Jalisco
Estudian fármaco resistencia en pacientes con tuberculosis
Investigadores efectuaron estudio en 431 cultivos e igual número en derechohabientes del IMSS
mycobacterium tuberculosis, al entrar en contacto con fármacos utilizados en su tratamiento, investigadores efectuaron estudio en 431 cultivos tomados en igual número de derechohabientes del
IMSS que dieron positivo a este tipo de bacteria.
Expertos del área de Epidemiología de la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) del Hospital de Pediatría del Centro Médico Nacional de Occidente (CMNO) del IMSS Jalisco agregaron que la evaluación se hizo en casos registrados en cinco años.
El estudio arrojó que 49% de las muestras registraron resistencia a dos de los fármacos (isoniazida y rifampicina) más frecuentemente utilizados en el esquema TAES (Tratamiento Acortado Estrictamente Supervisado) para el manejo inicial de la enfermedad.
Los especialistas precisaron que cuando el microorganismo del complejo mycobacterium tuberculosis no responde a la acción de uno o varios medicamentos, el paciente que porta esta bacteria es considerado fármaco resistente.
Explicaron que normalmente el paciente, bajo el esquema TAES, tiene porcentaje de curación de 90% dentro de los seis meses que dura dicho tratamiento, sin embargo, cuando se vuelve fármaco resistente, requiere modificaciones en administración de medicamentos.
Originalmente el esquema TAES contempla el suministro de cuatro fármacos que se encuentran en el cuadro básico de medicamentos; cuando el paciente se encuentra bajo tratamiento reforzado por fármaco resistencia.
Debe ser manejado con nuevas combinaciones de fármacos durante un año o más, además de que sus expectativas de curación disminuyen en lo inmediato.
Señalaron que una de las causas más frecuentes para que el paciente se vuelva fármaco resistente es la falta de apego al tratamiento, debido a que en algunos casos desiste de él debido a que le genera molestias de tipo gastrointestinal.
Cuando un paciente abandona su tratamiento y posteriormente decide regresar a él, el riesgo es que su organismo se haya vuelto inmune a los fármacos con los que inicialmente se le trataba, potencializando la bacteria que pretende combatirse.
La automedicación, especialmente cuando se trata de antimicrobianos, también constituye factor de riesgo para presentar fármaco resistencia, además de complicar el cuadro infeccioso y prolongar el padecimiento.
GUADALAJARA, JALISCO (23/AGO/2010).- Con el fin de analizar el comportamiento del
Expertos del área de Epidemiología de la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) del Hospital de Pediatría del Centro Médico Nacional de Occidente (CMNO) del IMSS Jalisco agregaron que la evaluación se hizo en casos registrados en cinco años.
El estudio arrojó que 49% de las muestras registraron resistencia a dos de los fármacos (isoniazida y rifampicina) más frecuentemente utilizados en el esquema TAES (Tratamiento Acortado Estrictamente Supervisado) para el manejo inicial de la enfermedad.
Los especialistas precisaron que cuando el microorganismo del complejo mycobacterium tuberculosis no responde a la acción de uno o varios medicamentos, el paciente que porta esta bacteria es considerado fármaco resistente.
Explicaron que normalmente el paciente, bajo el esquema TAES, tiene porcentaje de curación de 90% dentro de los seis meses que dura dicho tratamiento, sin embargo, cuando se vuelve fármaco resistente, requiere modificaciones en administración de medicamentos.
Originalmente el esquema TAES contempla el suministro de cuatro fármacos que se encuentran en el cuadro básico de medicamentos; cuando el paciente se encuentra bajo tratamiento reforzado por fármaco resistencia.
Debe ser manejado con nuevas combinaciones de fármacos durante un año o más, además de que sus expectativas de curación disminuyen en lo inmediato.
Señalaron que una de las causas más frecuentes para que el paciente se vuelva fármaco resistente es la falta de apego al tratamiento, debido a que en algunos casos desiste de él debido a que le genera molestias de tipo gastrointestinal.
Cuando un paciente abandona su tratamiento y posteriormente decide regresar a él, el riesgo es que su organismo se haya vuelto inmune a los fármacos con los que inicialmente se le trataba, potencializando la bacteria que pretende combatirse.
La automedicación, especialmente cuando se trata de antimicrobianos, también constituye factor de riesgo para presentar fármaco resistencia, además de complicar el cuadro infeccioso y prolongar el padecimiento.
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