Jalisco
LA CRÓNICA NEGRA
...la tranquilidad de los pobladores se interrumpió por el intercambio de balazos entre autoridades y sicarios...
“Ese día –el viernes 9 de octubre pasado– vecinos de aquí, de Lo de Guevara, se quedaron como mudos, toda la gente dejó de trabajar y de hacer sus cosas cuando comenzaron a escucharse los estruendos y se dejaron ver por la carretera muchas patrullas de todos lados”, relata un hombre que vive en aquella población.
Habitantes de la población conocida como Lo de Guevara, ubicada a unos cinco minutos de la cabecera municipal de Magdalena, Jalisco, ese día se estremecieron luego de escuchar los truenos que provenían del cerro de Lo de Guevara.
Ese viernes parecía ser un día más, como cualquier otro inicio de fin de semana, sin embargo, no fue así, ya que la tranquilidad de los pobladores se interrumpió por el intercambio de balazos entre autoridades y sicarios, que, a decir de los habitantes de tanto de Lo de Guevara como de Magdalena y de la gran mayoría de los habitantes de la Región Valles, y después confirmado por autoridades, pertenecen al cártel Golfo.
“Eran como las siete u ocho de la mañana cuando dicen los de la tienda que se empezaron a escuchar los balazos, pero ratito después fue cuando llegaron camionetas y camionetas llenas de policías y judiciales. Eran muchos, como 200 o más, también llegaron los soldados del Ejército, era un mundo de gente con muchas armas grandes”, afirmó el dueño de un negocio de pollos asados, que prefirió guardar el anonimato.
Nadie imaginaría que, horas más tarde, comenzaría una gran refriega entre policías de varias corporaciones y los sicarios, que duraría poco más de dos horas, iniciando desde las faldas del cerro de Lo de Guevara y terminaría montañas más atrás.
Entre tanto, los vecinos de la población no daban crédito a los hechos que se suscitaban en ese momento, ya que, aseguraron muchos, nunca se había registrado algo así en Magdalena, mucho menos en aquella zona tequilera.
Vecinos –los cuales eran pocos– cercanos al cerro donde se registró la refriega tuvieron que abandonar sus domicilios, mismos que en su mayoría aún estaban a medio construir, por órdenes expresas de las autoridades que se encontraban al mando del enfrentamiento.
Aunque algunos de los pobladores decían desconocer los motivos por los cuales autoridades y pistoleros se enfrascaron a balazos, algunos otros especulaban en torno a las causas. “De seguro se agarraron a balazos contra los del cártel del Golfo, son los que quieren agarrar la plaza de aquí. Ya se habían dado agarrones con los polis de Tequila, de El Arenal y de más allá, pero nunca como ahora, hasta llegó el Ejército y había muchos helicópteros volando en el cerro”.
Los “famosos truenos”, según expertos, provenían de armas de fuego de alto poder, todas de uso exclusivo del Ejército Mexicano: AK-47, de los conocidos como “Cuernos de Chivo”, AR-15, rifles tipo Fall calibre 7.62 X.9 milímetros, calibre .40, y granadas de fragmentación.
“Parecía como una guerra”, afirmaron pastores que, en el momento de la balacera, se encontraban internados en varias zonas del cerro pastoreando a su ganado.
Luego de varias horas de temor y desconcierto entre los lugareños de Lo de Guevara, la balacera cesó, ya no se escucharon los estruendos, ni las hélices de los helicópteros que sobrevolaban la zona para ubicar a los uniformados por tierra para copar a los pistoleros. Sin embargo, lo que sí se escuchó en varios rumbos de la zona, fue el aullar de las sirenas de las patrullas de policías estatales y de la Procuraduría, que ya se dirigían hacia Guadalajara con su mayor trofeo de esa contienda; 17 sicarios detenidos.
Al igual que las patrullas, pero sin tanta prisa, también abandonaron el lugar, sus homólogos de las policías municipales de Magdalena, Tequila, El Arenal, Amatitán, Hostotipaquillo, Etzatlán, Zapopan, Tlajomulco de Zúñiga, Guadalajara, Tlaquepaque, del Estado, de la Secretaría de Vialidad, de la Federal y del Ejército Mexicano, que acudieron a prestar el apoyo.
En aquella refriega participaron poco más de 300 uniformados, murieron cuatro sicarios y resultaron lesionados un militar y un agente investigador, según declararon algunas autoridades a los medios de comunicación.
Días después del enfrentamiento, la mayoría de los municipios de la Región Valles quedaron en calma, en paz, tranquilos, sin embargo, sus habitantes desconocen por cuánto tiempo estarán así…
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