Jalisco

Inclusión, desafío de las universidades en Iberoamérica

Los rectores acordaron en que se debe apostar por la inclusión a la universidad de las clases sociales menos favorecidas económicamente

GUADALAJARA, JALISCO (31/MAY/2010).- “Muchos y todos” son los retos que enfrentan las instituciones de educación superior de Iberoamérica, coinciden los rectores que participaron en la Mesa 1 de trabajo “Los desafíos de la universidad iberoamericana ante un mundo en cambio”, dentro del marco de actividades del II Encuentro Internacional de Rectores de Universia, que tiene como sede esta ciudad.

“Esta era una mesa que daba para hablar de cualquier tema, porque en este mundo, que está en constante cambio, la universidad atiende todos los aspectos, toda la problemática, entonces todo nos incumbe”, comentó el presidente del debate Rubén Hallú, quien es rector de la Universidad de Buenos Aires.

Más específicamente, los rectores acordaron en que se debe apostar por la inclusión a la universidad de las clases sociales menos favorecidas económicamente, esto dese el ingreso hasta el fin de sus estudios superiores:

“No solamente suele pasar que es bajo el porcentaje que va a la universidad, sino que arriba va el sector más pudiente y eso genera, a futuro, cada vez más separación, más estratificación y para combatir esto hay que lograr que los más excluidos, los más vulnerables, logren llegar a la universidad, que logren egresar y que a futuro esto revierta la situación”, adujo Rubén Hallú.

“Es un desafío importante a futuro, lograr no sólo que los jóvenes entren, permanezcan y egresen a la universidad, sino que se puedan insertar bien en la sociedad”, agregó el rector.

No obstante, los especialistas coincidieron en que desde hace cientos de años los principales desafíos de la universidad son la formación de profesionales, la extensión e investigación académica. Más recientemente otro desafío que enfrenta la universidad iberoamericana es que tiene que aportar ideas que se traduzcan en políticas de estado.

Durante la Mesa, los rectores también acordaron que las universidades deben atender a las diversas problemáticas sociales, principalmente las que no pueden esperar más tiempo para ser resueltas. Coincidieron en que todas las naciones de Iberoamérica deben procurar tener más jóvenes de entre 18 a 24 años en las instituciones de educación superior.

EL INFORMADOR / RAFAEL ZAPATA
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