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Tendió John Boyne puente entre la FIL y las víctimas del Holocausto

Boyne está en esta ciudad, donde participó en el ciclo Mil jóvenes platican con..., que se realiza en el auditorio Juan Rulfo, de la Feria Internacional del Libro (FIL)

GUADALAJARA, JALISCO.-  John Boyne es un personaje que parece de ficción, sin embargo, es de carne, huesos y muchos sentimientos, pues es un gran escritor, y entre otras cosas, cuenta con ser sobreviviente del Holocausto, como lo mencionó a mil jóvenes que charlaron más de dos horas con él.  

Boyne está en esta ciudad, donde participó en el ciclo "Mil jóvenes platican con...", que se realiza en el auditorio "Juan Rulfo", de la Feria Internacional del Libro (FIL).  

Sensibilizó a cientos de niños, jóvenes y adultos que mantuvieron la respiración por cada frase, cada palabra y mueca sobre el Holocausto.  

Al final del encuentro, un grupo de muchachos se arremolinó alrededor de Marcel Altschuler, su nombre verdadero, un hombre a punto de cumplir 79 años, quien sobrevivió al régimen establecido por el nazismo, al mantener el valor y el aplomo, tras caer prisionero en el Holocausto, en Francia.  

"Quiero agradecerles por retomar este tema y despertar el interés en mis nietas", había dicho Altschuler durante el encuentro, y relató que tenía 10 años cuando los nazis invadieron Francia. "Es importante que esto no vuelva a suceder en ningún pueblo del mundo. Que no haya más semejantes injusticias", agregó.  

Quienes desbordaron el auditorio Juan Rulfo, correspondieron con un aplauso conmovedor. Y John Boyne dijo que lo mejor de haber escrito este libro, y de presentarlo en distintas partes del mundo, ha sido encontrarse con los sobrevivientes. "Nos vemos con mayor afecto que si fuéramos hermanos", aseguró.  

"No quiero ser didáctico", respondió Boyne cuando un adulto le preguntó por el "mensaje" que quería transmitir a los jóvenes. "Yo cuento historias. No soy autoridad y no tengo respuestas. Sólo soy un novelista. Escribo historias y espero que mis libros no sean olvidados cinco minutos después", adujo.  

Sin embargo, reconoció desea que los jóvenes aprendan sobre la maldad del racismo. Una joven le preguntó por qué escribir otra novela sobre el Holocausto, tema ya muy tratado. "Cuando vamos al cine y vemos una comedia romántica no decimos: `Otra comedia romántica'", respondió.  

Le preguntaron a quién se parece más, si a "Bruno" o a "Schmuel", personajes del libro. Boyne respondió que a "Bruno", por su carácter aventurero porque en algún momento traiciona a su amigo, lo deja caer". Hubo muchas preguntas como ¨Qué pasa con ellos?, ¨Cómo terminan?, ¨Eran amantes? y otras. 

Boyne dijo que esas respuestas dependen de la imaginación de cada lector. "El niño con el pijama de rayas" ha sido un fenómeno de ventas en todo el mundo, pues ha vendido más de tres millones de ejemplares en dos años, y ha sido traducida a 35 idiomas, de acuerdo con la información de su casa editora en México.  

"¨Qué es lo que gusta del libro a los jóvenes?", preguntó el autor en un claro y evidente "machetazo a caballo de espadas" que provocó que el hielo, de por sí roto entre autor y público, se tornara en un ambiente cálido en todo el recinto, donde incluso edecanes y personal de seguridad seguían atentos el encuentro.  

Un valiente, llamado Héctor, de 13 años de edad, respondió: "Me gusta porque se hacen amigos". Gabriela Alcalá, de 15 años, quien tuvo que esperar buen rato con la mano alzada para preguntar, y a la que Jorge Fondebrider, el moderador, dio la palabra dijo:  

"Yo me creía muy `sabionda'. Sabía del Holocausto, conocía estadísticas y los números, pero fue una novedad verlo desde una perspectiva inocente. Conocer en persona a un sobreviviente de ese capítulo de la historia ha sido una gran experiencia, aunque me provoca sentimientos encontrados", dijo emocionada. 
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