Entretenimiento
Contemplaciones contra el tedio
Por: David “Negro” Guerrero
"Que el éxito y el fracaso les sean más leves que el nuevo gobierno", escribió Carlos Monsiváis, en enero de 1989, en el número dos de Generación. "Creo que nuestra revista es una de las más criticadas por la competencia (otras revistas independientes, algunos editores desocupados y periodistas de cultura, sobre todo): que tiene el mayor número de erratas por página, que las fotos salen oscuras o borrosas, que los textos son unos verdaderos plomos (pretenciosos o ilegibles), así que mejor dejo este espacio para sus detractores. Prefiero hablar de los logros de una publicación hecha con más ganas que dinero, con ideales más que con ideología, con rebeldía y erotismo enfrentados a la hipócrita y acomodaticia burguesía de literatos y artistas", señala el periodista Jorge Luis Sáenz en su colaboración para el número celebratorio del vigésimo aniversario de Generación. "Dicen que Generación es un hervidero de ideas estrambóticas y audaces propuestas temáticas que siempre son un desafío a lo convencional, a la inercia que priva en casi todo el panorama de las revistas", anota el eterno cachondo y ejemplar borracho de Francisco Oyarzábal, al evocar sus primeras 15 primaveras de estar metido de lleno en el proyecto editorial que anima ese "vampiro retro y vicioso" (el retrato es de la periodista Laura Castellanos). Por su parte, Guillermo Fadanelli, de las propuestas más refrescantes, divertidas e inteligentes que tiene la narrativa mexicana actualmente, escribe que "Generación es una revista de autor. Rentería pone la casa y otros la mantienen (…) En Generación no pasa el tiempo y la revista no parece haber sido presa del desasosiego histórico ni la ansiedad vanguardista. Está en lugar de no estar"; mientras que el escritor J. M. Servín dice que "Generación es disociación de los valores establecidos, excesos, fracasos, atrevimientos y humor (involuntario a veces). (…) Si alguien se toma la molestia de revisar la cantidad y variedad de quienes han desfilado por esta revista, podrá comprobar que ninguna otra se le compara". Y así podríamos llenar el espacio de los "Piensos" de esta semana para sumarnos al gusto y celebración por las primeras dos décadas de existencia de una publicación que, amada por unos, respetada por muchos, y odiada por otros tantos, se ha ganado un lugar nada despreciable en el panorama cada vez más pesimista de las revistas culturales hechas en México. Pero no solo con una visión que ilumina profusamente a la ciudad capital de nuestro país y deja repentinos chisguetazos de luz al resto de México; todo lo contrario: el discurso y alcances de este proyecto editorial han ganado y conquistado un número interesante de lectores que cada vez crece más, pese a que cada nueva entrega sea fiel a su costumbre de tener "errores y horrores en cada edición", como acusó el poeta Raúl Ramírez en La Mutualista en días pasados, precisamente en el marco de la FIL, durante la irreverente presentación del número especial de aniversario de la revista que lleva adelante, contra la sorpresa de todos, y siempre con chela y excesos en las manos y en la mente, Carlos Martínez Rentería.
II
Conocemos Generación desde que salió por primera ocasión, en noviembre de 1988, en formato tabloide, bajo el amparo del periódico El Universal, en donde Carlangas y otros jóvenes reporteros (Guillermina Escoto, Arturo Jiménez y el fallecido Américo Guerra) trabajaban para la sección cultural. Fue el único. El siguiente ya salió protegido solo por el entusiasmo y compromiso de ese grupo al que se unió Alejandro Jiménez, Jorge Luis Sáenz y muchos más, manteniendo vigente este singular proyecto cultural que ha logrado impulsar otros tantos, siempre con la complicidad, diversión y buenas dosis de desesperación de todo aquel que le toma la palabra a Carlitros y se ve involucrado en algunas de sus imprevistas, alucinantes y a veces disparatadas ideas.
Él mismo aclara en el editorial del número 76 (precisamente el de aniversario): "Antes de pontificar, descalificar o incluso intentar destruir un proyecto tan fácilmente cuestionable, debemos celebrar que exista. Lo demás es una mezquina equivocación (…) Las disculpas son para nuestros lectores por esa interminable repetición de equivocaciones (…) Pero que quede claro, no renunciaremos a la invención".
III
Por tanto, y porque nos identificamos absolutamente con el descaro y cinismo con el que ve las cosas, que desconcierta y ha movido a muchos a un ignorante rechazo y descalificación gratuita hacia el proyecto de Ramírez Rentería, es que hacemos votos para que Generación siga existiendo. Con el tiempo, además de convertirnos en los corresponsales de Generación ("¡Nunca nos publicas nada, cabrón!" "Y cómo, ¡si nunca mandan nada!"), hemos fortalecido una sólida amistad no solo profesional sino hasta familiar. La familia de Carlos (Guille y el cruzazulino Emiliano) merece un monumento a la comprensión y la paciencia, y la hermosa Angelina tiene en Carlaralay! a su padrino más alivianado y reventado. La última vez que nos vimos fue precisamente en esa presentación caótica de Generación en La Mutua, verdadero ejemplo del desmadre que siempre organiza su director. Nunca fueron los invitados, pero esa noche hablaron Eugenio Partida, César López Cuadras, Gabriel Martín, un mesero de La Mutua, Ignacio Betancourt, el autor de estos "Piensos" y, claro, Carlos. Al final, con los saludos de un grupo de periodistas costarricenses y colombianos, guiados por ese otro periodista también irreverente pero ácido que se llama Bruno López (www.elrespetable.com), bailamos de lo lindo, chupamos bien sabroso, y celebramos hasta el asco.
IV
Felicidades, Carlos.
Comentarios, quejas y jitomatazos por lambiscón a: davidguerrero.lemus@gmail.com.
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