratar más personal, Sara Velasco, investigadora de la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco insistió en que es necesario que se revisen las condiciones laborales de los trabajadores, pues “por lo menos los bibliotecarios de la Red Nacional de Bibliotecas tienen un salario de seis mil pesos”. Mientras que en la UdeG “tengo conocimiento de que son otros mecanismos de escalafón, donde les va un poquito mejor”.

Una de las posibles respuestas que podrían encontrar eco en las autoridades que administran las bibliotecas, es que se pilotee un programa de apertura los fines de semana “para que se considere si vale la pena o no abrir los sábados y domingos.

Para ella, una biblioteca “es un punto de reunión entre los lectores con otros lectores. Sería increíble que la gente entendiera que es un punto de reunión, más que de aislamiento, donde se puede vivir otros mundos posibles”.
Síguenos en

Temas

Sigue navegando