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Obama 'reinventa' su reforma de la salud, republicanos mantienen rechazo

El nuevo plan pretende incluir en el sistema sanitario a más de 31 millones de estadounidenses

Obama 'reinventa' su reforma de la salud, republicanos mantienen rechazo
WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS.- El presidente Barack Obama presentó este  lunes una nueva versión de su plan para la reforma de la salud, que permitirá  que otros "31 millones de estadounidenses" tengan cobertura de salud, se  limiten los aumentos de las primas y se controlen los costos.

La publicación de la nueva versión del plan en el sitio web de la Casa  Blanca tiene lugar cuatro días antes de la "cumbre" a la que Obama invitó a  legisladores demócratas y republicanos para superar el bloqueo sobre esta  cuestión emblemática de su mandato.

El portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, desafió a los republicanos a introducir sus propias ideas para la cumbre del jueves.

"Esperamos que los republicanos expresen sus ideas, sea en su página web o  incluso nosotros las publicaríamos gustosamente en la nuestra, para que el  pueblo estadounidense encuentre en un sitio los parámetros de lo que se  discutirá el jueves".

Pero el diputado "número dos" de los republicanos, Eric Cantor, desestimó  la propuesta de salud.

"El plan de Obama cuesta 1 billón de dólares, le da al gobierno el control  sobre las decisiones de salud personales, y le permite al gobierno fijar  precios en el mercado privado", dijo el portavoz de Cantor, Brad Dayspring.

Las dos cámaras del Congreso aprobaron a fines de 2009 una versión  diferente del proyecto de reforma. Pero el necesario proceso de fusión de los  textos fue interrumpido por la reciente pérdida de los demócratas de la mayoría  calificada en el Senado, lo que permite a la oposición republicana bloquear  indefinidamente la aprobación de cualquier proyecto.

A falta de apoyo de los republicanos, que quieren reanudar las  negociaciones desde cero, Obama prometió presentar una nueva versión de la  reforma de la salud que, según la Casa Blanca, "acerca los proyectos de ley de  la cámara baja y el Senado", incluyendo "nuevas medidas para reducir el  despilfarro, el fraude y los abusos".

El plan, según la Casa Blanca, "ayuda a más de 31 millones de  estadounidenses que hoy carecen de seguro de salud a acceder a él, y hace que  muchos más puedan hacerlo".

Estos resultados se obtendrían en parte a través de las reducciones de  impuestos a la clase media, poniendo tope a sus gastos de salud respecto de sus  ingresos. Se tratará de reducir "los costos de las primas que pagan decenas de  millones de familias y pequeñas empresas" que hasta ahora no han tenido los  medios para tener esos seguros, prometió la Casa Blanca.

El plan prevé "reducir el déficit en 100 mil millones de dólares en los  próximos años", y en diez veces más durante la década siguiente, "reduciendo  los gastos gubernamentales superfluos" en salud.

En el mismo orden de ideas, el proyecto crearía una "autoridad federal para  las primas de salud", encargada de ayudar a los estados a "analizar los  aumentos exagerados de las primas y otras prácticas desleales", de las  compañías de seguros de salud.

Con ese propósito, el plan del presidente exige a esas empresas que pongan  fin a las "prácticas discriminatorias" consistentes en rechazar dar cobertura a  personas que sufren problemas de salud previos al contrato de seguro.

Esta idea parece ser el resultado de la polémica creada a raíz de la  decisión de una aseguradora californiana de imponer un aumento de sus primas de  hasta 39 por ciento a partir del 1 de marzo, a la que Obama hizo alusión durante su viaje  al oeste de Estados Unidos la semana pasada.

Llamó entonces a los republicanos a "poner sobre la mesa" sus propias ideas  sobre la reforma de la salud. "Si me demuestran que pueden (...) proteger a las  personas de los problemas de los seguros de salud, controlar los costos y dar  cobertura a la gente que no la tiene, y hacerlo de forma más barata, ¿por qué  no lo haríamos?", dijo durante una reunión pública en Henderson (Nevada,  suroeste).

Obama pretende desmantelar un sistema de cobertura de salud dominado por  las aseguradoras privadas, que deja sin seguro a más de 30 millones de  estadounidenses, incrementa sus costos y amenaza con aumentar en el futuro un  déficit ya muy preocupante.
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