Jalisco
Metropolitano
El término ''metropolitano'' es muy útil y efectivo en el discurso, pero muy difícil de aplicar en la práctica
La falta de acuerdos durante la reunión del Consejo Metropolitano, llevada a cabo la semana pasada entre el gobernador y ocho alcaldes (El Informador 24-02-2010), puso de manifiesto una vez más, la necesidad de tener planes y visiones estratégicas, que permitan entre otros asuntos, usar adecuadamente los recursos del Fondo Metropolitano, que para el trienio 2010-2012 cuenta con la nada despreciable cantidad de seis mil millones de pesos. La falta de visión y de una verdadera estructura metropolitana termina por asignar a las obras viales los beneficios de este fondo. Desperdiciamos entonces la oportunidad de desarrollar con esos recursos, proyectos que modifiquen cualitativamente la infraestructura de nuestra ciudad, aquellos que ofrezcan mejorar la calidad de vida.
Aunque para algunos estudiosos del fenómeno metropolitano, en el contexto nacional Guadalajara tiene una larga trayectoria (50 años) en la gestión urbana y metropolitana, lo cierto es que las generaciones actuales no perciben las bondades de esa historia.
Hoy no podemos evidenciar que hay estructuras o acuerdos supra municipales —quizás más allá del SIAPA—, que vean la ciudad como un todo y otorguen reglas claras a las acciones de cada municipio o a los proyectos estatales de impacto metropolitano. Si por razones políticas y de control presupuestal la propuesta de crear una Coordinación Metropolitana así como el Instituto Metropolitano de Planeación, quedaron atoradas entre el Congreso y el Gobierno estatal; la disposición de recursos del Fondo sí podría ser una buena ocasión para dar señales de avances en proyectos estratégicos para todos, la decisión está en manos de quienes tienen como responsabilidad la administración del territorio.
Cuestionar acerca de la inversión en infraestructura vial, no pretende plantear como poco deseable el agilizar los trayectos en algunas vialidades, o terminar tramos como el periférico, un añejo anhelo; no se trata de lo que podemos ganar, sino más bien, de la oportunidad que perdemos. Si las tareas prioritarias del Consejo creado en 1989 son “ordenar y regular el crecimiento urbano”, estos recursos podrían convertirse en inversiones estratégicas para parques metropolitanos, corredores peatonales y sistemas de espacios públicos o para lograr una amplia red de ciclovías, es decir; proyectos que tienen que ver con la forma en que aspiramos crecer en la ciudad y que difícilmente se logran con los escasos fondos municipales y gestiones que dependen de más de un Gobierno. Ojalá aún haya tiempo para lograr acuerdos; evitemos “territorios sin discurso y ciudades sin imaginario”, necesitamos “hechos” metropolitanos.
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