Internacional
Tropas de la ONU preparan ofensiva contra rebeldes en Congo
Apoyarán ofensivas contra un grupo rebelde, luego que éstos ignoraran el plazo para rendirse
NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS (05/ENE/2015).- Tropas de la ONU en la República Democrática del
Congo (RDC) se están posicionando para apoyar una ofensiva planificada contra rebeldes Hutu, luego de que éstos ignoraran el plazo para rendirse, dijo un portavoz de la ONU el lunes.
Los rebeldes de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR) tenían hasta el 2 de enero para entregarse o enfrentar acciones militares.
"La misión de la ONU ha posicionado sus tropas y está habilitada para apoyar operaciones ofensivas contra las FDLR, en concordancia con su mandato", dijo el portavoz de la ONU, Stephane Dujarric.
Más temprano este lunes, el jefe de la misión de la ONU, Martin Kobler, presentó un informe al Consejo de Seguridad de la ONU sobre el plan de la fuerza de 20 mil hombres de la MONUSCO que apoyan a las tropas del gobierno congoleño en su campaña militar.
Se cree que las FDLR tienen entre mil 500 y dos mil rebeldes de la etnia Hutu, algunos de los cuales han sido acusados de haber participado en el genocidio de Ruanda de 1994.
En oposición al gobierno Tutsi del presidente ruandés Paul Kagame, se han establecido durante años a lo largo de la frontera este de la RDC, donde han sido acusados de ataques brutales contra civiles, incluyendo violaciones y asesinatos, y de obtener recursos del contrabando, como oro y carbón.
En una carta abierta dirigida el lunes al secretario general de la ONU, Ban Ki moon, y los representantes de los países implicados en la resolución de la crisis congoleña, la dirección de las FDLR deploró que "ninguna solución concreta y viable" fue propuesta a los miembros del movimiento, salvo que acepten ser confinados de por vida en un campamento militar en Kisangani, en el norte de República Democrática del Congo.
"Estamos firmemente comprometidos con la paz y determinados a llegar al final del proceso de paz actual", dijeron.
La dirección del FDLR afirmó que están listos para enviar "en un futuro lo más próximo posible otro contingente" de combatientes dispuestos a rendirse, pero condicionan nuevamente su desarme a un diálogo político inter-ruandés del que Kigali no quiere oír hablar.
Los rebeldes de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR) tenían hasta el 2 de enero para entregarse o enfrentar acciones militares.
"La misión de la ONU ha posicionado sus tropas y está habilitada para apoyar operaciones ofensivas contra las FDLR, en concordancia con su mandato", dijo el portavoz de la ONU, Stephane Dujarric.
Más temprano este lunes, el jefe de la misión de la ONU, Martin Kobler, presentó un informe al Consejo de Seguridad de la ONU sobre el plan de la fuerza de 20 mil hombres de la MONUSCO que apoyan a las tropas del gobierno congoleño en su campaña militar.
Se cree que las FDLR tienen entre mil 500 y dos mil rebeldes de la etnia Hutu, algunos de los cuales han sido acusados de haber participado en el genocidio de Ruanda de 1994.
En oposición al gobierno Tutsi del presidente ruandés Paul Kagame, se han establecido durante años a lo largo de la frontera este de la RDC, donde han sido acusados de ataques brutales contra civiles, incluyendo violaciones y asesinatos, y de obtener recursos del contrabando, como oro y carbón.
En una carta abierta dirigida el lunes al secretario general de la ONU, Ban Ki moon, y los representantes de los países implicados en la resolución de la crisis congoleña, la dirección de las FDLR deploró que "ninguna solución concreta y viable" fue propuesta a los miembros del movimiento, salvo que acepten ser confinados de por vida en un campamento militar en Kisangani, en el norte de República Democrática del Congo.
"Estamos firmemente comprometidos con la paz y determinados a llegar al final del proceso de paz actual", dijeron.
La dirección del FDLR afirmó que están listos para enviar "en un futuro lo más próximo posible otro contingente" de combatientes dispuestos a rendirse, pero condicionan nuevamente su desarme a un diálogo político inter-ruandés del que Kigali no quiere oír hablar.
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