Internacional

Kirguistán: la violencia se da una tregua, la crisis humanitaria se agrava

Huyen de los enfrentamientos étnicos en el sur de Kirguistán provocados por la crisis humanitaria

OSH, KIRGUISTÁN (15/JUN/2010).- La crisis humanitaria provocada por el éxodo de decenas de miles de personas, que huyen de los enfrentamientos étnicos en el sur de Kirguistán, se agravaba el martes y, según la Cruz Roja, ha causado "centenares de muertos", aunque la violencia parecía darse una tregua, según fuentes oficiales.

"Según los equipos en el terreno, varios centenares de personas murieron víctimas de la violencia, aunque por el momento es imposible precisar la cifra ya que muchos cuerpos ya fueron enterrados y tal vez no fueron identificados o contados", señaló un comunicado del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).

El portavoz del CICR, Christian Cardon, dijo a la AFP en Ginebra que habían visto en "la morgue de Osh (sur), entre otras, que el número de muertos es superior" a la cifra oficial de 170 comunicada por las autoridades kirguisas.

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), que habla de un "polvorín étnico", estimó en 275 mil  las personas desplazadas.

Los enfrentamientos han dejado, según las autoridades, 170 muertos y más de mil 800 heridos.

Varios gobiernos asiáticos repatriaban a centenares de sus ciudadanos de esta ex república soviética de Asia central, de 5.3 millones de habitantes, de los cuales 14% son uzbekos.

China, donde existe una minoría kirguisa, India, Pakistán y Corea del Sur organizaron vuelos especiales.

Los enfrentamientos parecían disminuir el martes, pero varios disparos de artillería rompieron por la tarde una calma precaria en la ciudad de Osh, según un periodista de la AFP presente en el lugar.

Más de una docena de disparos pudieron verse sobre el centro de esta ciudad dividida entre kirguisos y uzbekos, gracias a las trazas luminosas dejadas por la munición en su trayectoria y poco después se escucharon las explosiones sobre blancos imposibles de determinar, al igual que el origen de los tiros.

Los mayores enfrentamientos entre kirguisos y uzbekos se registraron en Osh y Jalalabad, sur del país.

Los 15 miembros del Consejo de seguridad de la ONU instaron a que retorne el "imperio de la ley" en Kirguistán, cuya situación Rusia calificó de "intolerable".

Tanto Estados Unidos como Rusia poseen estratégicas bases militares en Kirguistán.

Para Washington, esa base es esencial para las operaciones de la OTAN en Afganistán.

En Moscú, la ODKB (Alianza militar dirigida por Rusia e integrada por ex repúblicas soviéticas, entre ellas Kirguistán), no excluyó una intervención militar para acabar con las violencias.

En Biskek, la presidenta interina Rosa Otunbayeva indicó en una conferencia de prensa que "no hay necesidad de enviar una fuerza de mantenimiento de paz".

Las tensiones entre los dos grupos étnicos se agravaron tras la caída del presidente Kurmakek Bakiyev en una violenta insurrección que dejó cerca de 90 muertos en abril pasado.

Los uzbekos son minoritarios, pero sus tradiciones sedentarias, frente a los kirguisos nómades, les permitieron hacerse con el control de la agricultura y el comercio local, apunta Arnaud Dubien, director de investigaciones del Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas, con sede en París.

Los enfrentamientos se registran a menos de dos semanas de un referéndum convocado para el 27 de junio para aprobar una nueva Constitución, que mantiene al ruso como segunda lengua, sin abrir espacios al desarrollo del uzbeko.
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