Entretenimiento
La Mosca se convierte en ópera que une música y reflexión
La Mosca cinta cinematográfica se convierte en ópera bajo la dirección de Placido Domingo
"
The Fly" (La Mosca), gran éxito cinematográfico de David Cronenberg en 1987, nace hoy como ópera en el Teatro del Châtelet, sobre una composición de Howard Shore, escenificada por el propio cineasta y dirigida por el tenor
Plácido Domingo.
El barítono Daniel Okulitch, canadiense, igual que el compositor y el realizador -los tres son amigos de infancia que ya colaboraron en 1986 y en otra decena de películas- interpreta a Seth Brundle, el joven y genial científico que termina convertido en un espantoso monstruo, al fusionar por error genéticamente con una mosca.
La mezzosoprano rumana Ruxandra Donose será su Véronica Quaife, la periodista científica de la que se enamora, y que le ama a su vez más allá de la muerte y de su horrible mutación.
Metamorfosis no sólo física pues el engendro 'Brundle-mosca', tras haber vivido "en la trampa de sus células grises", se siente "purificado", al "despertar de un sueño en el que creyó haber sido un hombre", y descubre en "la carne" su nueva y ahora única "razón de ser".
De ahí que tras las densas metáforas filosóficas y sociopolíticas dadas ya en el cine sobre la plataforma de "La Mosca" -un cuento escrito por George Langelaan en 1957- los autores de la ópera hayan encontrado, en los albores del siglo XXI, materia suprema para denunciar "la política de los insectos".
Una política "sin compasión, sin compromiso", ejercida sólo con "brutalidad" y según la "única ley" de "vivir", como repite varias veces el horrible mutante 'Brundle-mosca', en pleno descubrimiento de sus nuevas fuerzas.
La película de Cronenberg y la ópera no terminan de la misma manera ni están ambientadas en la misma época.
Aunque ambas ofrecieron a sus protagonistas inmensos papeles (en 1986 para los actores Jeff Goldblum y Geena Davis).
La composición musical de la ópera, con un libreto de David Henry Hwang, es, en cambio, completamente diferente, según recalcó su dos veces 'oscarizado' autor al presentarla a la prensa, y precisar que sólo introdujo en ella "dos pequeñas citas" procedentes del filme.
Una música en cualquier caso "muy difícil" de interpretar, el tenor y director español Plácido Domingo, aquí al frente de la Orquesta Filarmónica de Radio France, el Coro del Châtelet y un coro de jóvenes de los barrios populares de Aubervilliers y La Courneuve, quien celebró el excelente trabajo de todo el equipo vocal, encabezado por Ruxandra Donose y Daniel Okulitch.
Domingo reconoció que 'La Mosca' es un personaje que no le habría gustado interpretar, y que prefiere dirigir la orquesta aquí y en la Ópera de Los Ángeles, teatro del que es director artístico y donde la obra se estrenará el próximo mes de septiembre.
El vestuario, de Denise Cronenberg, al igual que el decorado de Dante Ferretti, son fundamentalmente los mismos a lo largo de toda la obra -para producir en el espectador una mayor impresión claustrofóbica- y dejó la época actual, para situarse a mediados del siglo XX.
La maquinaria, el tamaño de los ordenadores, el taller científico en el que se desarrolla la acción, sin telón intermedio ni cambios estéticos de importancia, es también bastante arcaico, por deseo expreso de Cronenberg, que rechazó, además, la utilización de vídeos y pantallas y otras posibilidades tecnológicas.
En cuanto a la historia, llevada al cine por primera vez en 1958, bajo la dirección de Kurt Neumann, retoma la idea de 'flash-back' del relato original -considerado como "el más terrorífico del siglo XX"- cuando lo publicó el periodista franco-británico George Langelaan (1908-1972) y retoma algunas de las ideas abordadas a continuación en la cinta de Cronenberg, "La Mosca II".
Por ello comienza una vez muerto ya el científico-insecto, cuando su novia cuenta a la policía porqué lo mató, al igual que hace la esposa del relato, publicado por Langelaan pocos años después de haber sido agente de los servicios secretos británicos contra la ocupación nazi en Francia, durante la Segunda Guerra Mundial.
En su esencia, la historia es la publicada por Langelaan en la revista "Playboy", cuando -recuerda el programa del Châtelet- ésta era una tribuna política y literaria de peso, gracias a autores como Ray Bradbury, Norman Mailer o Vladimir Nabokov.
Excepcionalmente, la quinta y última representación en París, prevista para el 13 de julio, estará interpretada por el barítono francés Laurent Alvaro.
París.- El barítono Daniel Okulitch, canadiense, igual que el compositor y el realizador -los tres son amigos de infancia que ya colaboraron en 1986 y en otra decena de películas- interpreta a Seth Brundle, el joven y genial científico que termina convertido en un espantoso monstruo, al fusionar por error genéticamente con una mosca.
La mezzosoprano rumana Ruxandra Donose será su Véronica Quaife, la periodista científica de la que se enamora, y que le ama a su vez más allá de la muerte y de su horrible mutación.
Metamorfosis no sólo física pues el engendro 'Brundle-mosca', tras haber vivido "en la trampa de sus células grises", se siente "purificado", al "despertar de un sueño en el que creyó haber sido un hombre", y descubre en "la carne" su nueva y ahora única "razón de ser".
De ahí que tras las densas metáforas filosóficas y sociopolíticas dadas ya en el cine sobre la plataforma de "La Mosca" -un cuento escrito por George Langelaan en 1957- los autores de la ópera hayan encontrado, en los albores del siglo XXI, materia suprema para denunciar "la política de los insectos".
Una política "sin compasión, sin compromiso", ejercida sólo con "brutalidad" y según la "única ley" de "vivir", como repite varias veces el horrible mutante 'Brundle-mosca', en pleno descubrimiento de sus nuevas fuerzas.
La película de Cronenberg y la ópera no terminan de la misma manera ni están ambientadas en la misma época.
Aunque ambas ofrecieron a sus protagonistas inmensos papeles (en 1986 para los actores Jeff Goldblum y Geena Davis).
La composición musical de la ópera, con un libreto de David Henry Hwang, es, en cambio, completamente diferente, según recalcó su dos veces 'oscarizado' autor al presentarla a la prensa, y precisar que sólo introdujo en ella "dos pequeñas citas" procedentes del filme.
Una música en cualquier caso "muy difícil" de interpretar, el tenor y director español Plácido Domingo, aquí al frente de la Orquesta Filarmónica de Radio France, el Coro del Châtelet y un coro de jóvenes de los barrios populares de Aubervilliers y La Courneuve, quien celebró el excelente trabajo de todo el equipo vocal, encabezado por Ruxandra Donose y Daniel Okulitch.
Domingo reconoció que 'La Mosca' es un personaje que no le habría gustado interpretar, y que prefiere dirigir la orquesta aquí y en la Ópera de Los Ángeles, teatro del que es director artístico y donde la obra se estrenará el próximo mes de septiembre.
El vestuario, de Denise Cronenberg, al igual que el decorado de Dante Ferretti, son fundamentalmente los mismos a lo largo de toda la obra -para producir en el espectador una mayor impresión claustrofóbica- y dejó la época actual, para situarse a mediados del siglo XX.
La maquinaria, el tamaño de los ordenadores, el taller científico en el que se desarrolla la acción, sin telón intermedio ni cambios estéticos de importancia, es también bastante arcaico, por deseo expreso de Cronenberg, que rechazó, además, la utilización de vídeos y pantallas y otras posibilidades tecnológicas.
En cuanto a la historia, llevada al cine por primera vez en 1958, bajo la dirección de Kurt Neumann, retoma la idea de 'flash-back' del relato original -considerado como "el más terrorífico del siglo XX"- cuando lo publicó el periodista franco-británico George Langelaan (1908-1972) y retoma algunas de las ideas abordadas a continuación en la cinta de Cronenberg, "La Mosca II".
Por ello comienza una vez muerto ya el científico-insecto, cuando su novia cuenta a la policía porqué lo mató, al igual que hace la esposa del relato, publicado por Langelaan pocos años después de haber sido agente de los servicios secretos británicos contra la ocupación nazi en Francia, durante la Segunda Guerra Mundial.
En su esencia, la historia es la publicada por Langelaan en la revista "Playboy", cuando -recuerda el programa del Châtelet- ésta era una tribuna política y literaria de peso, gracias a autores como Ray Bradbury, Norman Mailer o Vladimir Nabokov.
Excepcionalmente, la quinta y última representación en París, prevista para el 13 de julio, estará interpretada por el barítono francés Laurent Alvaro.
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