Internacional
Presidentes de Argentina y Chile se comprometen ante el Papa a trabajar por la paz
Se reunieron con el Papa Benedicto XVI para conmemorar 25 años del tratado de paz entre ambas naciones
"Es necesario perseverar en todo momento con voluntad firme y hasta las últimas consecuencias en tratar de resolver las controversias con verdadera voluntad de diálogo y acuerdo, a través de pacientes negociaciones y necesarios compromisos, teniendo siempre en cuenta las justas exigencias y legítimos intereses de todos", dijo.
Las palabras del Papa fueron pronunciadas ante las dos mandatarias en un acto solemne celebrado en la Sala Clementina del palacio apostólico al que asistieron delegaciones de ambos países y numerosos eclesiásticos.
Las dos presidentas, que vestían trajes negros, fueron recibidas en el Vaticano con todos los honores y al mismo tiempo en un acto simbólico para rememorar la exitosa mediación pontificia.
"El Tratado de Paz y Amistad es un ejemplo luminoso de la fuerza del espíritu humano y de la voluntad de paz frente a la barbarie y la sinrazón de la violencia y la guerra como medio para resolver las diferencias", afirmó el pontífice, que lucía un elegante paramento rojo con adornos dorados.
Las dos presidentas se reunieron primero separadamente por unos veinte minutos en audiencia privada con el pontífice en su estudio.
Mientras una conversaba con el Papa, la otra se reunía con el número dos de la Santa Sede, el secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone.
"Para que la causa de la paz se abra camino en la mente y el corazón de todos los hombres y, de modo especial, de aquellos que están llamados a servir a sus ciudadanos desde las más altas magistraturas de las naciones, es preciso que esté apoyada en firmes convicciones morales", subrayó el Papa.
"La consecución de la paz, en efecto, requiere la promoción de una auténtica cultura de la vida, que respete la dignidad del ser humano en plenitud, unida al fortalecimiento de la familia como célula básica de la sociedad", advirtió el pontífice, que pronunció su discurso en español.
"Requiere también la lucha contra la pobreza y la corrupción, el acceso a una educación de calidad para todos, un crecimiento económico solidario, la consolidación de la democracia y la erradicación de la violencia y la explotación, especialmente contra las mujeres y los niños", agregó.
En su discurso, el jefe de la Iglesia católica reconoció que la mediación papal "forma parte de la gran historia de las dos naciones y de América Latina" y que fue una "solución digna, razonable y ecuánime" que evitó el conflicto entre las dos naciones.
El Papa considera que el tratado "está indisolublemente unido a la figura de Juan Pablo II", de quien dijo que estuvo "unido por sentimientos de afecto a las naciones en sintonía con su incansable labor como mensajero de las paz".
Benedicto XVI impartió una "especial bendición apostólica" a las delegaciones y repitió las palabras que su predecesor Pío XII pronunció frente a la Segunda Guerra Mundial: "Nada se pierde con la paz. Todo puede perderse con la guerra".
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