Jalisco
— “Volveremos”
.
—II—
Mire usted...
Uno diría que es justo, legítimo, moralmente válido, que un hombre bien nacido sepa ver, más allá del fracaso o la derrota, la oportunidad de la reivindicación... o de la revancha. Aplaudiría, por tanto, y encomiaría sin reservas la actitud de levantar la cabeza, restañar las heridas, hacer un examen de conciencia, detectar sinceramente los errores, y, a partir del propósito de enmienda (requisito, según el viejo Ripalda, para la validez del sacramento de la Penitencia), buscar la proverbial “segunda oportunidad”.
Un PRI que, reducido a la oposición luego de siete décadas de hegemonía durante la “dictadura perfecta” —magistral retrato hablado, con la firma de Vargas Llosa—, se convirtiera en crítico implacable y honesto de los gobiernos de “el cambio”, primero, y erradicara, después, los vicios —la corrupción, el mayor de ellos— que lo hicieron odioso y despreciable, merecería, en efecto, el espaldarazo de los ciudadanos para volver.
Un PRI, en cambio, que el lunes por la tarde celebra un cónclave en su búnker del Distrito Federal, y a la salida, en entrevista de prensa, anuncia (en voz de Rubén Moreira, candidato a la gubernatura de Coahuila) que la reunión sirvió para establecer la consigna de “ir por la Presidencia de la República” y “aplastar al PAN” el año próximo, denuncia una altura de miras tan miserable y ruin como la del candidato panista a la primera magistratura (“de cuyo nombre...”) que se propuso como suprema, honorable y generosa consigna, “sacar al PRI de Los Pinos”.
En uno y otro caso, nada que tuviera que ver con el bienestar del pueblo (meta suprema, se supone, de un político decente, si lo hubiera); nada emparentado con la “justicia social” machaconamente aludida en la Declaración de Principios del PRI, ni con “la patria ordenada y generosa” de los panistas... Todo se reduce a aplastar al rival para encaramarse sobre su cadáver, como aves de rapiña.
—III—
Hay una frase de Cioran que queda a la medida, como lápida, para esos engendros: “Vivir: especializarse en el error”.
Síguenos en