Entretenimiento
Coraje femenino toma el Palenque
Jenni Rivera encabeza la noche en que miles de mujeres descargan su despecho al ritmo del mariachi y la banda
ZAPOPAN, JALISCO (24/OCT/2011).- Llegó el turno de las mujeres. Esta vez el Palenque se convirtió en un recipiente donde se vertió coraje, rencor, despecho, amor, baile y recuerdos de todo tipo que las tajantes canciones de Jenni Rivera extrajeron de sus entregadas seguidoras la madrugada del lunes.
Precedida por su hermano, Juan Rivera, la Gran Señora se hizo acompañar de su banda y más tarde del mariachi para entregar a los cuatro mil seguidores que congregó un recuento de su historia musical, con la que se han identificado un sinnúmero de féminas alrededor del género grupero.
Por qué no le calas, Sábanas mojadas, La mentadita y Mírame fueron sólo algunos de los temas que comprendieron la descarga de emociones de esta madrugada que lideró Jenni durante dos horas.
La Diva de la banda se acercó al público para recibir muestras de cariño, ramos de rosas y hasta sombreros que portó unos minutos.
Aunque la intérprete méxico-americana reivindicaba esa noche la presencia de la voz femenina con banda en el Palenque, no se echó para atrás a la hora de los tragos y le entró al tequila.
“Dicen que las artistas que tomamos cuando estamos trabajando somos corrientes… ¡salud por eso!”, y apuró una copa de tequila.
Entre un trago de tequila y otro, Rivera no paró de cantar y contonearse al ritmo de la música despertando furor en su público, que al final se rindió ante ella a la voz de: “¡Jenni, Jenni!”.
Tras dos cambios de vestuario con los que engalanó el ruedo para continuar junto al mariachi y regresar con su característica banda, la artista se despidió de sus cuatro mil admiradores que compartieron con ella su mal de amores: “Gracias, Guadalajara, por hacerme tan feliz”, dijo la cantante y desapareció del ruedo.
EL INFORMADOR / VIOLETA MELÉNDEZ
Precedida por su hermano, Juan Rivera, la Gran Señora se hizo acompañar de su banda y más tarde del mariachi para entregar a los cuatro mil seguidores que congregó un recuento de su historia musical, con la que se han identificado un sinnúmero de féminas alrededor del género grupero.
Por qué no le calas, Sábanas mojadas, La mentadita y Mírame fueron sólo algunos de los temas que comprendieron la descarga de emociones de esta madrugada que lideró Jenni durante dos horas.
La Diva de la banda se acercó al público para recibir muestras de cariño, ramos de rosas y hasta sombreros que portó unos minutos.
Aunque la intérprete méxico-americana reivindicaba esa noche la presencia de la voz femenina con banda en el Palenque, no se echó para atrás a la hora de los tragos y le entró al tequila.
“Dicen que las artistas que tomamos cuando estamos trabajando somos corrientes… ¡salud por eso!”, y apuró una copa de tequila.
Entre un trago de tequila y otro, Rivera no paró de cantar y contonearse al ritmo de la música despertando furor en su público, que al final se rindió ante ella a la voz de: “¡Jenni, Jenni!”.
Tras dos cambios de vestuario con los que engalanó el ruedo para continuar junto al mariachi y regresar con su característica banda, la artista se despidió de sus cuatro mil admiradores que compartieron con ella su mal de amores: “Gracias, Guadalajara, por hacerme tan feliz”, dijo la cantante y desapareció del ruedo.
EL INFORMADOR / VIOLETA MELÉNDEZ
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