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Concluyen trabajos de rehabilitación en la Casa de Cultura de Morelia

El recinto se ubica dentro de un inmueble de gran valor artístico .

MÉXICO.- Concluyeron los trabajos de rehabilitación y equipamiento de la Casa de Cultura de Morelia, proyecto impulsado por el Programa de Apoyo a la Infraestructura Cultural de los Estados (PAICE) del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y la Secretaría de Cultura de Michoacán.  
La Casa de la Cultura de Morelia se ubica en el conjunto arquitectónico del ex convento del Carmen Descalzo. Los frailes de dicha orden llegaron a Valladolid (hoy Morelia), en 1593, y se instalaron en una pequeña ermita de adobe ubicada al norte de la catedral, lugar en que ahora se encuentra este ex- convento.  
Al tomar la palabra y previo al recorrido por las instalaciones del recinto y a la develación de una placa alusiva, Jaime Hernández Díaz, secretario de Cultura de Michoacán, destacó que el PAICE sigue adelante, de acuerdo con las políticas culturales que han trascendido a los cambios y las transformaciones.  
También, se congratuló porque la Casa de la Cultura ha sido beneficiada por ese programa, lo que permitió hacer más eficientes los espacios existentes, para talleres que allí se imparten y benefician a maestros y alumnos, y liberando locales ocupados por oficinas administrativas.  
Luego, solicitó al director de la Casa de la Cultura de Morelia, Gilberto Martínez Rosales, documentar los trabajos realizados, a fin de participar en la próxima convocatoria del PAICE, con el propósito de que sea aceptado el proyecto de construcción de un auditorio al aire libre en el patio central de este edificio.  
El Secretario de Cultura declaró que ya estableció comunicación con Laura Lechuga, coordinadora general del PAICE, con el fin de hacer extensiva la convocatoria a las casas de cultura ubicadas en el territorio de la entidad. 
Más adelante, el funcionario explicó que el recinto será parte de la nueva dirección, que tendrá como puntos centrales la formación y vinculación educativa, a partir de dos líneas de trabajo. Luego explicó:  
"La primera, vincular la educación con la cultura, eje de las prioridades estratégicas del gobernador local, y, la segunda, fortalecer el esquema de casas de cultura, lo que llevará a una revisión cuidadosa del funcionamiento de los diferentes talleres que allí se imparten, para elevar la calidad educativa".  
En el recorrido, los asistentes pudieron constatar los trabajos de restauración realizados. Entre ellos, la colocación de duela en los salones, la reparación de fugas en la fuente central, y el cambio de losas en el claustro mayor. Sigue... dos... concluyeron. Dos... concluyeron... mayor.
Durante el desarrollo del proyecto, el comité de seguimiento entregó al Conaculta cuatro informes trimestrales, y ahora, al concluir los trabajos de rehabilitación y equipamiento, en dos semanas se entregará el informe general o finiquito del proyecto.  
Las obras del claustro se iniciaron en los años 30 del Siglo XVII. Según las descripciones de la época, a mediados de esa centuria, el convento era una de las mejores construcciones de la ciudad, sin embargo, seguía en construcción.  
Con las Leyes de Reforma los monjes fueron exclaustrados; la propiedad, secularizada, pasó a manos de particulares, excepto el templo, y por un tiempo estuvo abandonada. En 1883 fue convertida en sede del Primer Cuerpo de Caballería del Estado.   
La huerta y parte del atrio fueron fraccionados y al edificio se le adosaron construcciones de índole comercial. Posteriormente, el anexo funcionó como seminario y el templo fue reconocido por la Comisión de Monumentos y Bellezas Naturales por su valor histórico, artístico y arquitectónico.  
Ya en los años 40 del siglo XX, el campanario, que amenazaba con caer, fue restaurado con los arcos que muy bien podrían pasar por los originales. En 1977 se inauguró en estas instalaciones la Casa de la Cultura, tres años después se creó el Instituto Michoacano de Cultura y a partir del 31 de marzo del 2004 es Secretaria de Cultura.  
Las celdas de los frailes se transformaron en oficinas y el refectorio es salón de conferencias. Espacios como la biblioteca, el camarín y áreas que eran para los trabajadores, sirven de salones de exposiciones y lectura, teatro, aulas de clase, librería y cafetería. La cocina conventual alberga ahora a la sala de patrimonio.  
Además de los talleres artísticos, salas de exposiciones y auditorios, se instaló el Museo de la Máscara, en el que se conservan dos colecciones provenientes de 20 estados de la República, incluyendo Michoacán.  
El ex convento Carmelita es una de las construcciones más antiguas y valiosas de la ciudad. La construcción tiene cuatro fachadas y en la principal, asimétrica, existe un portal de peregrinos con cuatro arcos.  
En su interior, una de las paredes del refectorio conserva restos de un mural barroco realizado en el siglo XVIII.  
Su estilo único mezcla la sobriedad del herreriano, con un mesurado barroco que trata de mostrar, lo más fielmente posible, los objetivos ascéticos de la orden. La construcción es impactante y a la vez monumental.  
Es, en síntesis, un testimonio palpable de la sociedad colonial de Valladolid, capital de uno de los más grandes, ricos e importantes obispados de la Nueva España: La ciudad de Michoacán, ahora, es una sede cultural de primer nivel.  
Presidieron la entrega de esta obra, además de Jaime Hernández Díaz, Lizbeth Aguilera Garibay, directora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) delegación Michoacán, así como los integrantes del comité de seguimiento del proyecto.  
Ellos son, Gilberto Martínez Rosales y Ulises Chávez Coria, director de Protección y Conservación de Sitios y Monumentos Históricos. De la misma manera, estuvieron presentes otros funcionarios estatales.

Redacción/El informador, 6/03/08, RNGZ.
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