Jalisco

Los niños que escapan del VIH

Aunque sus madres portan el virus, 72 bebés nacieron sanos en Jalisco gracias a un programa de seguimiento

GUADALAJARA, JALISCO (17/JUL/2011).- Karina y su marido salieron a descubrir el mundo. Visitaron África, Asia y América. Llegaron a la Ciudad de México y ahí se detuvieron: Karina estaba embarazada, pero sólo hablaba francés y se le dificultaba comunicarse con la ginecóloga.

A los 24 años dio a luz a su bebé, pero desde pequeño comenzó a tener temperatura constante y dificultad para respirar. A los tres meses lo hospitalizaron por primera vez y los doctores le diagnosticaron neumonía. Se recuperó y en un par de días se volvió a enfermar, así que lo llevaron de nuevo a la clínica. “Me lo regresaron porque había muchos niños. Pasó la noche ardiendo de fiebre y sudando. Lo cargué toda la noche y ahí se me murió en mis manos. Grité y grité como loca. —Karina hace una pausa, baja la cabeza y susurra con un español que arrastra su acento francés—. Esa parte de mi vida la tengo borrada”.

Para olvidar, decidió embarazarse de nuevo e irse de la Ciudad de México, porque todas las calles le recordaban la muerte de su hijo. A Guadalajara llegó con cinco meses de embarazo y un malestar que la llevó al hospital. Ahí le hicieron una prueba rápida del Virus de Inmunodeficiencia Humana ( VIH). El resultado fue positivo para ella y negativo para su marido.

“Sólo pensaba que yo y mi bebé íbamos a morir. Pero la doctora me prometió que podía vivir muchos años y que el niño saldría sano. Me mandó al Mesón de la Misericordia y ahí me calmé más, porque vi que había fotos de muchos niños salvados y de gente que ha vivido 20 o 30 años”.

Karina entró al programa “Salva a tu bebé del sida”, que coordina el Mesón de la Misericordia con el Hospital Civil, y acató las instrucciones: Tomó medicamentos durante el embarazo, programó su parto por cesárea —momento en el que le suministran cierta cantidad de medicamento para disminuir la carga viral y, por ende, el riesgo de transmisión perinatal— y jamás amamantó.

La foto de su hija está en un corcho junto a la de otros 71 que han dado de alta. Karina lleva en su celular otra imagen de su niña de tres años, sonriente, peinada con dos chongos y una paleta de caramelo en la mano.
En el mismo periodo, de 2004 a la fecha, tan sólo el Mesón de la Misericordia recibió 79 infantes que portan el virus, porque a sus madres ningún doctor les hizo el examen durante el embarazo. Actualmente hay 52 casos en seguimiento, pues se les da de alta hasta que cumplen dos años.

La joven de 28 años piensa que por algo se murió su primer hijo. “No habría soportado pensar que yo le transmití la enfermedad”. Piensa que vivirá muchos años y que verá a su hija estudiar, tener muchos amigos, casarse y “ser una persona de bien”.

“Nunca pensé en abortar”


De alrededor de 100 mil embarazos anuales en el Estado, en promedio sólo 7% se hace la prueba de VIH, mientras que la Organización Mundial de la Salud recomienda que sea 90% de cobertura.

La Secretaría de Salud Jalisco ha distribuido pruebas rápidas, y del Instituto Mexicano del Seguro Social ( IMSS) sólo se realizan en muy pocas clínicas. Una de las razonas por las que no existe en México un programa de atención a todas las mujeres embarazadas es porque —argumentan instituciones como el IMSS— no tendrían dinero para darle tratamiento a nuevos pacientes con VIH/sida.

La mayoría de los casos que ha llegado al Mesón con detección temprana, provienen de algunos centros del Sector Salud, especialmente de Puerto Vallarta. Y del total, sólo 2% proviene del IMSS.

“Es imperdonable que sigan naciendo niños con VIH, porque la transmisión perinatal podría ser erradicada”, sentencia el doctor Jaime Andrade Villanueva, jefe de la Unidad de VIH del Hospital Civil de Guadalajara.

Laura es una de las tantas mujeres que en 2007 no se diagnosticó. Nació su primer hijo y antes de que cumpliera el primer año, pasaba las noches llorando y tocándose su oído. Los doctores decían que no tenía nada, hasta que lo hospitalizaron por neumonía y anemia. “Me dijeron que si le hacían la prueba del VIH y les dije que sí, que estaba segura que no lo tenía. Al día siguiente regresé y ya no estaba en su cama. Lo habían aislado a otro cuarto para que no agarrara otras infecciones y ahí me dijeron que estaba enfermo. Y me dijeron que seguramente yo también lo tenía. El problema es que ahí ya estaba otra vez embarazada”.

Por la cabeza de Laura pasaron ideas como huir con su hijo a donde no la conocieran o quitarse la vida. “Pero nunca pensé en abortar, aunque se me venía el mundo encima, porque tenía meses con mi hijo en el hospital y no podía más”, relata la joven de 29 años sonriente y platicadora.

Los pediatras de su hijo la enviaron al Mesón de la Misericordia. Ahí se tranquilizó, aunque no les creía que su segundo hijo saldría sano.

“Por fin di a luz y cuando me lo llevaron a la cama, no me nacía abrazarlo. No sé por qué. Con el tiempo ya sentí que lo quería, sobre todo ya que fui entendiendo que sí podía estar sano. Cuando me dieron la noticia estaba muy contenta porque de los males, el menor. Pensé que él es el que nos va a cuidar a mi otro hijo y a mí”.

El parto de Laura obedeció a un estricto procedimiento. Para que exista contagio de VIH tiene que haber tres condiciones: el virus, fluidos y una puerta de entrada. Cuando la mujer es portadora, puede transmitirlo durante el parto (por los fluidos) y amamantando. Mientras está en gestación, el niño difícilmente entra en contacto con los líquidos maternos, pues lo protege la bolsa amniótica.

Mientras Laura platica, los dos niños, de cuatro y dos años corren, gritan, brincan, rompen. Son un remolino.
“Apenas fui al psicólogo porque siento que andaba mal, muy estresada. No aguantaba a los niños porque son muy traviesos. Pero ya me relajé… al menos pienso que ya no tengo que cargar con la cruz de los dos”.

A esta mujer le aterra la idea de imaginar a su primer hijo “todo flaquito” en un cuarto de hospital y que ella no llegue a ser abuela. “Si el primero llega a grande, pues no va a poder tener hijos. Y del otro, tal vez yo no esté (viva) cuando él llegue a ser papá… pero a los dos me los imagino de grandes y trabajadores”.

Lugares de ayuda


¿Dónde hacen pruebas rápidas de detección de VIH?


Clínica de Infecciones de Transmisión Sexual
Hospital Maternidad “Esperanza López Mateos”,
Constituyentes # 175, esq. Nicolás Régules S.J.
Teléfonos 3619 0635 y 3619 6592.
Horario: de 9:00 a 13:00, y de 16:00
a 19:00 horas.
 
Centro de Salud # 1
Churubusco # 143,
entre Javier Mina y Dionisio Rodríguez.
Teléfono 3030 9553.
 
Centro de Salud # 3
Mezquitán # 2111,
entre Circunvalación y Federalismo.
Teléfono 3030 9606.
 
Clínica del Varón
Centro de Salud # 4,
Juan de Dios Robledo # 230-A (Calle 56)
Colonia Oblatos.
Teléfono 3030 9555.

Cifras de la pandemia

Transmisión perinatal, riesgo controlado


33% de las mujeres embarazadas en el mundo transmite el VIH durante el parto o la lactancia.

1,600 a 2,000 niños son infectados cada día con VIH al nacer, en el mundo.

170 mil personas se estimaba que vivían con VIH en 2006, en México, de las cuales, 42 mil eran mujeres de más de 15 años.

0.9% es el número de mujeres embarazadas con el virus, la República Mexicana.

7 de cada 10 casos pediátricos, han sido contagio fue vía perinatal, en el país.

49% o menos, existe en riesgo de transmitir el virus al bebé, pero si el virus se detecta durante el embarazo, se puede reducir el riesgo a menos de uno por ciento. Si se realizaran pruebas rápidas a todas las mujeres embarazadas, se podrían prácticamente erradicar los casos de niños que nacen con VIH.

33% de las mujeres embarazadas en el mundo transmite el VIH durante el parto o la lactancia.

1,600 a 2,000 niños son infectados cada día con VIH al nacer, en el mundo.

170 mil personas se estimaba que vivían con VIH en 2006, en México, de las cuales, 42 mil eran mujeres de más de 15 años.

0.9% es el número de mujeres embarazadas con el virus, la República Mexicana.

7 de cada 10 casos pediátricos, han sido contagio fue vía perinatal, en el país.

Política pública

Detección temprana


Si todas las mujeres embarazadas se hicieran pruebas rápidas de VIH, se erradicarían los casos de niños que nacen con el virus. En Jalisco se han detectado 180, pero el número podría ser cero, si a sus madres se les hubiera detectado a tiempo la enfermedad.

Aunque no hay una política pública para diagnosticar a las 100 mil embarazadas que hay en Jalisco anualmente, existe un programa independiente que ha logrado que 72 niños nazcan sin VIH de 2004 a la fecha.
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