Entretenimiento

Ovacionan a Ricardo Montaner en Aguascalientes

El venezolano se presenta en el palenque de la Feria de San Marcos, donde cantó sus principales éxitos

AGUASCALIENTES, AGUASCALIENTES (07/MAY/2013).- El cantante venezolano Ricardo Montaner hizo suya la madrugada de este martes, con la interpretación de sus principales éxitos ante un público que se le entregó y ovacionó, en el palenque de la Feria Nacional de San Marcos.

En punto de las 0:35 horas de este martes, pisó el venezolano el escenario del Palenque Sol, ante un público impaciente que lo esperaba desde las 23:00 horas.

Se plantó portando un traje, camisa y zapatos negros, con un pañuelo rojo en la solapa del saco, abrió su repertorio con la interpretación de "Voy a vivir la vida", siguió con "A dónde va el amor" y "Será".

"Tenía mucha ilusión de cantar para este público de Aguascalientes, que me trata siempre con cariño, me hacen sentir en casa, hace cuatro años que no venía para acá, ¡que viva México!", señaló, para luego interpretar "Castillo azul", "El poder del amor", "Solo con un beso", "Ojos negros" y luego vino "Conga".

"Desde aquí quiero mandar un mensaje a mi país. Venezuela, pasa por momentos difíciles, lo que sucede ahora, puede cambiar su historia, hago un llamado a todos los líderes sudamericanos, nos estamos quedando solos", señaló un Montaner con voz seria y mirada nostálgica, tras saludar a venozolanos que portaban dos banderas de su país.

Luego, vino "Bésame en la boca", bolero, que según compartió con el público, es de sus preferidas, "la compuse un día de inspiración en el jardín de mi casa en Venezuela", el público la coreó y se puso de pie.

Después vinieron "Tan enamorados", "A dónde va el amor", "Déjame llorar", "Me va a extrañar", con la cual se despidió del público de Aguascalientes, quien lo ovacionó y le pidió otra, y regresó, para interpretar uno de sus más grandes éxitos "En la cima del cielo", para poner fin a su espectáculo.

Durante su "show", el cantante interactuó con hombres y mujeres de las primeras filas de un palenque con capacitad para siete mil espectadores.

Montaner se dejó apapachar durante todo el concierto, pasó a mujeres a dirigir su orquesta, se dejó tomar fotos, repartió besos y caricias.

Un nutrido grupo de hombres, le arrancaron una sonrisa, mientras interpretaba una de sus canciones, ya que se inclinaban hacia adelante al mismo tiempo, en señal de reverencia a su persona y a su grandeza musical.
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