Internacional

Dalai Lama pedirá a Obama por el Tíbet

El Gobierno chino ha advertido a Estados Unidos que la visita perjudicará las relaciones entre ambos países

WASHINGTON, EU.- El líder espiritual tibetano, el Dalai Lama, llegó a Washington para una visita de dos días durante la cual se reunirá con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en un encuentro que ha desatado críticas por parte del Gobierno de China.

A su llegada a Washington, el Dalai Lama se desplazó a un hotel para celebrar el Losar, el Año Nuevo tibetano, con otros compatriotas.

Obama recibe hoy al líder exiliado de 74 años de edad, luego que el presidente estadounidense canceló el año pasado una reunión con el líder tibetano en vísperas de un viaje presidencial a China.
El desencuentro entre Obama y el Dalai Lama el año pasado fue la primera vez desde 1991 que el líder espiritual no fue recibido en la Casa Blanca por el mandatario estadounidense en turno.

A diferencia del encuentro entre el Dalai Lama y el presidente George W. Bush en 2007, que fue de carácter público, el encuentro con Obama será en el recinto privado del Salón de Mapas de la Casa Blanca, según reiteró el portavoz presidencial, Robert Gibbs.

Durante su reunión con el entonces presidente Bush en 2007, el Dalai Lama recibió incluso la Medalla Congresional de Oro, la más alta distinción civil de Estados Unidos.
Según Lodi Gayari, enviado especial del Dalai Lama en la Unión Americana, el Dalai Lama pedirá a Obama que ayude a encontrar una solución para resolver el asunto de Tíbet que sea beneficiosa tanto para el pueblo tibetano como el chino.

El Dalai Lama huyó de China en 1959 y se estableció en la India después del frustrado levantamiento tibetano en contra del Gobierno chino, que invadió esa región en 1950.

Una visita que incomoda


Beijing vigila


La visita del Dalai Lama a la Unión Americana desata críticas del Gobierno chino, que ha reclamado a Barack Obama que no celebre la reunión, en momentos en los que las relaciones entre Estados Unidos y China atraviesan por un periodo de tensión debido a la venta de armas por parte de Washington a Taiwán, por la cotización del yuan y denuncias de ciberataques a empresas estadounidenses.

El Gobierno de Beijing considera al Dalai Lama, que defiende la autonomía tibetana pero no reclama la independencia, como un líder separatista y ha advertido a Washington que la reunión perjudicará las relaciones bilaterales.

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