Internacional
Un búlgaro pesca una piraña en un lago artificial
Pesa mil 600 gramos y mide 40 centímetros
SOFÍA, BULGARIA.- Un pescador búlgaro constató hoy con estupor que había pescado una piraña roja, la variedad más feroz conocida, que habitualmente sólo se encuentra en aguas de Sudamérica, en un lago artificial cerca de la ciudad de Sliven, al este de Bulgaria.
La exótica pesca que vio Atanas Denev, de 44 años, al final de la caña en el embalse en la aldea de Mechkarevo era una pieza de unos 40 centímetros de longitud y mil 600 gramos, pero enseguida se apercibió de que el ejemplar no tenía los dientes habituales de los peces que habitan este lago.
Al regresar a casa el pescador consultó en Internet la especie pescada y descubrió que había atrapado un gran ejemplar de la variedad "pygocentrus nattereri o "piraña roja", aunque no fue capaz de definir el sexo del pez.
Denev alarmó a la filial local de la Agencia de Caza y Acuicultura en la ciudad de Sliven, que deberá investigar cómo el pez carnívoro fue a parar a las aguas de este lago.
Criar o tirar pirañas en aguas públicas es un delito en el país balcánico, ante el peligro que suponen para los nadadores, y su adquisición en el mercado legal es casi imposible, ya que un ejemplar cuesta en torno a los mil euros.
La exótica pesca que vio Atanas Denev, de 44 años, al final de la caña en el embalse en la aldea de Mechkarevo era una pieza de unos 40 centímetros de longitud y mil 600 gramos, pero enseguida se apercibió de que el ejemplar no tenía los dientes habituales de los peces que habitan este lago.
Al regresar a casa el pescador consultó en Internet la especie pescada y descubrió que había atrapado un gran ejemplar de la variedad "pygocentrus nattereri o "piraña roja", aunque no fue capaz de definir el sexo del pez.
Denev alarmó a la filial local de la Agencia de Caza y Acuicultura en la ciudad de Sliven, que deberá investigar cómo el pez carnívoro fue a parar a las aguas de este lago.
Criar o tirar pirañas en aguas públicas es un delito en el país balcánico, ante el peligro que suponen para los nadadores, y su adquisición en el mercado legal es casi imposible, ya que un ejemplar cuesta en torno a los mil euros.
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