Jalisco

Desarticulan Subprocuraduría contra la piratería en Jalisco

Sólo opera una unidad especializada, pero es para todos los delitos federales, y la PGR debe solicitar el apoyo de la Fiscalía para aplicar los operativos

GUADALAJARA, JALISCO (13/FEB/2016).- El 20 de marzo de 2014, en la toma de protesta del consejo directivo de la Cámara Nacional de Comercio, el gobernador Aristóteles Sandoval Díaz pronunció un discurso que incluía la promesa de reactivar la Subprocuraduría de ataque a la piratería y el contrabando. Desde entonces, los resultados son infructuosos.

El fiscal central del Estado, Rafael Castellanos, otorgó dos entrevistas a este medio de comunicación: en la primera señaló que no existía una Fiscalía especializada, pues el formato de la nueva dependencia que fue creada para suplir a la Procuraduría no creó la estructura para perseguir ese tipo de delitos. Más tarde, precisó que dentro de la Fiscalía Central hay una unidad especializada en combatir los delitos federales, como la piratería.

“Esa unidad sí está operando, pero no es Subprocuraduría, es una unidad. Y trabaja con distintas dependencias de manera conjunta con la PGR (Procuraduría General de la República) para efectos de hidrocarburos, donde también entra la Gendarmería Nacional. O trabaja también con Comercio Exterior, para ver el tema de ropa apócrifa. También trabaja con PGR para el tema de localización de discos pirata”.

De acuerdo con el funcionario, la unidad sirve de apoyo para que las dependencias federales puedan tener una oficina con injerencia y elementos policiales que se presten para las labores de ubicación de distintos productos, entre los que están la localización de bebidas adulteradas, ropa de contrabando y discos apócrifos.

En 2014 se llevaron a cabo seis operativos, mientras que en el 2015 se contabilizaron 36. En ese periodo, la PGR informó, gracias a una solicitud vía Ley de Transparencia, que Jalisco logró asegurar siete mil 901 objetos piratas, y un año después apenas fueron dos mil 932.

“Es una unidad que funciona eventualmente, en el momento que se determina un operativo en conjunto. En ese momento se pone en operación”, confesó Rafael Castellanos.

El primer año de Gobierno de Aristóteles Sandoval Díaz, en 2013, la PGR sólo acreditó el aseguramiento de 759 objetos apócrifos que violentan las leyes de protección a la propiedad intelectual y comercial en Jalisco. El problema es que la unidad especializada en realidad atiende todos los delitos federales y no se enfoca contra la piratería.

“Entre los meses de julio, agosto y septiembre nos la pasamos haciendo un operativo para el combate al robo de hidrocarburos”.

Dentro de los reportes a los que este medio tuvo acceso, se comprueba que la unidad funciona, pero trabajan a partir de la coordinación que instrumente la delegación federal de la PGR.

Aunque solicitó desde el martes pasado una entrevista con el actual delegado en Jalisco de la PGR, Ramón Ernesto Badillo Aguilar, no respondió al cierre de edición.

MERCADO SAN JUAN DE DIOS

La meca ilegal


En 2014, el Mercado San Juan de Dios brincó a las grandes ligas de la piratería en el mundo. De acuerdo con la Revisión Especial de Mercados Notorios del Gobierno de Estados Unidos, el emblemático inmueble de la Calzada Independencia era sujeto de observación por la Casa Blanca debido a la cantidad de objetos apócrifos que se fabrican. Una producción “a gran escala” de piratería.

No hace falta leer informes para darse cuenta que el tercer piso del mercado se ha convertido en un bazar de marcas reconocidas que venden productos a precios que no corresponden con la calidad que ofertan. Le llaman la “piratería fina” a los productos, principalmente ropa, que son “réplica” de la original.

Si una playera de las Chivas cuesta mil pesos en la tienda del Estadio Omnilife, la prenda que se vende en el Mercado San Juan de Dios oscila entre los 150 y 200 pesos. Claro que hay diferencias notorias en el corte, la tela, los escudos y hasta las etiquetas, pero hay sectores sociales que no podrían pagar lo que cuesta una prenda original.

En el tercer piso se vende de todo. Desde los discos con software pirata, que incluyen programas especializados en arquitectura, administración o urbanismo, hasta las suites completas de programas como Adobe. Los precios oscilan los 100 y 200 pesos, cuando las licencias originales sobrepasan los dos mil pesos anuales.

La última vez que alguien intentó mancillar la tranquilidad del Mercado San Juan de Dios fue sacado por piernas. Fue en octubre de 2014, cuando un grupo de policías intentaron impedir la instalación de comerciantes ambulantes que no pudieron acreditar la posesión legal de mercancía.

Tras el fallido operativo, se desató un zafarrancho que dejó vehículos quemados y tiendas saqueadas. La Policía municipal quedó rebasada y tuvo que intervenir la Fiscalía General del Estado para recuperar la ocupación de las calles que fueron tomadas por los comerciantes.

Lejos quedaron los intentos por poner orden en el mercado. Como en abril de 2010, cuando fueron aseguradas 45 toneladas y cuatro laboratorios con 157 quemadores para fabricar discos en diferentes formatos.

O el operativo nocturno de noviembre de 2009, cuando agentes federales, apoyados por elementos del Ejército y corporaciones locales, catearon 190 locales en los cuales supuestamente se vendía mercancía “pirata”. Los 700 elementos lograron decomisar 25 toneladas de material ilegal.

Acciones como aquellas ya no se repiten. Son mero recuerdo. Las autoridades saben que la piratería tiene su casa en el Mercado San Juan de Dios, y su máxima capilla se sitúa en el tercer piso.

PERSECUCIÓN DEJA POCOS DETENIDOS

Los detenidos por piratería son pocos. Del 2009 al 2014, la Procuraduría General de la República (PGR) sólo detuvo a siete personas en Jalisco por este delito, lo que exhibe el combate integral contra la piratería.

En el sexenio de Vicente Fox se estableció el Acuerdo Nacional contra la Piratería y con Felipe Calderón se instaló la Comisión Intersecretarial para el Combate a la Economía Ilegal, pero ni las reformas al Código Penal Federal, a la Ley de Propiedad Industrial y a la Ley Federal de Derechos de Autor han controlado esta actividad.

La novedad es que la PGR no tiene una base de datos única en cuanto al decomiso de productos pirata. La información que otorgan, a través de solicitudes de información, no son diseminadas por la cantidad y el tipo de productos que se localizan. A pregunta expresa, la autoridad federal responde que no están obligados a generar la información como la pide el solicitante.

Además, la oficina del delegado en Jalisco no respondió la solicitud de entrevista que pidió este medio de comunicación desde el martes pasado.

Ante las bajas detenciones, apunta, el Código Penal Federal establece que el delito de piratería requiere de una querella para que las autoridades actúen y ésta sólo puede presentarla el propietario de los derechos de autor. “La van a seguir vendiendo (la piratería) mientras no tengamos las denuncias”.

Los ayuntamientos actúan “de buena fe”

Porque los ayuntamientos no están en condiciones presupuestales para revisar todas las licencias de comercio que emiten, el encargado de la Fiscalía Central del Gobierno del Estado, Rafael Castellanos, afirma que las alcaldías de la zona metropolitana “actúan de buena fe”.

“Cuando hacemos un operativo lo hacemos de una manera integral. Cuando llegamos a un local y vemos que se están haciendo delitos del fuero común, actuamos en consecuencia y tomamos nota”.

Cuestionado sobre el papel  que juegan los ayuntamientos en la emisión de las licencias de comercio que se emiten en los mercados municipales, donde la mayoría de las veces se comercializa con mercancía de dudosa procedencia, el funcionario habla de las limitaciones presupuestales que puede tener los ayuntamientos para impedir la proliferación de comercio informal e ilegal.

“Los ayuntamientos lo hacen de buena fe, porque no creo que expidan las licencias para la venta de piratería. Eso no, ¿verdad? Yo creo que la autoridad tiene sus reglas de Padrón y Licencias, y en esas reglas dice para qué se autoriza y nunca se permite la piratería en esos espacios”.

Incluso en los permisos que se otorgan para el comercio en espacios abiertos hay un listado de productos que son permitidos.

Sin embargo, al hacer una solicitud de entrevista con las áreas de seguridad pública de los ayuntamientos de Guadalajara y Zapopan, no se pudo concretar la entrevista porque informaron, a través de sus directores, que todo el tema de piratería corresponde al Gobierno del Estado y a la Procuraduría General de la República.

IMPARABLE, VENTA ILEGAL

Le dio sarna por comprar ropa en tianguis

Comprar piratería en los tianguis era el “hobby” favorito de Sofía Sandoval. Cada domingo se iba de “shopping” al Tianguis de Santa Tere, recorría las calles en busca de las mejores “ofertas” porque quería ser igual que sus amigas de la Univa: vestir con ropa de marca. Pero un día comenzó a tener comezón en la piel, consultó a un dermatólogo y fue diagnosticada con escabiosis (enfermedad de la piel causada por el ácaro parásito Sarcoptes scabiei, llamado comúnmente arador de la sarna).

Ilusamente creía que todo lo que compraba eran productos originales, piezas de marca, por lo cual no le importaba su procedencia. Sabía que podían ser robados, pero nunca imaginó que contraería sarna.

Las prendas que se venden en los tianguis llegan en pacas de Estados  Unidos y la mayoría está infectada de bacterias que son causa de enfermedades como tiña, escabiosis o dermatitis de contacto, pero Sofía lo desconocía. Hoy que pasó por esa enfermedad y que trabaja en una editorial, sabe la importancia que es proteger la propiedad intelectual, por eso ya no compra nada que no sea en un establecimiento autorizado.

“Creí que vestía con ropa original, hasta que unos amigos me sacaron de mi error. Me llevaron a unas fábricas de ropa, donde vi como ponían las etiquetas de marcas como Guess, Gucci, Armani, entre otras tantas, y cuando enfermé lloré y entendí que es mejor no comprar esas cosas en los tianguis”, explica Sofía.

La ropa que llega en pacas al país es solamente uno de las decenas de productos que están a la venta en los tianguis de la Zona Metropolitana de Guadalajara, donde lo prohibido es lo que más se vende. Los reglamentos municipales para los comercios a espacios abiertos son letra muerta para combatir la piratería.

Algunos comerciantes de piratería hablan de un “gato negro”, el cual es un permiso extraoficial para vender piratería, un arreglo entre las autoridades por “abajo del agua”.

Martha Laura Martínez Castillo, dermatóloga de la UAG, afirma que los orígenes de las pacas de ropa proveniente del extranjero llegan de tiraderos, morgues, asilos o panteones de Estados Unidos, por lo cual no debe comprarse, porque no se sabe por quiénes  fueron usadas.

El investigador de la UdeG, Antonio Sánchez Sierra, indica que el problema de no aplicar los reglamentos tiene solución.

“Se necesita que se aplique el reglamento, garantizo que en menos de un mes se tiene limpio todo Guadalajara, pero con gente decidida, con carácter, no se necesita un ejército de policías…”.

LA VOZ DEL EXPERTO

Sin cultura de respeto a la propiedad intelectual

Jesús Eric Fernández García
(investigador de la UdeG).

La piratería no se entiende sin la paradoja de que existen clientes que prefieren comprar lo barato, sopesando el riesgo que esto implica en la adquisición de materiales de baja calidad.

El investigador de la Universidad de Guadalajara, Jesús Eric Fernández García, quien se desempeña como encargado del Despacho de Vinculación de la institución, sí percibe un estancamiento de las dependencias federales por coordinar de mejor manera las acciones contra la piratería.

“En el ámbito municipal y estatal ya empezamos a ver operativos. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Guadalajara que ha ido al barrio de El Santuario a verificar la procedencia licita de la mercancía y medicinas; o cuando fueron a liberar las calles de Obregón, donde también se percibía gran cantidad de ropa pirata”.

El investigador reconoce que México es un país de contrastes. Por un lado, el poder adquisitivo no permite que una persona pueda comprar discos con contenido original, pero “sí tienen una pantalla de plasma o un celular de última generación. Son estas paradojas las que no se entienden, porque lo que hay en el fondo es que no tenemos una cultura de la legalidad y de la protección de los derechos y propiedad intelectual”.

Cuestionado sobre el papel que deben de tener los ayuntamientos, “el combate a la piratería se debe dar de manera coordinada. Aunque es un delito federal, tanto el Estado como los Ayuntamientos deben hacer lo que les toca, en el caso de los municipios deben de regular mejor las licencias de operación de comercio”.

COLONIA JALISCO

Un nuevo “Santuario”, pero ahora en Tonalá

La zona clandestina de El Santuario no es la única en donde se negocia con medicamentos sin control en la Zona Metropolitana de Guadalajara. En Tonalá existen varios tianguis en la Colonia Jalisco donde es abundante la venta de fármacos.

Una sábana en el piso es el lugar donde están colocados productos como aspirinas, paracetamol, penicilina, la medicina de menor valor; en los autos muy cerca del sitio donde está el vendedor tienen guardados los medicamentos de mayor valor comercial.

En los operativos, los inspectores en conjunto con la Secretaría de Salud logran incautar medicamentos; sin embargo, por lo menos cuatro veces a la semana se siguen instalando en la Colonia Jalisco.

Los comerciantes obtienen las muestras médicas de los representantes de los laboratorios, que vía los consultorios médicos venden los fármacos a los tianguistas.

Elizabeth Favela dice que compra medicina en los tianguis de la Colonia Jalisco porque en la farmacia es muy cara y en el mercado “negro” paga una tercera parte.

“No alcanza el dinero, por eso se recurre a los tianguis. Es la necesidad económica, a veces se compra con desconfianza, pero es la única opción que tenemos porque no tenemos Seguro Social”, comentó Favela, a quien no le importa poner en riesgo la vida.

SABER MÁS

Salud actúa sólo por denuncia

La Secretaría de Salud en Jalisco informó que solamente actúan en el caso de los tianguis cuando existe una denuncia, ya que no es su obligación directa, pues no expiden permisos. Eso les corresponde a los ayuntamientos, responde la dependencia.

Informalidad en aumento

En 1970 existían 101 tianguis en la Zona Metropolitana de Guadalajara y albergaban a cinco mil 300 tianguistas.

En 2015 existen 398 tianguis.

Operan con el “gato negro”

Cualquier sitio es bueno para vender lo “prohibido”. En las afueras de las oficinas de la PGR la gente adquiere piratería. La tiene a la mano y ni que decir en las afueras de los hospitales del IMSS, Hospitales Civiles, del Tren Ligero, de los mercados y en los espacios abiertos.

Al realizar un recorrido por los tianguis del Sol, Santa Tere, Agua Azul, El Baratillo, Loma Bonita, Medrano, Sauz, Alcalde, Calle 66, San Juan Bosco, Las Juntas, Colonia Jalisco y La Concha se observó que se vende de todo, desde animales vivos, quesos, crema, pollo fresco, carne de res, cerdo, mariscos y pescado, además de toda clase de alimentos preparados donde se utiliza gas, piratería de todo tipo, venta de ropa de procedencia dudosa o de segunda.

José Manuel dice ser tianguista desde hace 20 años. Ya vio cómo han cambiado los gustos de consumo, por lo cual dejó el giro de frutas, verduras y legumbres para vender piratía.

“Mi negocio es a baja escala, pero tengo compañeros que pagan por su ‘gato negro’: es el permiso no oficial para vender piratería de manera legal, pero es un arreglo entre los inspectores y los tianguistas, un pago para que no moleste la autoridad”.

ESTUDIO "TENDENCIAS DE CONSUMO DE SOFTWARE ILEGAL"

Empresas de educación y construcción, las que más usan programas ilegales

No es un asunto de personas solamente. De acuerdo con un estudio hecho por el Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual en el 2015, las empresas también utilizan software pirata en sus computadoras. En total, 3 de cada 10 empresas lo reconocieron y fueron señaladas como empresas flagrantes.

“Son aquellas que reconocen abiertamente el uso indebido del software y ejercen malas prácticas, pero además saben que es ilegal la piratería de software”. También se encuentra el 18% de las compañías que son señaladas como evasivas, pues por un lado dicen que tienen buenas prácticas, pero en realidad no cumplan con pagar las licencias por sus programas computacionales.

En un estudio, “Tendencias de consumo de software ilegal en las empresas mexicanas”, publicado por BSA México, la descarga de programas de cómputo ilegales por internet y el empleo de un mismo programa de cómputo para más de una PC son las prácticas que más comúnmente se realizan.

Los sectores de educación y construcción registraron una alta incidencia de consumo de software pirata (80%), en tanto el financiero se ubicó en 53% y el de manufactura 59%.

El director general de Parametría, Francisco Abundis, dijo que las compañías tienen claro el concepto de piratería de software, aunque la mayoría, sin importar su tamaño, incurre en prácticas ilegales de uso del licenciamiento de programas de cómputo.

En tanto, el director general del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), Miguel Ángel Margáin, recordó que durante 2013 se amplió la base de acciones legales para proteger la propiedad intelectual de software en empresas.

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Además de San Juan de Dios, ¿cuál es el segundo lugar en el que se venden más productos apócrifos en Jalisco?

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