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Bruno Bichir... 'De tal palo, tal astilla'

La dinastía Bichir trabaja en equipo en la obra 'El último preso', que llegará el 16 y 17 de abril al Teatro Diana

GUADALAJARA, JALISCO (06/ABR/2015).- Reza el dicho: “De tal palo, tal astilla” y en el caso de Bruno y Alejandro Bichir queda muy bien la frase. Bruno asegura verse en un espejo cada vez que ve a su padre en la manera en cómo trabaja y cómo se desenvuelve con los demás, un hecho que lo llena de orgullo y que también lo ha metido en conflictos con él porque son demasiado parecidos; sin embargo, el amor y la gratitud prevalece en ambos, tanto que están trabajando junto con Odiseo, su hermano, en la puesta en escena “El último preso” que llegará el 16 y 17 de abril al Teatro Diana.

En entrevista para esta casa editorial, Bruno habla de la gran experiencia que significa trabajar con su padre luego de 50 años que éste no actuaba en una obra teatral, donde además no sólo se encarrila en el histrionismo, también dirige el montaje donde se incluye en el reparto a Reynaldo Rossano.

“Mi padre tiene casi 80 años y tiene una vitalidad envidiable; tiene capacidad, energía y sentido del humor que hace que esto funcione. Él está delicioso en el personaje que interpreta (encarna al último preso), la gente lo ama, no lo conoce como actor, pero apenas sale al escenario y le festejan todo, les gusta mucho lo que hace. Es un hombre sabio, sensible, inteligente y un gran ser humano, nosotros estamos babeando viéndolo trabajar”.

Bruno de 47 años, asegura que hay leyendas que cuentan de las hazañas de su padre arriba de los escenarios que él no pudo ver porque el tiempo generacional es muy amplio, pero desde que lo conoce sabe que el teatro es su gran pasión. “Cuando yo nací, él ya era director de teatro y ha hecho cosas como actor, pero muy poquito, ahora en este proyecto él lleva a cuestas la obra y lo hace de maravilla y le sigo aprendiendo: su disciplina, su desparpajo, su serenidad me parece adorable, es un hombre muy disciplinado que espera que el actor que sea más disciplinado que él”.

Cuando lo ve trabajar y entregado en lo que hace, sabe que mucho de lo que es hoy su padre él también lo heredó. “Lo veo y perfectamente entiendo de dónde vienen todas mis inquietudes y todas mis obsesiones, ¡son generativas! De sus tres hijos yo soy el más parecido a él: físicamente, su sentido del humor, eventualmente por lo mismo hemos chocado y hemos mantenido discusiones y conflictos, pero nada que no hayamos podido resolver, y creativamente cuando trabajamos juntos somos un director y un actor en rebeldía constante, pero también en amor y disciplina constante y eso hace que las cosas funcionen más de lo que uno esperaba, ojalá pueda seguir trabajando muchos más proyectos con él”.

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Encarrilado en el teatro


Bruno está trabajando en su siguiente proyecto teatral llamado “El último cigarro” que espera estrenar en mayo y también alista la salida de la primera temporada de “Narcos”, una serie de Netflix donde hace un pequeño papel, la emisión se enfoca en los días de Pablo Escobar en Colombia.

Trabajo en familia

El actor recuerda que “El último preso” que se llama originalmente “Los policías” del dramaturgo Slawomir Mrozek, su papá lo montó hace 30 años y que para su regreso a los escenarios decidió volver con esta obra donde en un principio ellos como sus hijos no estaban contemplados en el reparto; sin embargo, con el paso del tiempo se dieron cuenta de que era un proyecto familiar donde se contemplaba que Demián encarnará al preso, pero sus compromisos en Hollywood lo impidieron, pero no descartan que cuando regresen de gira, Demián pueda hacer algunas funciones.

“Trabajar con mi familia siempre es un placer, es un goce absoluto, les aprendo, les admiro, les quiero, la pasamos muy bien y dado que es una comedia, pues nos divertimos enormemente, esta comedia no permite tampoco el desparpajo absoluto para los que estamos en la escena, tenemos que estar perfectamente embonados y concentrados para que justamente la comedia se dé, la comedia es tiempo y ritmo y si no está en su lugar se puede resquebrajar y no causa ningún efecto, en ese sentido estamos alerta unos de los otros”.

“El último preso” habla de qué pasaría si la policía quedara obsoleta en un hipotético país donde el sistema opresor ha generado que nadie esté dispuesto a alzar su voz nuevamente contra el gobierno. “Esta obra ciertamente tiene características de comedia política que la hace muy particular y que justamente en estos tiempos electorales es posible que tenga algún tipo de resonancia, está muy bien escrita y porque ha rebasado el tiempo, ha permanecido en el inconsciente colectivo y se volvió una obra universal en todos los sentidos, los lugares y tiempos”.

Hay planes de que el trabajo en familia se siga dando y no sólo en teatro, por lo pronto Bruno asegura que seguirán de gira viendo otras opciones donde esta vez se pueda incluir de lleno Demián. Luego de estar al interior de la República Mexicana harán una breve temporada en la Ciudad de México con el mismo montaje.
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