Internacional

AI denuncia situación de cárceles brasileñas tras decapitación de reos

Indican que las condiciones son pésimas en todos los estados brasileños

SAO PAULO, BRASIL (08/ENE/2013).- Amnistía Internacional denunció hoy la "violencia" y "hacinamiento" generalizado en las cárceles brasileñas, una realidad que tomó fuerza después de las revueltas generadas en las cárceles del estado de Maranhão, especialmente en el complejo penitenciario de Pedrinhas, de la capital Sao Luis.

Un video difundido ayer por el diario brasileño Folha de Sao Paulo muestra las imágenes supuestamente tomadas por los presos de Pedrinhas, en el que se puede ver la decapitación de tres reos.

"La brutalidad y las pésimas condiciones de los presidios en todos los estados brasileños son recurrentes. No se trata de un caso aislado, el nivel de brutalidad de las cárceles brasileñas es muy alto", el asesor de Derechos Humanos de Amnistía Internacional Brasil, Alexandre Ciconello, respecto al video.

"Las prisiones son una mazmorra, con condiciones de animales. Son un depósito de seres humanos en pésimas condiciones (...). Hay una situación generalizada de hacinamiento, de pésimas condiciones de salud, de higiene", dijo.

Para Ciconello, las cárceles de Maranhao, donde sólo el año pasado murieron sesenta personas, la mayoría de ellas en Pedrinhas, llegaron al límite de "violencia" y "brutalidad".

También hizo referencia al pedido realizado hoy por la ONU para que las autoridades brasileñas lleven a cabo una investigación "inmediata, imparcial y efectiva" y señaló que la presión internacional puede incentivar al Gobierno a cambiar esta situación.

"Es algo que viene pasando desde hace años. Desde 2007 hasta hoy 169 personas fueron asesinadas en presidios de Maranhao. El Gobierno ha hecho poco para cambiar la situación", añadió.

A su juicio, para cambiar dicha situación es preciso aumentar el número de unidades penitenciarias, agilizar los procesos de los presos que se encuentran encarcelados de manera provisional y combatir las acciones criminal, entre otras medidas.

"Para ello, es necesario profundizar en la investigación y la inteligencia, no solo represión", valoró.

Ante la ola de violencia registrada en los últimos meses, el pasado 27 de diciembre, sesenta policías militarizados intervinieron "por tiempo indeterminado" las diversas cárceles del estado.

Como represalia a la presencia policial en los presididos, los cabecillas recluidos en Pedrinhas supuestamente ordenaron la semana pasada un ataque a cuatro autobuses urbanos de Sao Luis, que se saldó con la muerte de una niña de seis años y con heridas graves a otras cinco personas.

Una de las medidas optadas por el Gobierno federal frente a la situación fue ofrecer el trasladado de al menos 25 presos del centro penitenciario de Pedrinhas a presidios de máxima seguridad de otras regiones del país.
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