Entretenimiento
Contemplaciones contra el tedio
David “Negro” Guerrero
Hace unos días, en las páginas del suplemento Tapatío, de EL INFORMADOR, el periodista Eduardo Castañeda escribió que "se necesita un periodismo cultural no circunscrito a las bellas artes, sino abierto a contar la ciudad, nuestra forma de vivir ahora, nuestros gustos, nuestra forma de ver el arte, la política, nuestras herramientas para subsistir, los placeres nuevos, los vicios longevos y renovados". Y agregaba, líneas adelante, que "los nuevos lectores van a lograrse con temas e historias que les incumban, no con las declaraciones de los políticos y las élites económicas". Tras haber dejado al periódico a un lado, respiro y digo que, por mi parte, ya he señalado en esta columna -y en otros lugares- que hace falta trabajar todavía un chingo de más para tener el periodismo cultural que desde hace mucho ansía ya no solo Tapatilandia, sino todo el Estado. Trabajo y resultados están a la vista de todo el mundo todos los días. A veces da risa -o coraje- encontrar únicamente cuatro o cinco notitas en los diarios que para nada reflejan el arduo, comprometido, y a veces hasta ingrato, trabajo que día a día se lleva a cabo en el sector cultura, más allá de los eventos, presentaciones o actividades programadas. Está también el esfuerzo cotidiano de muchísimas personas que no aparecen en las portadas, que están alejadas del reflector, que no encabezan ruedas de prensa. La dinámica cultural, ya se sabe, es mucho más que el registro de la "eventitis" que parece ahogarnos y, en ocasiones, nos confunde pensando que nos lleva a ningún lado.
II
Señalo lo anterior por un solo ejemplo que he tenido la oportunidad de conocer durante los últimos 15 días: el trabajo ejemplar y admirable que se desarrolla en las bibliotecas de la red que están bajo la responsabilidad del Ayuntamiento de Zapopan. Se trata de 16 recintos, localizados en los lugares más dispares (y que reflejan a la perfección los contrastes que padece uno de los municipios más grandes del país, en el que de manera descarada se muestra, también, la terrible máscara de la desigualdad), pero con un muy interesante y ejemplar trabajo que descansa, sobre todo, en el ánimo y entrega de quienes abren la puerta al usuario desde temprano, todos los días; es decir, bibliotecarias que le tienen que pegar a un poco de todo: desde intendentes, pasando por archivistas, secretarias, promotoras de lectura, talleristas, gestoras, asistentes y hasta orientadoras familiares. Ya sea en Santa Ana Tepetitlán o en Las Águilas, pasando por el Batán, Atemajac o Chapalita, hasta los rumbos de la biblioteca de la Tuzanía -que ayer conocí, con la raza de la prepa nueve, la de las secundiarias cercanas y toda la bola de primarias y preescolares que hay alrededor (tan solo este lunes, de 9:00 a 11:30 horas, ya se habían atendido a casi 120 niños)-, la Red Municipal de Bibliotecas de Zapopan tiene muchas carencias, sí (que no son culpa de sus encargadas o responsables), pero también son portadoras de grandes resultados alcanzados a partir de un trabajo en silencio, diario, no exento de las dificultades propias que trae consigo la burocracia de las administraciones públicas.
III
"La hora del cuento", "Mis vacaciones en la biblioteca", "Taller de lectura", "El lector del mes", entre otros programas, definen las actividades que de lunes a viernes se hacen en estas 16 bibliotecas; eso sin contar con el trabajo realizado en las casi 45 salas de lectura que anima el Ayuntamiento zapopano. Además, a la hora de echarle una revisada a las estadísticas, la sorpresa no es menor al confirmar que los números no son rojos: los usuarios asisten a ellas con gusto, confiados en que ahí encontrarán no solo un servicio cultural, sino una actitud entusiasta que hace de la lectura lo que debe ser: una actividad lúdica, con toda la seriedad que la palabra implica.
IV
Claro, hace falta trabajar todavía más. Particularmente en lo que a atención hacia el trabajo, necesidades y servicios tienen las bibliotecas zapopanas: ampliación de sus espacios físicos, actualización de sus acervos, programas permanentes de capacitación y actualización, entre otros puntos. O sea, trabajo hacia adentro. Aun así, Cecilia Wolf, titular del Instituto de Cultura de Zapopan, puede sentirse satisfecha y, acción que no estorba, redoblar esfuerzos para que la red de bibliotecas zapopana alcance las metas por las que trabaja día a día. Porque en serio que vale la pena visitarlas y reconocerles su efectivo trabajo de cohesión social y de impacto cultural. Tal vez las bibliotecas no estarán tan "bonitas" (recuérdese el caso de ese "elefante blanco" en que se convirtió la macrobiblioteca José Vasconcelos), pero sí son muy efectivas y dan los resultados para las que fueron concebidas. La mejor prueba está en los usuarios que las han hecho suyas, logrando lo que muchos programas culturales ambiciosos nada más no pueden: acercar el libro y la lectura a toda la población.
V
¿Qué se puede decir de lo que se vivió el sábado con el traslado de dos "jaliscienses ilustres" a la Rotonda de los "ídem"? Los nuevos personajes, y lo digo con todo respeto, tal vez estén llenos de méritos, pero no para estar ahí. Así que, o alguien se aventó un fuerte compromiso político, o estamos ante los primeros resultados de lo que se conoce como la "concertacesión" de este año, que no es otra cosa más que "grilla" disimulada. El "charrismo" laboral ha sido ensalzado y personajes como Juan Rulfo o Agustín Rivera deberán seguir esperando quién sabe cuántos años más. Así, al paso que vamos, no nos extrañe que un día se pretenda que los restos de Tito Mena estén a un lado de los de Heliodoro Hernández Loza o Francisco Silva Romero, y hasta con una bocina simulando que chifla y aplaude. Será igual que hoy: nomás para destantear.
VI
21 de febrero de 2009.Gracias infinitas Fannie Kaufman; gracias Vitola. "¡Juaaarrrrrgggrrr…. Juaerrrrcccccc….ajajajaaaaaaaá!". Maestra.
Comentarios, quejas y ganas de estar en el maratón del sexo de un ruso muerto pero al ladito, en su pechito, de Vitola a: davidguerrero.lemus@gmail.com.
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