Jalisco

Marchan cientos de jóvenes por la paz

Los jóvenes comenzaron la movilización cerca de las 9:15 horas; el destino es el Santuario de los Mártires, donde está programada una misa a las 12:00 horas

GUADALAJARA, JALISCO (03/NOV/2012).- Santiago tiene 10 años y viene desde Querétaro. En la Plaza de la Liberación, en el Centro de Guadalajara, ríe y habla con dos niños que aparentan tener su edad. Es pequeño, pero sabe bien a qué lo han traído: una peregrinación hacia el Santuario de los Mártires, la cuarta que realizan grupos religiosos en igual número de años.

-¿Vienen porque quieren o porque los obligaron?

-Porque queremos

Es el único entre sus compañeros que se anima a hablar. Los otros apenas se le acercan o contestan con monosílabos. Santiago no mide más de metro y medio; tiene un tono de voz un tanto chiqueado, pero ya se expresa con soltura. Pertenece a un grupo católico llamado "Mártires". Vino en camión con otros queretanos para marchar por calles que le son impropias. Pero bueno, todo sea por cumplir el objetivo de este encuentro, el cual cree tener claro: "Que haya paz en México".

-¿Cómo hay que combatir la violencia?

-Con más seguridad y pidiéndole a Dios, ¿no?

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Las pelotas y los globos vuelan de un lado a otro. Es una fiesta. Los silbatos se hacen notar casi tanto como los tambores. Hay porras. Hay ánimo. Hay ganas de marchar.

A los animadores les pudo haber ido mejor. Por más que intentaban encender al público, el micrófono fallaba a cada rato. Pero los asistentes no necesitaban ser encendidos; ellos celebraban con gritos de "¡El que no brinque es ateo!" y otros similares.

Veían de San Luis Potosí, Zacatecas, Querétaro, Aguascalientes, Guanajuato y otros estados. Portaban camisas que hacen siempre referencia la religión que profesan y que, están convencidos, es la única que puede sanar al país. "Porque Cristo es la solución", "porque hay que evangelizar a la familia", "porque hay que mostrarle al mundo que el catolicismo todavía es una opción"; cada uno da su razón por la que está presente en Guadalajara a temprana hora, a la espera de una caminata que durará alrededor de dos horas.

En el escenario los animadores siguen sufriendo por las fallas técnicas. Tratan de maquillarlas con un grupo musical llamado "Hebreos", compuesto de dos guitarristas -uno de ellos canta- que tocan canciones dispuestas para la ocasión. Los asistentes escuchan e imitan a quienes se han subido a bailar a la tarima, entre movimientos de cadera, manos y cabeza; hay que sacudir el cuerpo para terminar de despertar.

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Alejandro se prepara desde hace cinco años para ser sacerdote. No es casualidad que su forma de vestir sobresalga entre los demás: una túnica negra cubre su cuerpo. Le faltan aún cinco años de estudios para usarla como un padre de la Iglesia Católica.

Él viajó desde el Distrito Federal con sus razones como equipaje: "Venimos a peregrinar, creemos que este mundo necesita de la presencia de Cristo, y nosotros siendo jóvenes queremos demostrar que Cristo vive y viene para salvarnos a nosotros". En efecto, es joven: tiene 25 años. La mayoría de los asistentes ronda los 20.

-¿Cuántas personas del Distrito Federal vienen contigo?

-Soy el único

-¿Vino alguien más aparte?

-Soy el único que vino.

-¿Por qué?

-Porque allá no se organizaron para venir.

Viene solo, pero estará acompañado: Vialidad calcula que unos mil jóvenes participaron en la marcha.

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Cualquiera pensaría que es una peregrinación hacia el Estadio Omnilife. Las banderas rojas y blancas se alzan entre la multitud. Pero no traen un escudo de las Chivas; una cruz roja las abarca casi en su totalidad.

También hay porras. Los jóvenes avanzan sobre la Avenida Alcalde al grito de: "¡Oleeeé, olé, olé, olé! ¡Cristo, Cristo!". Otros más, especialmente los de Guanajuato, inician con: "¡Éeeeesta es, la juventud del Papa!". Parece que aún los anima la visita que Benedicto XVI les hizo en marzo.

Llegan a Avenida La Paz y dan vuelta. Falta mucho para que el ánimo caiga por el cansancio. Algunos esperan parados unos segundos y, al grito de "¡avalancha!", corren hacia los compañeros de adelante, quienes a su vez imitan el movimiento para no ser arrollados.

Así llegan a la Avenida Federalismo. De ahí sigue caminar derecho hasta llegar al objetivo: el Santuario de los Mártires, donde una misa estaba programada a las 12:00 horas.

Todos caminan. Todos se divierten. Todos parecen creer en la causa por la que marchan. En la parte final del trayecto los ánimos ya no son los mismos que al principio, pero las porras aún están ahí, en grupos aislados. El cansancio no los para. Después de todo no viajaron tantas horas para venir a sentarse.

AGENCIA INFORMADOR/ROBERTO MEDINA
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