Internacional
Michelle Obama sugiere a Oprah como representante de los demócratas
La primera dama ofreció una entrevista antes de su discurso en la Convención Demócrata, donde hablo de los artistas que podrían representar a su esposo
LOS ÁNGELES, ESTADOS UNIDOS (04/SEP/2012).- La primera dama Michelle Obama sugirió el martes que alguien como la "reina de la televisión estadounidense", Oprah Winfrey, podría presentar a su marido en la convención demócrata como lo hizo el actor Clint Eastwood en la republicana.
En una entrevista que dio pocas horas antes de pronunciar su propio discurso en la Convención Nacional Demócrata en Charlotte, Carolina del Norte, Michelle Obama también apreció la sugerencia de que el megaencuentro de los liberales cuente con el galán cincuentón George Clooney.
"Es encantador", dijo al canal de entretenimiento E!, cuando se le preguntó sobre el actor ganador del Oscar por "Syriana" (2005).
Pero cuando fue presionada para que dijera qué artista surtiría el mejor efecto sobre la audiencia, antes del climático discurso de su marido Barack, respondió: "Ah, eso es difícil. Dios mío. Tendría que ser alguien que lo conoce personalmente".
"Alguien como Oprah. No sé. Alguien que haya pasado tiempo con él, que lo conozca y entienda su corazón y sus valores, supongo", agregó Michelle Obama.
Oprah Winfrey, cuyo programa dejó de salir al aire el año pasado, es considerada la reina del "talk show" gracias a su inusual mezcla de autoayuda y confesiones de celebridades, que la hicieron popular entre la clase media norteamericana. Actualmente es una de las mujeres más ricas de Estados Unidos.
La leyenda de Hollywood Clint Eastwood se robó el show de la convención republicana la semana pasada en Tampa, Florida, cuando dio un discurso improvisado en el que habló con una silla vacía, simulando que allí estaba sentado el presidente Obama.
El actor de 82 años, ícono estadounidense y ganador de cuatro premios Oscar, no obtuvo muy buenas críticas por su rutina, que fue considerada bochornosa por sus colegas en Hollywood.
El discurso de Eastwood fue objeto de burlas en Twitter -la cuenta úInvisibleObama ganó más de 50 mil seguidores en menos de 24 horas- y el vocablo "eastwooding" se convirtió pronto en un nuevo sustantivo en inglés, consistente en el acto de hablar con una silla vacía.
En una entrevista que dio pocas horas antes de pronunciar su propio discurso en la Convención Nacional Demócrata en Charlotte, Carolina del Norte, Michelle Obama también apreció la sugerencia de que el megaencuentro de los liberales cuente con el galán cincuentón George Clooney.
"Es encantador", dijo al canal de entretenimiento E!, cuando se le preguntó sobre el actor ganador del Oscar por "Syriana" (2005).
Pero cuando fue presionada para que dijera qué artista surtiría el mejor efecto sobre la audiencia, antes del climático discurso de su marido Barack, respondió: "Ah, eso es difícil. Dios mío. Tendría que ser alguien que lo conoce personalmente".
"Alguien como Oprah. No sé. Alguien que haya pasado tiempo con él, que lo conozca y entienda su corazón y sus valores, supongo", agregó Michelle Obama.
Oprah Winfrey, cuyo programa dejó de salir al aire el año pasado, es considerada la reina del "talk show" gracias a su inusual mezcla de autoayuda y confesiones de celebridades, que la hicieron popular entre la clase media norteamericana. Actualmente es una de las mujeres más ricas de Estados Unidos.
La leyenda de Hollywood Clint Eastwood se robó el show de la convención republicana la semana pasada en Tampa, Florida, cuando dio un discurso improvisado en el que habló con una silla vacía, simulando que allí estaba sentado el presidente Obama.
El actor de 82 años, ícono estadounidense y ganador de cuatro premios Oscar, no obtuvo muy buenas críticas por su rutina, que fue considerada bochornosa por sus colegas en Hollywood.
El discurso de Eastwood fue objeto de burlas en Twitter -la cuenta úInvisibleObama ganó más de 50 mil seguidores en menos de 24 horas- y el vocablo "eastwooding" se convirtió pronto en un nuevo sustantivo en inglés, consistente en el acto de hablar con una silla vacía.
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