Jalisco

La enseñanza puede mitigar la marginación en la sociedad

Sectores importantes de la sociedad no cuenta con beneficios fundamentales como la información, el conocimiento y la comunicación

GUADALAJARA, JALISCO (01/JUN/2010).- Uno de los planteamientos analizados dentro del II Encuentro Internacional de Rectores Universia fue la función de las universidades ante los fenómenos de exclusión social e individualismo, con la ponencia “La educación superior y el conocimiento como factores de inclusión y cohesión social”.

En los países latinoamericanos y del Caribe, señala Albor Cantard, rector de la Universidad Nacional del Litoral, Argentina, un sector importante de la sociedad persiste excluido de beneficios fundamentales como la información, el conocimiento y la comunicación, lo mismo de servicios básicos que resultan indispensables para niveles satisfactorios de calidad de vida.  

Los retos se acentúan cuando se deja atrás lo que fue el modelo de la sociedad industrial, en el que se mantenía el afianzamiento de instituciones como la escuela y la familia, o de organizaciones como los partidos políticos y los sindicatos, que generaban “fuertes lazos de identificación y pertenencia” para las personas.

Nuestra sociedad post-industrial, en cambio, es más una “sociedad de individuos”, que tiene dos expresiones: un individualismo positivo, que pugna por la autonomía, la calidad de vida, la libertad y la felicidad; y un individualismo de masas, afectado por la inseguridad y la falta de protecciones estatales.

Define a la cohesión social como “la equidad en el acceso a los bienes y servicios públicos, la dignidad individual y colectiva, el pleno ejercicio de los derechos ciudadanos y la participación en proyectos colectivos”. No hay modelo de desarrollo sustentable, por lo tanto, en el que una sociedad conviva con “la marginalidad, la pobreza, la exclusión, la violencia y el totalitarismo”.

La función de la universidad en este contexto es muy diversa. Articulando sus estrategias con el Estado y la sociedad organizada, puede actuar en el “diseño, implementación, evaluación de políticas públicas que promuevan el desarrollo sustentable, el pleno ejercicio de los derechos humanos, el empoderamiento de la sociedad, la construcción permanente de ciudadanía, el fortalecimiento de los sistemas productivos y el impulso al desarrollo tecnológico y de los procesos de innovación”.

Al término de la ponencia, los rectores enriquecieron el planteamiento original. Por ejemplo, destacaron la necesidad de que las universidades fortalezcan sus departamentos de comunicación para difundir y acercar sus conocimientos a la sociedad, así como para interactuar en mayor medida con los medios de comunicación.

Se consideró de gran relevancia implementar programas en los que los universitarios puedan aprender a través de la experiencia directa que se adquiere por el servicio social, lo que beneficia tanto al estudiante como a la organización que se apoya de esta forma.
También se propuso la generación de un ranking de universidades que considere como indicador a la capacidad integradora de la casa de estudios, es decir, que mida no sólo la excelencia de sus programas, sino qué tan incluyente se muestra con respecto a los que menos tienen.

Campos de acción


La formación de profesionales altamente capacitados en sus respectivas disciplinas y que los mismos sean ciudadanos críticos y comprometidos socialmente.

La generación de programas de investigación orientados a problemas sociales y productivos de cada región.

Fortalecimiento de las organizaciones civiles y de redes interinstitucionales como espacios de trabajo para empoderar a la sociedad, contribuir su participación en la toma de decisiones y la reconstitución del tejido social.

Coordinación entre la universidad y el Estado para contribuir de manera efectiva en el diseño, desarrollo y monitoreo de políticas públicas con fundamento científico.

Promoción del desarrollo productivo sustentable local y regional mediante el trabajo de la universidad con las micro, pequeña y mediana empresas.

Incluir a la población de escasos recursos, desafío de las universidades

“Muchos y todos” son los retos que enfrentan las instituciones de educación superior de Iberoamérica, coinciden los rectores que participaron en la mesa de trabajo “Los desafíos de la universidad iberoamericana ante un mundo en cambio”, dentro del marco de actividades del II Encuentro Internacional de Rectores de Universia 2010, que tiene como sede nuestra ciudad.

“Ésta era una mesa que daba para hablar de cualquier tema, porque en este mundo, que está en constante cambio, la universidad atiende todos los aspectos, toda la problemática, entonces todo nos incumbe”, comentó el presidente del debate, Rubén Hallú, quien es rector de la Universidad de Buenos Aires.

Más específicamente, los rectores acordaron en que se debe apostar por la inclusión de la universidad en las clases sociales menos favorecidas económicamente, esto desde el ingreso hasta el fin de sus estudios superiores:
“No solamente suele pasar que es bajo el porcentaje que va a la universidad, sino que arriba va el sector más pudiente y eso genera, a futuro, cada vez más separación, más estratificación. Para combatir esto hay que lograr que los más excluidos, los más vulnerables, logren llegar a la universidad, que logren egresar y que a futuro esto revierta la situación”, adujo Rubén Hallú.

“Es un desafío importante a futuro lograr no sólo que los jóvenes entren, permanezcan y egresen a la universidad, sino que se puedan insertar bien en la sociedad”.

Los especialistas coincidieron en que desde hace cientos de años, los principales desafíos de la universidad son: la formación de profesionales, la extensión e investigación académica.

Más recientemente, otro desafío que enfrenta la universidad iberoamericana es que tiene que aportar ideas que se traduzcan en políticas de Estado.

Durante la mesa, los rectores también acordaron que las universidades deben atender a las diversas problemáticas sociales, principalmente las que no pueden esperar más tiempo para ser resueltas.

Coincidieron en que todas las naciones de Iberoamérica deben procurar tener más jóvenes de entre 18 a 24 años en las instituciones de educación superior.

Frases
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Es un desafío importante a futuro lograr no sólo que los jóvenes entren, permanezcan y egresen a la universidad, sino que se puedan insertar bien en la sociedad "
Rubén Hallú,
rector de la Universidad de Buenos Aires.
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