Jalisco
Niños de primaria ‘viven’ prueba ENLACE
Alumnos de la escuela Manuel M. Diéguez presentan la Evaluación Nacional de Logro Educativo en Centros Escolares
GUADALAJARA, JALISCO (24/MAY/2011).- A las dos de la tarde y al Sol, el calor es estridente. Adentro, en una amplia aula de techos altos, 15 alumnos de cuarto grado, de la primaria Manuel M. Diéguez, trabajan en la segunda parte del examen de 168 preguntas de la prueba ENLACE, y que comenzaron ayer a esta misma hora.
Marilú, una profesora de sexto grado, dirige, reactivo por reactivo, su aplicación: “Es para evitar suspicacias”, decía minutos antes el director de la céntrica escuela, cuyo segundo piso funciona como secundaria general.
Carlos, niño llenito y simpático, es el primero en contestar afirmativamente cuando Marilú pregunta a los estudiantes si es que ya terminaron de colorear con lápiz el reactivo correspondiente en la hoja de respuestas.
El ambiente es agradable. El ventilador de techo hace más llevadera la jornada que esperan concluir antes de las cuatro y media. De otra forma tendrán que continuar después de las cinco. Los niños no parecen preocupados o tensos por la aplicación de la prueba. Así como el lunes, primero vienen las preguntas de la asignatura de Español.
Ningún niño manifiesta duda. Parecen bien familiarizados con el examen que contestaron por primera ocasión el año pasado mientras cursaban tercero de primaria.
Sentada detrás de Marilú se encuentra Alicia. Ella es abuela de uno de los alumnos y acompaña la realización de la prueba, así como otros padres de familia lo hacen en más grupos de tercero, cuarto, quinto y sexto grado. Tranquila, Alicia escucha las preguntas que Marilú lee en voz alta. Los niños lo hacen en silencio cada uno apoyado en su propio manual de preguntas.
Se agotan los reactivos de Español e inician con los de Matemáticas. De igual forma es Carlos quien primero hace saber a Marilú cuando está listo para pasar a la siguiente pregunta y así lo hace hasta agotar la asignatura.
Son cerca de las cuatro. Los 15 chicos parecen enfadados, han terminado Matemáticas. A manera de descanso, realizan un juego que consiste en agacharse o levantarse sin equivocarse mientras la profesora dice, intercaladamente: “enanos-gigantes”.
A la hora en punto vuelven a la carga. Sólo falta Geografía, la asignatura adicional de este año. Ya con buen ritmo, Marilú pasa de pregunta en pregunta. Parece que no será necesario terminar la prueba regresando del receso, a las cinco de la tarde.
Finalmente, el grupo llega a la pregunta 168 y antes de lo previsto. Los chicos están deseosos de salir al recreo. Aún no pueden, ya que primero suena el timbre para los alumnos de secundaria y poco después para los de la primaria.
Durante la espera, Carlos, el alumno inquieto, dice haberse preparado bien para la prueba desde semanas atrás. Parece tener la energía para contestarla otra vez. “Yo estudié todo el sábado y domingo” dice una niña, Andrea.
Suena el timbre. Son las cuatro y media y es la hora del recreo. La prueba ENLACE ha terminado.
EL INFORMADOR / RAFAEL ZAPATA
Marilú, una profesora de sexto grado, dirige, reactivo por reactivo, su aplicación: “Es para evitar suspicacias”, decía minutos antes el director de la céntrica escuela, cuyo segundo piso funciona como secundaria general.
Carlos, niño llenito y simpático, es el primero en contestar afirmativamente cuando Marilú pregunta a los estudiantes si es que ya terminaron de colorear con lápiz el reactivo correspondiente en la hoja de respuestas.
El ambiente es agradable. El ventilador de techo hace más llevadera la jornada que esperan concluir antes de las cuatro y media. De otra forma tendrán que continuar después de las cinco. Los niños no parecen preocupados o tensos por la aplicación de la prueba. Así como el lunes, primero vienen las preguntas de la asignatura de Español.
Ningún niño manifiesta duda. Parecen bien familiarizados con el examen que contestaron por primera ocasión el año pasado mientras cursaban tercero de primaria.
Sentada detrás de Marilú se encuentra Alicia. Ella es abuela de uno de los alumnos y acompaña la realización de la prueba, así como otros padres de familia lo hacen en más grupos de tercero, cuarto, quinto y sexto grado. Tranquila, Alicia escucha las preguntas que Marilú lee en voz alta. Los niños lo hacen en silencio cada uno apoyado en su propio manual de preguntas.
Se agotan los reactivos de Español e inician con los de Matemáticas. De igual forma es Carlos quien primero hace saber a Marilú cuando está listo para pasar a la siguiente pregunta y así lo hace hasta agotar la asignatura.
Son cerca de las cuatro. Los 15 chicos parecen enfadados, han terminado Matemáticas. A manera de descanso, realizan un juego que consiste en agacharse o levantarse sin equivocarse mientras la profesora dice, intercaladamente: “enanos-gigantes”.
A la hora en punto vuelven a la carga. Sólo falta Geografía, la asignatura adicional de este año. Ya con buen ritmo, Marilú pasa de pregunta en pregunta. Parece que no será necesario terminar la prueba regresando del receso, a las cinco de la tarde.
Finalmente, el grupo llega a la pregunta 168 y antes de lo previsto. Los chicos están deseosos de salir al recreo. Aún no pueden, ya que primero suena el timbre para los alumnos de secundaria y poco después para los de la primaria.
Durante la espera, Carlos, el alumno inquieto, dice haberse preparado bien para la prueba desde semanas atrás. Parece tener la energía para contestarla otra vez. “Yo estudié todo el sábado y domingo” dice una niña, Andrea.
Suena el timbre. Son las cuatro y media y es la hora del recreo. La prueba ENLACE ha terminado.
EL INFORMADOR / RAFAEL ZAPATA
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