Entretenimiento
Tráfico ilegal y falsificación de manuscritos de Borges
Hay abierta una investigación en la que participa la Interpol
CIUDAD DE MÉXICO.- La Interpol investiga el legado de Jorge Luis Borges (1899-1986) en busca de ladrones y falsificadores. La viuda del escritor argentino, María Kodama, denunció el jueves pasado durante la presentación del libro de Rafael Olea In Memoriam Jorge Luis Borges en El Colegio de México, en la capital del país, que el cuerpo internacional de policía indaga sobre un presunto tráfico ilegal de manuscritos del autor de El Aleph.
La primera huella del supuesto delito, aún fresca, se sitúa muy lejos de Argentina, en Japón. La rectora de una universidad de Tokio contactó a Kodama, legítima propietaria de toda la obra de Borges, para comprobar la autenticidad de un manuscrito adquirido.
El texto fue autentificado por los peritos, pero la institución informó a Kodama que para conservarlo debía aclarar su origen y "si fue sustraído o desaparecido y cómo fue que lo obtuvo el comprador, si de buena o mala fe".
La viuda del escritor explicó que "ahora debo hacer un viaje a Japón para que se investigue cómo llegaron a ese país esos manuscritos y esclarecer su origen; debo meterme en una novela policial para aclarar estos problemas".
La que fuera secretaria de Borges y quien se convirtiera en su esposa pocos meses antes de que el literato falleciera, explicó que "se trata de saber quién los vende, de dónde salieron y cuáles han sido los caminos que han recorrido estos manuscritos".
Según la viuda del autor de Ficciones y presidenta además de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges, el laberinto de ilegalidades se divide en dos caminos: en Argentina se sigue también un proceso legal contra dos supuestos expertos sobre el escritor que vendían trabajos inéditos suyos. Falsos, por supuesto. Tomaban párrafos de alguna conferencia dictada por el escritor, la unían a fragmentos de sus textos y ya tenían un material listo para venderse a periódicos y revistas extranjeros.
"Ellos criticaban que se editara la obra dispersa de todos los escritos inéditos, pues esperaban continuar con esas falsificaciones", apuntó Kodama.
Borges, considerado una de las miradas más inclasificables, lúcidas y a la vez metafóricas de la literatura mundial, se marchó de este mundo en 1986, dejando tras de sí una obra casi tan rica como la contenida en su ficticia Biblioteca de Babel. Ahora, y para dar con el responsable de la afrenta a su memoria, su viuda y las autoridades deberán desentrañar paso a paso la trama.
La primera huella del supuesto delito, aún fresca, se sitúa muy lejos de Argentina, en Japón. La rectora de una universidad de Tokio contactó a Kodama, legítima propietaria de toda la obra de Borges, para comprobar la autenticidad de un manuscrito adquirido.
El texto fue autentificado por los peritos, pero la institución informó a Kodama que para conservarlo debía aclarar su origen y "si fue sustraído o desaparecido y cómo fue que lo obtuvo el comprador, si de buena o mala fe".
La viuda del escritor explicó que "ahora debo hacer un viaje a Japón para que se investigue cómo llegaron a ese país esos manuscritos y esclarecer su origen; debo meterme en una novela policial para aclarar estos problemas".
La que fuera secretaria de Borges y quien se convirtiera en su esposa pocos meses antes de que el literato falleciera, explicó que "se trata de saber quién los vende, de dónde salieron y cuáles han sido los caminos que han recorrido estos manuscritos".
Según la viuda del autor de Ficciones y presidenta además de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges, el laberinto de ilegalidades se divide en dos caminos: en Argentina se sigue también un proceso legal contra dos supuestos expertos sobre el escritor que vendían trabajos inéditos suyos. Falsos, por supuesto. Tomaban párrafos de alguna conferencia dictada por el escritor, la unían a fragmentos de sus textos y ya tenían un material listo para venderse a periódicos y revistas extranjeros.
"Ellos criticaban que se editara la obra dispersa de todos los escritos inéditos, pues esperaban continuar con esas falsificaciones", apuntó Kodama.
Borges, considerado una de las miradas más inclasificables, lúcidas y a la vez metafóricas de la literatura mundial, se marchó de este mundo en 1986, dejando tras de sí una obra casi tan rica como la contenida en su ficticia Biblioteca de Babel. Ahora, y para dar con el responsable de la afrenta a su memoria, su viuda y las autoridades deberán desentrañar paso a paso la trama.
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