Internacional

Cruz Roja requiere 59 millones de euros para asistencia en Pakistán

El organismo de ayuda humanitaria resalta la necesidad de distribuir comida y agua potable en la zona devastada

Cruz Roja requiere 59 millones de euros para asistencia en Pakistán
GINEBRA, SUIZA (02/SEP/2010).- El objetivo prioritario de la ayuda humanitaria en Pakistán es la distribución de comida, agua potable y equipos de asistencia médica, para lo cual el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) efectuó un llamamiento para ampliar el presupuesto hasta los 59 millones de euros.

"Estamos incrementando nuestra asistencia para proporcionar víveres, agua potable y suministros médicos a, por lo menos, 1,4 millón de personas ", dijo hoy en Ginebra Jacques de Maio, jefe de actividades operacionales del CICR para Asia meridional.

De Maio hizo hincapié en que el principal problema actual es hacer llegar esos elementos a la población damnificada, ya que los equipos humanitarios enfrentan numerosos obstáculos de logística para lograr ese objetivo.

"Preferimos mil burros a diez helicópteros", añadió, en alusión a que lo importante no es cómo se llega, sino llegar, y añadió que la colaboración con la Media Luna Roja de Pakistán está siendo fundamental para poder distribuir el material.

Aunque De Maio reconoció la insólita magnitud del problema, prefirió "ver el vaso medio lleno" y consideró que la imagen que la prensa da sobre la respuesta humanitaria al desastre es demasiado crítica.

"No niego -agregó- que haya un enorme trabajo por hacer, pero se hacen muchos esfuerzos para asistir a la población necesitada".

Asimismo, valoró el apoyo del gobierno paquistaní, del cual reconoció "que está haciendo mucho más por su pueblo de lo que nosotros podemos hacer por ellos", y aquejó los problemas de inseguridad y acceso a ciertas zonas del país asiático.

Prueba de la acuciante inestabilidad fue el atentado múltiple perpetrado ayer contra una procesión de la corriente islámica minoritaria chií en la ciudad oriental paquistaní de Lahore, en el que 35 personas murieron, según las últimas cifras policiales.

Al respecto, denunció las posturas de ciertos grupos islamistas de rechazar la presencia de personal humanitario extranjero, y aseguró que, salvaguardando la seguridad de su equipo, seguirán trabajando en la zona.

Además, aseveró que otra de las prioridades es contener la propagación del paludismo y de enfermedades transmitidas por el agua, como la diarrea aguda.

"Es una verdadera carrera contra reloj", añadió.

Las lluvias torrenciales que trajo el monzón a finales de julio han causado inundaciones devastadoras en al menos un tercio del país, y, si bien el agua ha empezado a retroceder en algunas zonas, en las regiones del sur aún quedan muchas personas por ser evacuadas.

Del mismo modo, las lluvias torrenciales anegaron campos de cultivo, de los que vive casi el 80 por ciento de la población afectada, un desastre que acechó en el momento menos propicio, apenas dos meses antes de las cosecha de arroz, maíz, hortalizas y caña de azúcar.

"La magnitud de las necesidades supera con creces nuestra capacidad de respuesta", añadió de Maio.

"En la segunda fase de nuestra operación -dijo-, distribuiremos semillas que beneficiarán a más de 300.000 personas que lo han perdido todo. Esta ayuda les permitirá sacar provecho de la próxima cosecha y reanudar una vida normal".

Además, las minas y los artefactos sin estallar desplazados por las aguas en las zonas declaradas libres de armas han provocado hasta el momento cuatro accidentes con 11 víctimas.

De Maio aseguró que, poco a poco, se podrá asistir a un porcentaje importante de la población, aunque lamentó que, según las previsiones, "no toda podrá ser atendida". EFE
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