Correa pide hacer irreversible su revolución
Señala que desde él hasta el más sencillo trabajador, todos están de paso, todos somos necesarios, pero no imprescindibles
"Vamos a derrotar en las urnas a los conspiradores para hacer irreversible la revolución ciudadana", dijo Correa con voz ronca ante miles de simpatizantes en La Michelena, un populoso sector del sur de la capital.
"Apóyenme para poder seguir cambiando el país", agregó el mandatario, favorito para ser reelegido hasta 2017 en primera vuelta según varios sondeos.
Vestido con una camisa verde, el color de su movimiento Alianza País, Correa señaló que "todos estamos de paso, todos somos necesarios, desde el presidente hasta el más sencillo trabajador", pero "nadie debe ser imprescindible".
"Mañana este compañero no estará aquí y tiene que avanzar la revolución ciudadana", anotó el jefe de Estado, quien ya anticipó que de ser reelecto no buscará un tercer mandato y se irá del país cuando deje el cargo para no perturbar a su sucesor.
El gobernante vaticinó una derrota de la oposición en los comicios en que también serán elegidos congresistas.
"Verán la derrota que van a tener en las urnas porque es impresionante la madurez política de los ecuatorianos", sostuvo, y exhortó a "no perder todo lo ganado, pues luego de haber avanzado tanto los mismos de siempre nos quieren volver al pasado".
Correa se refirió en particular a la crisis bancaria de fines de los años 1990, en la que ha sugerido que tuvo que ver el banquero y candidato presidencial de derecha Guillermo Lasso, quien rechaza cualquier implicación en ese episodio.
Y alzó la voz para afirmar que "tenemos conspiradores que no es que no nos han querido botar sino que no han podido" y reclamó a sus simpatizantes el sufragio para todos los candidatos oficialistas al unicameral Congreso, en el que el gobierno tiene el principal bloque pero sin ser mayoría.
"Necesito una mayoría contundente para hacer de esa revolución un proceso irreversible", enfatizó Correa, aliado del presidente venezolano Hugo Chávez, con quien promueve el denominado socialismo del siglo XXI.
La concentración oficialista se desarrolló en paralelo al cierre de campaña de Lasso en la ciudad de Guayaquil (suroeste).
El banquero, quien figura segundo en las encuestas, aunque lejos de Correa, reiteró que forzará un balotaje y que en él derrotará al jefe de Estado.
"Ya estamos en segunda vuelta, gracias Guayaquil", manifestó el aspirante de derecha, vestido con una impecable camisa blanca en un coliseo que se llenó en un 80% y estuvo adornado con globos de colores.
Lasso denunció que "esta ha sido una campaña electoral desigual", pero dijo que ha "sabido aguantar porque ya llega el otro Ecuador".
También cuestionó que el presidente no hubiera querido debatir con él ni con los demás candidatos, y rechazó que éste sugiera una vinculación suya con la debacle financiera de los noventa, que derivó en la dolarización de la economía y en un congelamiento de depósitos. Correa anunció que solo debatirá si hay balotaje.
"Yo no le huyo a nada, aquí estoy para debatir en segunda vuelta. En el debate tendrá que explicar por qué me ofende a mí, pero sí nombró como ministro a un exbanquero que quebró un banco agrícola", afirmó Lasso.
Otros cuatro candidatos cerraron su campaña en Guayaquil: el derrocado exmandatario Lucio Gutiérrez (2003-2005), el derechista Mauricio Rodas, el magnate Alvaro Noboa y el pastor evangélico Nelson Zavala, mientras que los izquierdistas Alberto Acosta y Norman Wray -antiguos aliados de Correa- lo hicieron en la ciudad de Cuenca (sur) y en la localidad de Playas (suroeste), respectivamente.