Internacional

Seguidores de Zelaya toman carreteras en Honduras

Las protestas se han llevado a cabo de manera pacífica, según sus dirigentes y portavoces de la policía, que había advertido de la posibilidad de disturbios

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Simpatizantes del depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, cerraron este jueves varias carreteras y anunciaron un paro general la próxima semana, mientras que el actual gobernante, Roberto Micheletti, abrió la puerta a su posible renuncia.

El Frente Nacional de Resistencia, que aglutina a organizaciones populares, cortó el tráfico temporalmente por las carreteras que conectan a Tegucigalpa con el norte y sur del país, así como varios sectores del Caribe, norte y oeste del territorio hondureño.

Las protestas se han llevado a cabo de manera pacífica, según sus dirigentes y portavoces de la policía, que había advertido de la posibilidad de disturbios.

La ministra de Finanzas de Honduras, Gabriela Núñez, aseguró que las aduanas con los países vecinos, Guatemala, El Salvador y Nicaragua, "están operando normalmente", pese a las amenazas de cierre por los sectores que respaldan a Zelaya.

El dirigente campesino Rafael Alegría, uno de los líderes del movimiento, dijo que "si no hay un arreglo al domingo, el lunes habrá un paro general en el país" para exigir la restitución de Zelaya, derrocado por los militares el 28 de junio pasado.

El presidente de Costa Rica, Oscar Arias, se reunirá el próximo sábado en San José para continuar su mediación con delegados de Zelaya y Micheletti, ambos del gobernante Partido Liberal, para buscar una solución a la crisis en Honduras.

Arias anunció que una de sus propuestas en la mesa de diálogo será la integración de un gobierno de reconciliación encabezado por Zelaya y consideró innecesario adelantar las elecciones de noviembre próximo, convocadas un mes antes del golpe de Estado.

Zelaya dio un ultimátum hasta el sábado para que el gobierno de Micheletti le restituya en el poder y llamó a la "insurrección" a los hondureños.

Las marchas fueron precedidas por un toque de queda entre las 00.00 y las 5.00 horas, tiempo local, que el gobierno de Micheletti reimplantó ante las amenazas de "grupos que buscan provocar disturbios y desorden en algunos lugares" y "para brindar seguridad" a la población, según un portavoz presidencial.


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