Guadalajara padece proyectos fallidos en abasto de agua
Trabajos en la materia quedaron inconclusos por conflictos sociales, políticos y económicos
En intentos por garantizar el abasto de agua para el Área Metropolitana de Guadalajara (AMG) en las últimas décadas han fracasado proyectos que no llegaron a concluir y la metrópoli depende del líquido extraído del lago de Chapala.
Desde 1956, la AMG tiene como fuente principal de abasto al lago. El agua fue traída inicialmente a la ciudad a través del canal de Atequiza. Este sistema de conducción era a cielo abierto con una longitud de 92.5 kilómetros, iniciando desde Ocotlán.
En 1984 se inició la construcción del Acueducto Chapala-Guadalajara, el cual entró en operación 6 años después. El acueducto tiene capacidad de conducción en promedio de 7.5 metros cúbicos por segundo, con una longitud de 42.5 kilómetros. Las obras impulsadas para diversificar las fuentes de agua para los tapatíos quedaron inconclusas por razones como conflictos sociales, políticos, falta de presupuesto o estudios técnicos.
A medias, el sistema La Zurda
29 de septiembre de 1989
Al final de la década de los ochenta, el ex gobernador Guillermo Cosío Vidaurri impulsó el sistema La Zurda-Calderón-El Salto como fuente de abastecimiento. El proyecto de la presa La Zurda se había planteado desde 1941 sobre la cuenca del Río Verde, se utilizaría para generar energía eléctrica y también se consideró la posibilidad de usar el agua para Guadalajara. En el sistema retomado por Cosío Vidaurri, la presa principal se pretendía construir 45 kilómetros aguas arriba del poblado de Temacapulín. Al final de la administración (1989 -1992) se concretó la construcción de la presa Calderón o Elías González Chávez, en Tepatitlán; para 1993 se terminó la presa El Salto, en el municipio de Valle de Guadalupe, que era parte del sistema; sin embargo, no se logró edificar el embalse principal.
Tras las explosiones del 22 de abril de 1992 en el sector Reforma de Guadalajara, el ex gobernador Cosío Vidaurri solicitó licencia al cargo. Su sucesor Carlos Rivera Aceves no dio continuidad a los proyectos y las posteriores administraciones encabezadas por panistas los olvidaron.
Rechazan crédito japonés
12 de junio de 1998
Durante el sexenio del panista, Alberto Cárdenas Jiménez, se pretendió alentar los proyectos hídricos para la AMG basado en un esquema financiero que incluía contratar un crédito con el consorcio japonés Overseas Economic and Cooperation Fund. En 1998 se planteó que el Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (SIAPA), a través del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras), solicitara un crédito por un monto de 150 millones de dólares al consorcio empresarial japonés.
El plan no incluía edificar nuevas presas o retomar el sistema La Zurda, pues para el abastecimiento se impulsarían obras de rehabilitación a la infraestructura existente, extender sistemas de distribución y la construcción de un acueducto para llevar agua de la presa El Salto a la presa Calderón e incrementar el líquido enviado a la AMG. En materia de saneamiento proyectaba la construcción de las plantas de tratamiento de El Ahogado, Río Blanco y otra en Atemajac. La aprobación del empréstito fue rechazada en el Congreso de Jalisco y frustró los planes.
San Nicolás y Arcediano, proyectos fallidos
1 de junio de 2005
31 de octubre de 2009
En la administración de Francisco Ramírez Acuña (2001-2006), volvió la promoción de nuevas presas para abastecer de agua al AMG.
La presa San Nicolás fue considerada por los gobiernos y empresarios como alternativa para el desarrollo de las ciudades de León y Guadalajara. Se planteó que las aguas del Río Verde fueran trasvasadas vía un acueducto de 100 kilómetros hacia León, una vez utilizadas estas mismas aguas serían descargadas en el río Turbio, afluente del río Lerma para que arribaran al Lago de Chapala ya tratadas. Tendría una cortina de 65 metros de altura, se emplazaría entre Jalostotitlán y Teocaltiche, inundaría 52 poblados, provocaría el desplazamiento de unas 10 mil personas y despertó la oposición social. En mayo de 2005, el gobernador Ramírez Acuña confirmó la cancelación del proyecto y se propuso como alternativa la presa El Zapotillo.
En plena barranca de Huentitán, aguas abajo de la confluencia de los Ríos Santiago y Verde, se pretendía edificar una cortina 140 metros de altura y habilitar un sistema de bombeo para subir el agua 580 metros. Arcediano daría un aprovechamiento total de 10.4 metros cúbicos por segundo. El proyecto también enfrentó oposición de ambientalistas y pobladores que serían desalojados. En octubre de 2009 se anunció la cancelación del proyecto original con el argumento de que no era técnicamente justificable.
Suspenden El Zapotillo y El Purgatorio
8 de agosto de 2013
30 de junio de 2017
En diciembre de 2005 se firmó un convenio entre el Gobierno Federal y los Estados de Jalisco y Guanajuato para construir la presa El Zapotillo con una cortina de 80 metros y una superficie de embalse de 2,051 hectáreas, lo que implicaba inundar los poblados de Acasico y Palmarejo en el municipio de Yahualica. Además, se tendrían que construir diques para evitar la inundación de Temacapulín en Cañadas de Obregón. Los habitantes de las tres poblaciones comenzaron una lucha jurídica que mantienen desde entonces con la que consiguieron detener la construcción de la cortina.
El ex gobernador panista, Emilio González Márquez, continuó en su administración (2007-2013) el plan de usar las aguas del Río Verde para dar agua a León y la AMG. Impulsó los embalses de El Zapotillo y El Purgatorio, sin conseguir terminar su edificación y los heredó a su sucesor el priista Jorge Aristóteles Sandoval, quien en seis años tampoco tuvo definiciones en el tema.
Sandoval Díaz pagó 4.6 millones de dólares a la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS) en un estudio que dio el aval técnico para la obra y planteó modificaciones al proyecto para que la altura de la cortina quedara en 105 metros e inundar los poblados de Temacapulín Acasico y Palmarejo.
AMLO deja decidir a los pueblos
15 de agosto de 2021
En agosto de 2013, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) emitió un fallo en contra de la inundación de Temacapulín, determinó que la Presa El Zapotillo debería mantenerse con una altura de sólo 80 metros, en lugar del proyecto de 105 metros.
Tras dos sexenios con la obra sin terminar y con el conflicto social generado, el Presidente de México Andrés Manuel López Obrador visitó, en agosto pasado, el sitio de construcción de la presa El Zapotillo, donde propuso la operación de la presa con la cortina a 80 metros y un sistema de compuertas para evitar la inundación de las comunidades vecinas.
El agua se destinaría sólo al Área Metropolitana de Guadalajara y excluyó a León.
El Mandatario dejó en agosto de este año la decisión final del proyecto a los habitantes de Temacapulín, Acasico y Palmarejo y precisó que, en caso de que su propuesta sea rechazada, la obra se detendrá en lo que resta de su administración y sólo continuarán con medidas de seguridad para evitar posibles afectaciones.
Descartado, segundo acueducto a Chapala
Con el argumento de buscar el óptimo aprovechamiento de la concesión de volúmenes de agua que se pueden extraer del Lago de Chapala, en 2011 se realizaron estudios de ingenierías básicas de un Nuevo Acueducto Chapala-Guadalajara, esbozaron que tendría una capacidad de conducción de 7.5 metros cúbicos por segundo y un mejor diseño que el actual. En 2013, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) descartó la segunda línea de conducción de agua potable desde el Lago de Chapala, se estimó que requería inversión de tres mil millones de pesos. El entonces titular del Organismo de la Cuenca Lerma-Santiago-Pacífico de la Conagua, José Elías Chedid Abraham, refirió que el proyecto sí es necesario, dadas las condiciones en que se encuentra el primer ducto de agua, que opera desde 1991 sin recibir mantenimiento óptimo.
Hay otras alternativas aún vivas
Aunque las dos anteriores administraciones estatales y federales apostaron a desarrollar las presas El Zapotillo y El Purgatorio, la Comisión Estatal del Agua formuló una lista de otros proyectos para seleccionar la mejor opción de abasto para la metrópoli. Entre éstos figuran las construcciones de presas en Loma Larga, San Nicolás, Varas Dulces y Presa El Salto.
Especialistas han recomendado que los proyectos que se retomen no incluyan nuevas presas. Antonio Gómez Reyna, académico de la Universidad de Guadalajara (UdeG), propuso opciones como la reutilización del líquido, la reposición de la red hidráulica para evitar fugas, tener un mayor control de las cuencas o acuíferos, así como aprovechar el agua de lluvia. Miguel Magaña, del Departamento de Ciencias Ambientales de la UdeG, sugirió un programa donde se conozca la capacidad de las cuencas y se mejore su control.
En el Plan Estatal de Desarrollo 2013-2033 se daba cuenta que la problemática del desabasto se había potenciado por el crecimiento acelerado de la población en las zonas urbanas, la inadecuada planeación de la infraestructura y la ineficiente regulación de contaminantes. Sin embargo, se destacaba que el Estado se localiza en siete importantes cuencas hidrológicas, además de un sinnúmero de fuentes subterráneas de agua, las cuales pueden ser aprovechadas para solventar los problemas, sumado a la reutilización sustentable de los recursos hídricos.
Otras obras de abasto que se proponen para la Entidad, que requieren de la puesta en marcha de El Purgatorio y no cuentan con proyectos ejecutivos, son traer agua desde los ríos Ameca y unas partes del Santiago para generar tres mil 300 litros por segundo, pero con un costo de nueve mil millones de pesos. Otros mil litros por segundo se obtendrían de los pozos en los acuíferos ubicados en los límites con Zacatecas y Michoacán.
En la actual administración, en el Plan Estatal de Gobernanza y Desarrollo 2018-2024, da cuenta de la misma problemática y se espera un resultado hacia 2024 con un abastecimiento, conservación y aprovechamiento equitativo y sustentable del agua para la población. Apuestan a que la Presa El Zapotillo se eleve a 105 metros de altura.
A pesar de que la actual administración propone otras alternativas relacionadas a la gestión integral del agua, todas van acompañadas de la construcción de El Zapotillo y El Purgatorio, que se encuentran detenidas. Se propone el incremento en el volumen y la reutilización de las aguas tratadas.
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