Internacional
Agresiones a activistas de DH sin castigo en Latinoamérica: AI
Defensores de derechos humanos fueron objeto de 300 ataques entre enero de 2010 y septiembre 2012
CIUDAD DE MÉXICO (11/DIC/2012).- Los defensores de derechos humanos fueron objeto de 300 agresiones en América Latina entre enero de 2010 y septiembre 2012, sin que las autoridades hayan identificado a uno solo de los autores intelectuales, denunció Amnistía Internacional (AI) en un informe presentado este martes en México.
De las 300 agresiones registradas, "no llegan a cinco los casos en que se declaró culpables a los autores materiales. En ninguno de ellos se llegó a identificar a la persona que ordenó los ataques", dijo en conferencia de prensa Daniel Zapico, coordinador de Impacto de Amnistía Internacional.
Los activistas son blanco de agresiones que van de las amenazas de muerte y los secuestros hasta el asesinato.
"Los ataques no son sólo de criminales y del crimen organizado, muchas veces hay autoridades involucradas", señaló Zapico.
Casi la mitad de los activistas agredidos trabajan en temas relacionados con la disputa de la tierra y los recursos naturales, y en muchas ocasiones empresas privadas trasnacionales han estado detrás de los ataques.
"Ninguna de las empresas, ni su personal, han sido declarados culpables civil o penalmente", indica el informe "Transformar el dolor en esperanza".
Sólo en México se registraron 47 de estas agresiones. Entre los peores casos están el de la activista mexicana Marisela Escobedo, asesinada en 2010 justo enfrente del Palacio de Gobierno de Chihuahua (norte), donde se encontraba manifestándose por que el asesinato de su hija no quedara impune.
Destaca también el caso de Nepomuceno Moreno, ultimado en noviembre de 2011 tras denunciar la desaparición de su hijo, en la que estaban involucrados policías del también norteño estado de Sonora.
"Hoy no es un buen día para nosotros (...) Nos están persiguiendo, nos están cazando, nos están matando", dijo Alexandre Anderson de Souza, presidente de la asociación de Hombres y Mujeres del Mar de Brasil, una organización de pescadores que luchan contra Complejo Petroquímico de Río de Janeiro.
En su testimonio, recogido en el Informe de AI, Anderson de Souza asegura que en los últimos tres años ha sobrevivido a seis atentados, mientras que cuatro miembros de su organización han sido asesinados.
Por su parte, Cleiner María Almanza, una dirigente comunitaria que trabaja en Colombia por las mujeres desplazadas a la fuerza, relata que la policía la ignoró cuando pidió auxilio tras ser raptada y violada el 12 de enero de 2012 por un grupo de hombres desconocidos.
"Yo gritaba, yo lloraba, pedía auxilio... Yo me identifiqué, les dije (a los agentes policía) que era líder defensora de derechos humanos. Cuando yo me estoy identificando, se echaron a reír", dijo.
De las 300 agresiones registradas, "no llegan a cinco los casos en que se declaró culpables a los autores materiales. En ninguno de ellos se llegó a identificar a la persona que ordenó los ataques", dijo en conferencia de prensa Daniel Zapico, coordinador de Impacto de Amnistía Internacional.
Los activistas son blanco de agresiones que van de las amenazas de muerte y los secuestros hasta el asesinato.
"Los ataques no son sólo de criminales y del crimen organizado, muchas veces hay autoridades involucradas", señaló Zapico.
Casi la mitad de los activistas agredidos trabajan en temas relacionados con la disputa de la tierra y los recursos naturales, y en muchas ocasiones empresas privadas trasnacionales han estado detrás de los ataques.
"Ninguna de las empresas, ni su personal, han sido declarados culpables civil o penalmente", indica el informe "Transformar el dolor en esperanza".
Sólo en México se registraron 47 de estas agresiones. Entre los peores casos están el de la activista mexicana Marisela Escobedo, asesinada en 2010 justo enfrente del Palacio de Gobierno de Chihuahua (norte), donde se encontraba manifestándose por que el asesinato de su hija no quedara impune.
Destaca también el caso de Nepomuceno Moreno, ultimado en noviembre de 2011 tras denunciar la desaparición de su hijo, en la que estaban involucrados policías del también norteño estado de Sonora.
"Hoy no es un buen día para nosotros (...) Nos están persiguiendo, nos están cazando, nos están matando", dijo Alexandre Anderson de Souza, presidente de la asociación de Hombres y Mujeres del Mar de Brasil, una organización de pescadores que luchan contra Complejo Petroquímico de Río de Janeiro.
En su testimonio, recogido en el Informe de AI, Anderson de Souza asegura que en los últimos tres años ha sobrevivido a seis atentados, mientras que cuatro miembros de su organización han sido asesinados.
Por su parte, Cleiner María Almanza, una dirigente comunitaria que trabaja en Colombia por las mujeres desplazadas a la fuerza, relata que la policía la ignoró cuando pidió auxilio tras ser raptada y violada el 12 de enero de 2012 por un grupo de hombres desconocidos.
"Yo gritaba, yo lloraba, pedía auxilio... Yo me identifiqué, les dije (a los agentes policía) que era líder defensora de derechos humanos. Cuando yo me estoy identificando, se echaron a reír", dijo.
Síguenos en