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Isabel II celebra el 60 aniversario de su coronación

Isabel II había ascendido al trono el 6 de febrero de 1952, a la edad de 25 años, tras la muerte de su padre Jorge VI

Isabel II celebra el 60 aniversario de su coronación
LONDRES, INGLATERRA (04/JUN/2013).- Sesenta años después de su coronación, la  reina Isabel II asistió el martes junto a su familia y a dos mil invitados a una  misa solemne conmemorativa en la Abadía de Westminster, la misma donde se  realizó la ceremonia original en 1953.

Isabel II había ascendido al trono el 6 de febrero de 1952, a la edad de 25  años, tras la muerte de su padre Jorge VI, pero el luto y los preparativos  obligaron a posponer 16 meses el milenario ritual de la coronación, que se  llevó a cabo el 2 de junio de 1953.

Si aquel día la lluvia arreció en Londres, un sol radiante marcó el martes  la principal celebración de este aniversario, mucho más modesta que los fastos  organizados el año pasado con ocasión del Jubileo de Diamante.

La reina de 87 años, que llevaba un abrigo-vestido de satén de seda brocado  de color perla con sombrero a juego, se sentó en un trono en primera fila al  lado de su marido, el príncipe Felipe, de 91 años, presente pese a que la  víspera había tenido que cancelar un compromiso porque no se sentía bien.

Le acompañaban sus cuatro hijos, encabezados por el príncipe Carlos -el  heredero- y sus nietos, aunque la que acaparó todas las miradas fue la esposa  del príncipe Guillermo, Catalina, que espera su primer hijo para julio y lució  su prominente barriga con un vestido de encaje bajo una chaqueta de shantung de  seda abierta de color melocotón claro.

El arzobispo de Canterbury Justin Welby, primado de la Iglesia de  Inglaterra -de la que la reina es Gobernadora Suprema-, subrayó que la  ceremonia celebraba "60 años de compromiso" y sentido del deber de la soberana.

El servicio religioso, presidido por el deán de Westminster, retomó algunos  de los elementos, así como la música, de la ceremonia de coronación de 1953, la  primera televisada de la historia, que había sido seguida por una audiencia  estimada en 27 millones de personas.

El símbolo por excelencia, la majestuosa corona oficial de San Eduardo  utilizada en todas las coronaciones desde varios siglos, yacía sobre el altar  mayor del imponente templo gótico.

La joya de oro macizo de 2.2 kg, ornada con diamantes y otras piedras  preciosas, fue trasladada en secreto y bajo un férreo dispositivo de seguridad  desde la Torre de Londres, de donde no había vuelto a salir en seis décadas.

A su lado podía verse también la ampolla de cristal con el aceite con el  que la monarca fue ungida en el momento más sagrado de su coronación,  introducida en la catedral por once ciudadanos representativos de la sociedad  británica.

David Cameron, el duodécimo primer ministro con el que ha trabajado Isabel  II, leyó un pasaje del evangelio, al igual que el secretario general de la  Mancomunidad de Naciones (Commonwealth), Kamalesh Sharmam.

La reina, que tiene especial dedicación a esta organización de 54 países,  es todavía jefa de Estado de 15 de ellos (sin contar el Reino Unido), que  estuvieron representados.

Entre los dos mil invitados, había también personas que participaron en la  ceremonia original, como Lady Anne Glenconner, por aquel entonces dama de honor  de la reina, quien explicó las reservas iniciales para aceptar las nuevas  tecnologías.

"Estábamos totalmente sorprendidas y ligeramente horrorizadas cuando nos  dimos cuenta de que millones de personas en todo el mundo nos estarían mirando,  pero al final ella (la reina) se convenció (...) de que tenían que verla",  explicó a la BBC.

"Nunca había visto a nadie tan guapa en mi vida", agregó, y evocó un  "cuento de hadas".

Tras la ceremonia, la reina, el duque de Edimburgo y sus hijos debían  celebrar un almuerzo privado con un centenar de invitados en una de las  dependencias de este templo íntimamente ligado a la monarquía, en los buenos  momentos y en los malos.

Las celebraciones del sexagésimo aniversario continuarán en julio con un  festival de cuatro días en los jardines del palacio de Buckingham, que incluirá  música, teatro, danza y gastronomía.

Isabel II, la segunda monarca que más tiempo ha ocupado el trono británico,  aspira todavía a batir el récord de su tatarabuela la reina Victoria -que reinó  durante más de 63 años (1837-1901), lo que podría lograr en septiembre de 2015.
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