Internacional

Obama vigila el último tramo de la reforma sanitaria

En más de 75 años, no se había estado tan cerca de un sistema sanitario lo más parecido a un sistema de cobertura universal

WASHINGTON, EU.- En medio de un intenso forcejeo en el Congreso, la Casa Blanca se muerde las uñas mientras vigila muy de cerca la fase decisiva para aprobar la reforma sanitaria que supondrá el cambio más radical en el sistema de salud estadounidense desde la aprobación, en 1965, del programa de Asistencia Médico para los ancianos.

La reforma sanitaria, que podría ser realidad hacia fines este mismo mes o a principios de febrero —aunque entraría en vigor hasta 2013 ó 2014—, sortea las dificultades y vicisitudes de una conferencia bicameral de conciliación que muchos consideran crítica para dotar de una identidad y un marco definitivo a la iniciativa de reforma que definirá la presidencia de Barack Obama.

Durante los últimos 75 años, una esforzada colección de presidentes demócratas y miembros del Congreso han batallado para conseguir un sistema sanitario lo más parecido a un sistema de cobertura universal, pero hasta ahora ninguno de ellos había estado más cerca de ese objetivo que Barack Obama.

“Nos seguimos moviendo en la dirección indicada”, aseguró el pasado jueves el influyente senador demócrata, Max Baucus, tras un encuentro en la Casa Blanca con el presidente Obama.
En el curso de las próximas dos semanas, cuando la Cámara de Representantes y el Senado retomen el trabajo legislativo, el bloque demócrata luchará a brazo partido para que la versión definitiva de la reforma sanitaria sea aprobada antes de que el presidente Obama pronuncie, a fines de este mes, su discurso sobre el Estado de la nación.

“Más de 30 millones de ciudadanos que hoy carecen de seguro contarán con médicos y medicamentos y se ampliarán los beneficios de Medicaid. Aunado a ello, las compañías aseguradoras ya no podrán rechazar a quienes padezcan de una enfermedad crónica”, aseguró un funcionario de la Casa Blanca en un intento por acallar las protestas de que la reforma no cumplirá con todas sus promesas, ni con las expectativas de millones de ciudadanos que padecen uno de los sistemas de salud más caros e inequitativos del mundo.
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