Jalisco

Hasta 30% de los niños obesos tiene carencias nutricionales

Los menores con sobrepeso no ingieren las vitaminas y minerales básicos para su crecimiento, pues comen alimentos de mala calidad

Aunque van a la baja, aún hay casos
de pequeños desnutridos

''Alarmante'', el consumo
de calorías en adolescentes

GUADALAJARA, JALISCO (07/JUN/2010).-
Niño “gordito”, niño sanito. Hasta hace un par de años, esta expresión era usada por muchos padres de hijos con sobrepeso, justificando que los kilogramos de más eran buenos para el desarrollo de los pequeños.

Sin embargo, ahora que la obesidad y el sobrepeso se convirtieron en epidemias para muchos países del mundo, la premisa está descartada, consideran expertos.

La razón es que aún cuando los niños con kilos de más puedan parecer estar saludables, hasta 30% de aquellos con obesidad o sobrepeso presentan un grado de malnutrición o deficiencia en algún tipo de requerimientos vitamínicos, asegura la doctora adscrita al Servicio de Nutrición de Medicina Pediátrica del Antiguo Hospital Civil “Fray Antonio Alcalde”, Johana López Sandoval.

Señala que al ver “gordito” o “cachetón” a su hijo, los padres pueden confundirlo con un niño bien nutrido.
“Alrededor de 30% de los niños que ya tienen sobrepeso u obesidad presenta alguna deficiencia de vitaminas y minerales; además de comer muchos alimentos, son de muy mala calidad y no proporcionan ningún bien a la salud”.

No se trata sólo de la cantidad, sino del tipo de comida que les gusta ingerir a los niños, que suplen a los productos de alto nivel nutricional.

De acuerdo con la nutrióloga, el tiempo actual es de transición. Mientras que antes uno de los mayores problemas era el de la desnutrición infantil, ahora hay más niños con obesidad y sobrepeso, quienes tampoco consumen los nutrientes necesarios para su crecimiento.

Sin embargo, asegura que todavía existen algunos “niños perdidos” con desnutrición o mal nutrición. Para términos prácticos, la primera puede definirse como bajo peso y la segunda como ausencia de hierro o algunas vitaminas.

Existe un círculo vicioso en estos momentos, enmarcado por la mala calidad de alimentos que se ingieren, indica.

Generalmente, la desnutrición está asociada con un nivel socioeconómico bajo, en donde muchas familias piensan que los alimentos “saludables” son más caros que los otros, que sacian a los niños, pero no los nutren.

“En muchos casos, prefieren comprar un refresco, aunque sea más caro, que un litro de leche”.

Lo mismo sucede con la obesidad y el sobrepeso, pues muchos pequeños comen en demasía, pero no lo que necesitan.

Mal diagnóstico

Aunque el tema actual de salud pública en el país es el trabajo en la disminución de enfermedades crónico-degenerativas, causadas en gran medida por los malos hábitos como el sedentarismo y la ingesta de una gran cantidad de productos sin valor nutricional, la gente no está del todo sensibilizada.

El hecho de que sus hijos sean “llenitos” no es suficiente para que los padres los lleven al médico, por lo tanto, el diagnóstico de obesidad en los pequeños es mucho menor al que se espera. Los que sí son diagnosticados es porque acudieron a revisión médica por otras causas, manifestó López Sandoval.

“Los papás no llevan a sus hijos con sobrepeso porque están gorditos, sino porque se enfermaron de la garganta, tienen algún proceso infeccioso; ahí el pediatra lo ve gordito y lo manda a nutrición, pero en realidad los papás no acuden porque les preocupe el sobrepeso de sus hijos”.

Indica que si se detectara a tiempo que el niño está aumentando de peso, se podrían evitar muchas complicaciones a mediano y largo plazo, como las enfermedades crónico-degenerativas a temprana edad, así como problemas psicológicos relacionados con una baja autoestima.

Si un niño con sobrepeso llega a consulta externa del hospital por alguna afección, dependiendo de los síntomas que presente, lo canalizan al área de Endocrino Pediatría y Nutrición, para realizarle estudios de diabetes, triglicéridos y tiroides, o bien, sólo se envía con un nutriólogo para recibir asesoría y tratamiento del buen comer.

Falsas creencias

Actualmente, el Servicio de Nutrición Pediátrica mantiene en tratamiento a alrededor de 50 niños por mes, más los que llegan y no se someten a tratamiento.

Parte de la falta de atención se debe a que existe la creencia de que el niño “gordito” será sometido a dietas excesivas que no podrá llevar.

“Es un motivo equivocado, los niños sólo deben de tener un cambio de vida que incluya el moverse y comer saludable. No se le va a limitar la cantidad de alimento, sino que se eliminarán de su dieta papas, refrescos y galletas, además de fomentarle la actividad física”.

Según la nutrióloga, para que el tratamiento con un niño con sobrepeso funcione y tenga éxito, la familia debe estar de acuerdo con un cambio radical de todos los miembros del hogar. De no ser así, es difícil que el niño se adapte y baje de peso.
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