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'Sin una buena historia, falta la sustancia': Bruno Bozzetto
Ante las nuevas tecnologías, el animador italiano señala al proceso creativo como lo esencial
Así, aunque admitió que su verdadera pasión era el cine, el milanés narró sus inicios en la animación con equipos básicos y diseños de ingenio casero, a principios de los años cincuenta. Tras conocer un texto de John Alas que describía “los rudimentos de la animación”, hizo sus primeros intentos para, luego, en una época donde sólo se veían en su país “las obras maestras de Disney”, comprender pronto —al descubrir el trabajo del canadiense Norman McLaren— “el potencial y gran fuerza de las líneas básicas” y, además, que “no había que copiar nada, porque existían otros caminos”.
Sin estudios formales de diseño, Bozzetto se embarcó en levantar un estudio con implementos caseros y sus primeros trabajos se exhibieron no en su país sino en festivales alrededor del mundo, con no poco éxito de crítica; al vincularse a la publicidad, el éxito “fue inmediato” y permitió a su empresa desarrollarse, en una era donde “todo se hacía a mano”.
Con todo, “nunca me alejé del cortometraje” porque, detalla, “la producción se hace con total libertad” y se pueden abordar toda clase de temas, “desde la guerra o la ecología hasta distintas caras de la condición humana”; sin embargo, se embarcó en la hechura de un primer largometraje, “West & Soda” (1965), que cimentó los orígenes —con las cintas de Sergio Leone— del "spaghetti western", como “una parodia del género” que le granjeó éxito en el extranjero.
A ese experimento siguieron sus célebres cortos con Mr. Rossi como protagonista y sus películas “VIP: mi hermano el superhéroe” (1968) y “Allegro non troppo” (1976), donde conjugó música (de Debussy, Ravel, Stravinsky y otros) con relatos fantásticos; así, hasta llegar a nuestros días, en los que se mantiene en activo a pesar de su reconocimiento y numerosos premios.
La historia como base
En opinión del italiano, la llegada de la computadora “significó un cambio radical en el método de trabajo, porque se faciltó en parte, pero hizo que desaparecieran trabajos. Lo que no desapareció fue el proceso creativo, pues lo que importa es lo que se cuenta y cómo se puede comunicar. Ahora la verdadera revolución es el 3D, pero sigo prefiriendo un dibujo poco estilizado, la sencillez y la síntesis: volver a mi origen”.
Finalmente, Bozzetto dijo que “cada quien tiene reglas distintas que nacen del instinto personal” para realizar una cinta, pero que “la base de todo es una buena historia”, aunada al humor, al uso de planos largos y una columna sonora (música y ruidos incidentales), todo en función de “comunicar ideas y emociones” ya que, si no es así, al producto “le falta sustancia”.
FRASE
"El humor es una forma de civilización, significa saber aceptar cosas de la vida y comprenderlas; es también un truco para digerir cosas graves y se pueden decir, asimismo, cosas serias. Da más vida y alegría a lo que se hace".
Bruno Bozzetto, animador italiano.
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